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DEUS CARITAS EST

Deus caritas est (latín: Dios es amor) es la primera encíclica escrita por el Papa Benedicto XVI, y trata el tema del amor cristiano. Fue promulgada el miércoles 25 de enero de 2006 en ocho idiomas (latín, español, inglés, francés, alemán, italiano, polaco y portugués). Esta encíclica versa, en un total de 42 párrafos, sobre los conceptos del eros (amor sexual), ágape (amor incondicional), y su relación con las enseñanzas deJesucristo.1 Se espera que, como su predecesor Juan Pablo II, la primera encíclica de Benedicto XVI defina el programa de su pontificado2

Se afirma que la primera mitad de la encíclica fue completamente escrita por el mismo Benedicto XVI a mediados de2005, y que la segunda parte está compuesta de escritos incompletos de su predecesor, el fallecido papa Juan Pablo II.3 El documento fue firmado por el mismo papa Benedicto XVI el día de Navidad, domingo diciembre de 2005.4 Algunas fuentes han atribuido la demora en la divulgación del documento a la dificultad de traducir el manuscrito original en alemán al latín; algunas otras, a ciertos debates en torno a la precisión que se quería brindar al documento.5 6 Es la primera encíclica que se publica después de que el Vaticano decidiera poner copyright a todos los documentos papales.

Empieza afirmando que la expresión Dios es Amor, es el centro de la fe cristiana. En 42 párrafos, que abarcan 70 páginas, la encíclica hace una reflexión sobre los conceptos de eros (amor sexual), ágape (amor incondicional y su relación con las enseñanzas de Jesucristo. El documento explica que el eros corre el riesgo de ser degradado a la simple cópula, si no está compensado por un elemento de la espiritualidad cristiana. La opinión de que el eros es inherentemente bueno contradice el punto de vista expresado por el obispo luterano Anders Nygren, en su libro Eros y Agape, publicado a principios del siglo XX, donde ágape es la única verdadera forma de amor cristiano, mientras que el eros (expresión de los deseos de un individuo) nos aleja de Dios.12 El Papa mantiene que no se ha de rechazar el amor erótico pero si sanearlo para que alcance su verdadera grandeza. Cuanto más se encuentran eros y ágape, la justa unidad en la única realidad del amor, tanto mejor ser realiza la verdadera esencia del amor.

La primera mitad de la encíclica es más filosófica, estableciendo y delimitando el significado de la palabra amor. Al considerar el eros, nos remite a una verso en la línea 69 del libro X de las Églogas de Virgilio: Omnia vincit amor, et nos cedamus amori ("El amor todo lo vence, dejémonos vencer por él"), y a la opinión del filósofo Friedrich Nietzsche en la cual el Cristianismo ha dado de beber veneno a Eros, convirtiéndolo en vicio. Se refiere, de igual modo, al amor conyugal tal como está expuesto en el Cantar de los Cantares, y hace un análisis de los pasajes de la primera Epístola de San Juan que inspiraron el título. También critica que el amor ha sido reducido a puro sexo, para comercializarlo.

La segunda mitad, basada en un informe preparado por el Consejo Pontificio Cor Unum, es más práctica, y considera las actividades caritativas de la Iglesia como una expresión de amor, refiriéndose a su triple responsabilidad: la proclamación de la Palabra de Dios (kerygma-martyria, el carisma), la celebración de los sacramentos (leitourgia, la liturgia), y el ejercicio del ministerio de la caridad (diakonia, la diaconía o el diaconado). En este ámbito afirma que la Iglesia no puede quedarse al margen de la lucha por la justicia, pero su tarea no es la política sino el servicio del amor desinteresado. El párrafo final está inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri (particularmente en el último canto de Paraíso, el cual finaliza en la Luz interminable que es Dios mismo, la Luz que es al mismo tiempo el Amor que mueve al Sol y a las otras estrellas),13 concluyendo al considerar el ejemplo de los santos y al elevar una oración a la Virgen María.

Título

El título de la encíclica fue tomado de la traducción latina de primera epístola de San Juan 4:16 Dios es Caridad en vez de Dios es Amor, como popularmente se ha tomado la traducción.10 Sin embargo, la Santa Sede usó la versión hispana de la Nueva Biblia Americana y en ella se puede leer Dios es amor.11

Estructura

La encíclica tiene más de 16000 palabras y se compone de 42 párrafos, estructurados en dos partes, incluyendo también una introducción y una conclusión.

Introducción

Primera Parte:

La unidad del amor en la creación y en la historia de la salvación

El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre seres, definido de diversas formas según

las diferentes ideologías y puntos de vista (científico, filosófico, religioso, artístico)., se interpreta como un sentimiento relacionado con el afecto y el apego, y resultante y productor de una serie de emociones, experiencias y actitudes.

"Eros" y "ágape", diferencia y unidad

Eros: Eros siente el amor en la forma de pasión física y emocional, un amor basado en el goce estético; estereotipo del amor romántico.

Ágape: El amante en que predomina el arquetipo valora los intereses y emociones de la persona amada por encima de sus propios intereses; el amor espiritual, el amor maternal.

La novedad de la fe bíblica

La Biblia es una compilación de textos que en un principio eran documentos separados llamados libros, escritos primero en hebreo, arameo y griego durante un periodo muy dilatado y después reunido para formar el Antiguo y el Nuevo Testamento. Ambos testamentos forman la Biblia cristiana. En sí la Biblia fue escrita a lo largo de aproximadamente 1 000 años

Jesucristo, el amor de Dios encarnado

La definición más común de Dios es la de un ser supremo, omnipotente, omnipresente y omnisciente; creador, juez, protector y, en algunas religiones, salvador del universo y la humanidad.

Amor a Dios y amor al prójimo

Los seres humanos podemos desarrollar en esencia dos tipos de actitudes: bajo una de ellas somos colaboradores, y bajo la otra somos egoístas y competidores. Existen personas totalmente polarizadas hacia una de las dos actitudes por voluntad propia; Todas las guerras de la historia nacieron del egoísmo por parte de al menos uno de los dos bandos; todas las situaciones conflictivas del ser humano proceden del egoísmo.

Otros eventos

En una audiencia llevada a cabo el miércoles 18 de enero de 2006, el papa Benedicto XVI dijo que se discutiría el concepto del amor "en sus más variadas dimensiones, desde el amor entre un hombre y una mujer hasta el amor que profesa la Iglesia Católica por los demás en sus expresiones de caridad". El Vaticano, por medio del Consejo Pontificio Cor Unum, auspició una conferencia en Roma para debatir los temas de la encíclica, los días lunes 23 y martes 24 de enero de 2006

Amor a Dios y amor al prójimo

16. Después de haber reflexionado sobre la esencia del amor y su significado en la fe bíblica, queda aún una doble cuestión sobre cómo podemos vivirlo: ¿Es realmente posible amar a Dios aunque no se le vea? Y, por otro lado: ¿Se puede mandar el amor? En estas preguntas se manifiestan dos objeciones contra el doble mandamiento del amor. Nadie ha visto a Dios jamás, ¿cómo podremos amarlo? Y además, el amor no se puede mandar; a fin de cuentas es un sentimiento que puede tenerse o no, pero que no puede ser creado por la voluntad. La Escritura parece respaldar la primera objeción cuando afirma: « Si alguno dice: ‘‘amo a Dios'', y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve

La caridad de la Iglesia como manifestación

del amor trinitario

19. « Ves la Trinidad si ves el amor », escribió san Agustín En las reflexiones precedentes hemos podido fijar nuestra mirada sobre el Traspasado reconociendo el designio del Padre que, movido por el amor ha enviado el Hijo unigénito al mundo para redimir al hombre. Al morir en la cruz —como narra el evangelista—, Jesús « entregó el preludio del don del Espíritu Santo que otorgaría después de su resurrección

La caridad como tarea de la Iglesia

20. El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial, y esto en todas sus dimensiones: desde la comunidad local a la Iglesia particular, hasta abarcar a la Iglesia universal en su totalidad. También la Iglesia en cuanto comunidad ha de poner en práctica el amor. En consecuencia, el amor necesita también una organización, como presupuesto para un servicio comunitario ordenado

Papa Benedicto XVI.

Segunda Parte:

El ejercicio del amor por parte de la Iglesia como "comunidad de amor"

La Iglesia católica se ve a sí misma y se proclama como la encargada por Jesucristo para

ayudar a recorrer el camino espiritual hacia Dios viviendo el amor recíproco y por medio de la administración de los sacramentos, a través de los cuales Dios otorga la gracia al creyente.

La caridad de la Iglesia como manifestación del amor trinitario

la caridad es la virtud por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas por Él mismo y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios".

La caridad como tarea de la Iglesia

La caridad se hace humana cuando Jesús da su mandamiento Ámense unos a otros como yo los he amado; así mismo para llevar a cabo la acción de ese amor corresponde el guardar los mandamientos de la ley de Dios

Justicia y caridad

Son valores determinados por la sociedad. Que nacen de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Y que establecen las relaciones entre personas e instituciones

Las múltiples estructuras de servicio caritativo en el contexto social actual

El perfil específico de la actividad caritativa de la Iglesia

Los responsables de la acción caritativa de la Iglesia

mismo tiempo el Amor que mueve al Sol y a las otras estrellas),13 concluyendo al considerar el ejemplo de los santos y al elevar una oración a la Virgen María.

Justicia y caridad

26. Desde el siglo XIX se ha planteado una objeción contra la actividad caritativa de la Iglesia, desarrollada después con insistencia sobre todo por el pensamiento marxista. Los pobres, se dice, no necesitan obras de caridad, sino de justicia. Las obras de caridad —la limosna— serían en realidad un modo para que los ricos eludan la instauración de la justicia y acallen su conciencia, conservando su propia posición social y despojando a los pobres de sus derechos

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