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Durante los años 40 Fromm desarrolló una importante labor editorial, pues publicó varios libros luego considerados clásicos sobre las tendencias autoritarias de la sociedad contemporánea.
Estuvo fuertemente involucrado con los movimientos pacifistas norteamericanos, y fue un destacado oponente de la guerra de Vietnam.
Se alejó de todo apoyo al socialismo real, sobre todo del modelo totalitario del Estado soviético, al mismo tiempo que criticó la sociedad capitalista.
Entre 1957 y 1961 Fromm compaginó su actividad en la UNAM con una cátedra en la Universidad Estatal de Míchigan. En 1965 se retiró; tras unos años de viaje, en 1974 se instaló en Muralto, en Suiza. Murió en su hogar cinco días antes de su octogésimo cumpleaños.
Erich Fromm afirma, en su obra El corazón del hombre, que el ser humano actual se caracteriza por su pasividad y se identifica con los valores del mercado porque el hombre se ha transformado a sí mismo en un bien de consumo y siente su vida como un capital que debe invertirse provechosamente. El hombre se ha convertido en un consumidor eterno, y el mundo para él no es más que un objeto para calmar su apetito.
La teoría de Fromm es más bien una combinación de Freud y Marx. Por supuesto, Freud enfatizó sobre el inconsciente, los impulsos biológicos, la represión y además. En otras palabras, Freud postuló que nuestro carácter estaba determinado por la biología. Por otro lado, Marx consideraba a las personas como determinados por su sociedad y más especialmente por sus sistemas económicos.
Fromm añadió a estos dos sistemas deterministas, la idea de libertad. Él animaba a las personas a trascender los determinismos que Freud y Marx les atribuían. De hecho, Fromm hace de la libertad la característica central de la naturaleza humana.
Fromm concluye que “El hombre ordinario con poder extraordinario es el principal peligro para la humanidad y no el malvado o el sádico”, lo cual se puede concretizar cuando se combinan en él las tres orientaciones que forman el síndrome de decadencia y que “mueve al hombre a destruir por el gusto a la destrucción y a odiar por el gusto de odiar.”
En contraposición, describe el síndrome de crecimiento: “el amor a la vida (en cuanto opuesto al amor a la muerte) el amor al hombre (opuesto al narcisismo) y el amor a la independencia (opuesto a la fijación simbiótico-incestuosa).
La autoestima en el ser humano depende de factores externos y de sentirse triunfador con respecto al juicio de los demás.
De ahí que vive pendiente de los otros, y que su seguridad reside en la conformidad; en no apartarse del rebaño. El individuo debe estar de acuerdo con la sociedad, ir por el mismo camino y no apartarse de la opinión o de lo establecido por ésta.
PERSONALIDAD Y SU ESTRUCTURACIÓN: destaca el papel de la sociedad al moldear la personalidad; lo que el individuo puede realizar es resultado de la influencia social, no de sus condiciones biológicas. Afirma que aunque nunca es tarde para que el ser humano tome de nuevo el timón de su vida y decida su propio destino.