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El dolor...
El sufrimiento...
El remordimiento que nos causan nuestras culpas nos mueven al
arrepentimiento, a la petición de perdón y a la conversión.
El dolor, en definitiva, encuentra respuesta en un dios que asume
todo el sufrimiento humano y, tras su muerte en la cruz siendo inocente,
resucita dando una respuesta definitiva al problema de la muerte
Mediante técnicas de fecundación artificial se sustituyen en los procesos biológicos que tienen lugar durante la procreación humana natural.
La fecundación in vitro (FIVET) son las técnicas de la inseminación artificial en el exterior del cuerpo de la mujer, con ella se producen embriones fuera del seno materno que después se introduce en el útero de la mujer mediante métodos clínicos.
Los problemas morales son múltiples:
Primero hay que considerar la sagrada dignidad de la vida humana exige que esta sea el fruto de donación mas amorosa de los esposos en sus dos dimensiones: unitiva y procreativa.
Es importante advertir en segundo lugar que el hijo siempre es un regalo y no un objeto que puede adquirirse en el mercado
El aborto provocado es la muerte voluntaria de un feto o embrión humano en el seno materno. El uso de expresiones como interrupción del embarazo es una manipulación lingüística. En cambio, en la medida en que el aborto provoca una muerte (el feto deja de ser), no interrumpe, si no que mata algo que está vivo.
Sin embargo, hay quien afirma que lo primero que se concibe todavía no es un ser humano, sino una realidad pre humana. Sería el denominado pre embrión.
Menos plausible todavía seria afirmar que se es humano cuando no se depende de otra persona para vivir. En ese caso, no se podrían considerar humanos, no solo los fetos o embriones, sino tampoco los bebes o los infantes.
La Iglesia, impulsada por el amor de Dios, siente la solicitud materna por cada ser humano. Desde su inicio, la iglesia siguió el ejemplo de su maestro, defendiendo la igual dignidad de todos los seres humanos, sin considerar la raza, el sexo, las circunstancias económicas, la salud ni la edad.
Existen varios tipos de atentados contra seres humanos –como el aborto provocado o el genocidio de una etnia- que gran parte de la comunidad internacional no duda en denunciar. Quizás algunos piensen que no todos los hombres somos seres humanos. Eso es lo que siempre se llamo racismo (desprecio hacia una raza).
Estamos rodeados de objetos y criaturas que tienen un valor relativo. Es decir, es relativo lo que no vale por si mismo, sino gracias a otro. Lo sagrado, en cambio, representa lo absoluto y, precisamente por eso, participa de su valor absoluto, es decir, merece ser cuidado y respetado por si mismo.
Con la vida humana sucede algo similar: cada persona tiene un valor absoluto por si misma y no depende de lo que la estimen, necesiten o reconozcan otras personas. Cada ser humano, tiene una dignidad sagrada que nada ni nadie le puede arrebatar. Esta dignidad no aparece por ser reconocida socialmente y exige un respeto universal.
Cada persona tiene algo que la hace completamente superior frente a las demás. Es el hecho de ser ella misma y de que nadie puede ocupar completamente su lugar. No existió ni existirá, en la historia del universo, alguien con tu mismo yo, que vea al mundo igual que tú.
El compañerismo ayuda o acompaña a otro con algún fin. Este tipo de relación depende de la casualidad o del beneficio que se logra gracias a la otra persona. Si las circunstancias cambian, la relación de compañerismo termina.
La verdadera amistad, por el contrario, pretende el bien del otro; valoro en mi amigo lo que vale por sí mismo y no por ninguna de sus circunstancias. Tiene un valor sagrado y por el soy capaz de hacer con alegría cosas que suponen esfuerzo y sacrificio. Nada duele más que la traición de un amigo. Decimos que por lo tanto la amistad tiene un valor absoluto.
Esta es la propuesta de Dios: busca lo mejor de ti mismo y sé feliz. El mensaje cristiano nos impele a descubrir que ser feliz y ser bueno son la misma cosa.
Jesús y su Iglesia proponen que los hombre y las mujeres alcancen la felicidad.
La vida es un bien inapreciable, una realidad hermosa.
El Evangelio nos facilita el descubrimiento del valor absoluto que toda persona tiene y la razón de este especial valor se encuentra en la vocación del ser humano a participar en la vida divina. El Papa llama Evangelio de la vida a la proclamación del valor sagrado de la vida humana, desde su principio hasta su término, y al esfuerzo por defender el derecho de este bien primordial. Por eso, el Evangelio de la vida, el Evangelio del amor de Dios al hombre y el Evangelio de la dignidad de la persona son un único e indivisible Evangelio.