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La base de datos registra un total de 347 conflictos culturales.
A nivel de subregiones:
La desigualdad no es un fenómeno solamente económico; permea todos los ámbitos de la vida social. Típicamente las relaciones entre individuos y grupos sociales se basan en relaciones y equilibrios de poder y mecanismos de subordinación que se fundamentan en distinciones fisonómicas, clasistas, étnicas y lingüísticas, con una base cultural por lo general muy fuerte.
La modernización conservadora es el sistema con niveles relativamente más altos de conflictos culturales 18%.
Tipologías más frecuentes:
El continente latinoamericano tiene niveles de desigualdad económica sobresalientes, siendo en este sentido un terreno fértil para la reproducción de mecanismos de desigualdad cultural igualmente fuertes.
De conflictos culturales se encuentra la cultura política, en esta las percepciones de desigualdad se asocian en ideas, sentimientos, valores y actitudes en torno a cuestiones políticas, por ejemplo los problemas de desigualdad para América latina en este ámbito se ha visto marcados en que se segmenta la sociedad en fuertes jerarquías y niega al que es diferente.
Gracias...
El campo de los conflictos culturales incluye aquellos en donde radica una definición de cultura en sentido amplio, con un fuerte acento en la vida cotidiana, las subjetividades y las identidades múltiples, la industria y el mercado cultural.
Estos conflictos son poco comparados con los demás campos (15% del total) pero también representan una categoría para entender las dinámicas sociales actuales y la gramática de la nueva conflictividad.
Características de los conflictos culturales
Tipos de demandas:
A lo largo de las últimas décadas, la velocidad en las transformaciones de los conflictos se ha ido acelerando, y el sustrato cultural de las demandas así como las identidades de los actores han sido elementos centrales en este proceso. En este sentido, se entiende la cultura como “un proceso de producción y trasmisión de sentidos que construyen el mundo simbólico de los individuos y de la sociedad”. La cultura, en cuanto portadora de un sistema de valores y visiones del mundo, se encuentra en el fundamento de toda identidad,(Vega, 2004).
A lo largo del último ciclo histórico, a principios del siglo XXI, han ido tomando fuerza los movimientos socioculturales, pues el campo de la conflictividad cultural ha sido el más reciente en desarrollarse, este fenómeno formaría parte de una serie de transformaciones en la estructura social de los distintos países, alguna evidencia de estos cambios se puede evidenciar en el hecho de que las percepciones se encuentren marcadas por identidades de etnia, clase, genero, fundadas en valores e ideologías y es alrededor de estos ejes identitarios que se organizan y desarrollan los conflictos culturales.
La recomposición del estado, a partir del reconocimiento de la diversidad y las particularidades del otro, en otras palabras de la implementación de la “interculturalidad” entendida como la “interacción equitativa entre un conjunto de diversas prácticas sociales, económicas, políticas y culturales de sujetos sociales distintos [...] la construcción de igualdad efectiva de derechos y obligaciones para sujetos distintos, en una nueva configuración del poder. Esto implicaría una transformación del sistema de poder ya que no establece jerarquías si no una interacción equitativa.
Otro campo relevante son los conflictos étnicos, pues estos son problemas entre grupos sociales cuyas identidades se definen por el reconocimiento a unos lazos históricos compartidos, elementos lingüísticos, comportamentales y religiosos, y más que todo estos problemas radican en la exclusión y discriminación.
Las desigualdades en las relaciones entre hombres y mujeres son la base también de los conflictos, ya que el género es un factor especialmente vinculado con la dimensión cultural.
Finalmente los conflictos culturales también tienen que ver con temas de derechos humanos y de seguridad ciudadana pues en toda la región de América Latina hay protestas contra la violación de los derechos básicos de los seres humanos, donde están también los derechos civiles y políticos.