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CLAUS OFFE
La política social y la teoría del Estado (1976)
El énfasis de la escuela crítica de Frankfurt estaba puesto en la crítica y renovación de la teoría marxista de la época
Offe subraya que la sociedad capitalista se articula sobre su capacidad para crear plusvalías. De este modo, aquello que no produce o pone en peligro la creación de plusvalías es una carga para el sistema.
Pero, la propia sociedad capitalista produce fenómenos de origen no capitalista. En el mercado laboral, por ejemplo, diversos sectores dependen de subsidios o pensiones que desmercantilizan y generan dependencia del sistema político administrativo.
El Estado capitalista intentará reconciliar los intereses de la economía privada con las actuaciones sociales relacionadas con las políticas que generan desmercantilización. Éste es el origen de la crisis y su regulación tendrá que dirigirse a los recursos disponibles para ser destinadodos a las necesidades sociales
Nacido 1940 en Berlín. Se graduó en sociología en la Universidad Libre de Berlín (1965) y recibió su doctorado de la Universidad de Frankfurt (1968) y su habilitación en la Universidad de Konstanz (1973). Su orientación académica general es el marxismo de la Escuela crítica de Frankfurt, de la cual es considerado uno de los mayores representantes de la segunda generación.
Profesor de Sociología Política
Enseña Sociología Política en la Hertie School of Governance.
¿Cómo surge la política estatal (política social en este caso) de una estructura económica y de clases basada sobre la utilización privada de capital y trabajo asalariado, y qué funciones realiza esta política con respecto a dicha estructura?
Offe desarrolla una explicación funcional de la política social:
Este problema central y permanente obliga a la sociología a identificar los problemas estructurales que hacen problemática la cohesión y la continuidad histórica de la sociedad y en la medida en que identifica los medios de “integración” social mediante los cuales un sistema social dado supera, o no logra superar, sus específicos problemas estructurales.
En la tradición teórica del materialismo histórico, la referencia a la regulación estatal de la sociedad burguesa ha jugado siempre un papel a la hora de explicar hipotéticamente esta última cuestión.
La política social es la manera estatal de efectuar la transformación duradera y constante de obreros no asalariados en obreros asalariados.
Los individuos no entran automáticamente en el mercado laboral.
No hay razón para que individuos desposeídos de sus medios de trabajo o subsistencia procedan
espontáneamente a una proletarización “activa”, vendiendo su fuerza laboral en el mercado de trabajo.
Suponer esto sería concebir las consecuencias -hambre y privación física- como factores de explicación sociológica. Pero...
Han existido históricamente, y siguen existiendo, varias “rutas de escape” posibles a la proletarización:
- La migración,
- el saqueo,
- huir a formas alternativas en lo económico,
- reducir el nivel de subsistencia hasta el punto de la mendicidad y la caridad pública basten para la supervivencia,
- prolongar la adolescencia dentro del sistema familiar retrasando el ingreso al mercado de trabajo,
- desarrollar movimientos políticos cuya meta sea la liquidación de la forma mercantil de la fuerza laboral misma.
TESIS: la transformación completa y global de la fuerza laboral desposeída en fuerza asalariada activa ni fue ni es posible sin políticas estatales, las que realizan la función de incorporar la fuerza de trabajo al mercado de trabajo.
Tres problemas a resolver para sostener el proceso de proletarización activa a través de políticas sociales
Debe haber a la larga un equilibrio cuantitativo entre quienes son proletarizados “pasivamente” (por huida obligatoria de formas agrícolas de reproducción, despido como resultado de recesión o cambio tecnológico, etcétera) y quiénes son capaces de hallar empleo como asalariados, dado el volumen de demanda en el mercado laboral.
Motivación cultural:
Los potenciales trabajadores desposeídos deben estar convencidos de ofrecer su capacidad de trabajo como una mercancía en el mercado. Deben considerar que los riesgos y cargas asociados a esta forma de existencia son relativamente aceptables;
Se requiere un campo de servicios institucionales estatales específicos, (especialmente en el campo de la socialización, la salud, la educación y el cuidado de los ancianos).
El Estado debe organizar formas de existencia por fuera del mercado de trabajo para liberar de ciertas tareas a determinadas personas y facilitar la transformación de su fuerza laboral en fuerza asalariada. Ej la introducción de un sistema educativo común significó la sustitución de las formas familiares de formación y socialización.
Las necesidades de control de la clase dominante de los asalariados, exige regular políticamente quién es o no es un asalariado.
La elección entre una vida de trabajo asalariado y formas de subsistencia extrañas al mercado no queda en manos de la elección de la fuerza laboral. Cuándo y por cuánto tiempo permanecerán fuera del mercado laboral, la decisión sobre si alguien es demasiado viejo, joven, impedido o enfermo.
Por esto la institucionalización política de diversas categorías de trabajadores no asalariados es una precondición para la constitución de una clase de trabajadores asalariados.
Para ello, se hace necesario establecer “áreas de captación” fuera del mercado laboral, donde la fuerza laboral pueda acomodarse o bien permanentemente (pensiones de vejez, de discapacidad, etc) o temporalmente (hospitales, universidades), manteniendo el ejército de reserva de mano de obra.
Esas “áreas de captación” no deben ser libremente seleccionables; el acceso a ellas debe acoplarse a requisitos de admisión controlados administrativamente, pues en otro caso tendería a hacerse probable una relajación en la “compulsión a vender” fuerza laboral físicamente capaz.
Para ello el Estado desarrolla un abanico de políticas tanto “ideológicas” como “represivas” hacia la población.
Sólo la aplicación a largo plazo de políticas estatales produce una clase trabajadora que “por educación, tradición y costumbre contempla las exigencias del capitalismo como leyes naturales auto-evidentes”.
Política Social
Es una estrategia estatal para incorporar fuerza laboral a la relación salario-trabajo
La política social no es una “reacción” estatal al “problema” de la clase obrera; al contrario, contribuye a la constitución de la clase obrera.
La función más decisiva de la política social es la regulación del proceso de proletarización.
La desposesión de la fuerza laboral engendra tres problemas estructurales que deben atender las políticas sociales:
- la incorporación de fuerza laboral al mercado de trabajo;
- la institucionalización de los riesgos y áreas de la vida
que no se encuentran “subsumidos” bajo la relación salario-trabajo;
- la regulación cuantitativa de la relación entre suministro y demanda en el mercado de trabajo.
El marco ideológico opera naturalizando el trabajo asalariado,y todas sus desventajas: publicidades, manuales escolares, SS
El marco represivo, opera criminalizando las acciones que pretenden desviar la lógica capitalista: se criminaliza la mendicidad, el socialismo, el hippismo, el anarquismo, etc.
Las políticas sociales no responden a las necesidades o
demandas de ningún grupo social particular, sino que reaccionan a los
problemas estructurales del aparato estatal del bienestar
Esta tesis propone que las medidas de política social no
deben concebirse como “respuestas” a exigencias específicas de la clase obrera organizada, consiste más bien en respuestas a lo que cabe llamar el problema interno del aparato estatal, a saber: cómo puede reaccionar coherentemente a los dos polos de las
“necesidades” del trabajo y el capital, o en otras palabras, cómo hacerlas mutuamente
compatibles.
El problema al que reacciona el desarrollo de una planificación social es el de la precaria compatibilidad de sus propias instituciones y actividades.