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Transcript

Lo mejor para el ...

FINAL

EL REINO DE LOS

CIELOS

PASTOR ROBERTO TINOCO

EL PROCESO DE LOS 40'S

Hechos 4:31

Reina-Valera 1960 (RVR1960)

31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

DEFINICIÓN DE DENUEDO

El término denuedo alude al esfuerzo, el arrojo, el ardor o la energía. Se trata de una característica que puede advertirse en la ejecución de ciertas acciones.

Lo mejor para el final…

el Dios que siempre cierra bien

Ligado al principio de los cuarentas, tenemos el hecho de que Dios se reserva lo mejor para el final. En el reino, la última parte de la vida es la más productiva y la más bendecida. A Dios le gusta dejar el mejor vino para el final; mira el caso de Job

“Y bendijo Yahwéh el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas; y tuvo siete hijos y tres hijas” (42:12-13).

“Y aunque tu principio haya sido pequeño, tu postrer estado será muy grande”

(Job 8:7).

Aunque llegues a un punto donde pienses no poder levantarte y que tus mejores años pasaron, aún de allí te levantará el Señor y te mostrará que te ha reservado lo mejor para el final. La gloria postrera es mayor que la primera. Por cada día que sufriste tendrás un año de regocijo.

Este es uno de los misterios de la aflicción y del desierto

“…que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien” (Dt. 8:16).

El contraste resalta los atributos. La luz brilla más en la oscuridad y el blanco se nota más en el fondo negro. Así la gloria resalta más en la deshonra y la bondad de Dios en la adversidad. Te sabrá mejor la bendición de Dios por el contraste del desierto. Nunca olvides que el deseo de Dios lleva propósito para el final y rara vez para el inicio:

a la postre te hará bien. Siempre.

Eclesiastés 7:8 TLA

Más vale un buen final que un buen principio.

El que tiene paciencia llega a la meta;

el orgulloso habla mucho, pero no logra nada.

“Mejor es el fin del negocio que su principio…”

(Ecl. 7:8).

Los cuarentas son también el proceso de la siembra y la cosecha.

Leemos en Marcos 4:26-29

“Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, (Saúl) después grano lleno en la espiga (David); y cuando el fruto está maduro, (Salomón)

en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado”.

Entendamos este proceso:

La Palabra es una semilla

Lucas 8:11

Esta es, pues, la parábola:

La semilla es la palabra de Dios.

La semilla es la Palabra; luego la semilla tiene un proceso de “tres cuarentas”, por decirlo así, para llegar a la meta que consiste en la producción del fruto:

primero tallo, luego espiga y después grano maduro en la espiga.

Es el principio de Saúl, David y Salomón para llegar al reino.

Una sola etapa no es suficiente.

Si eres un tallo no te desanimes,

di: “fui hecho para dar fruto y lo daré a su tiempo”.

Toda semilla produce algo, las semillas de manzana producen árboles de manzana, por ejemplo.

¿Y qué produce la Palabra de Dios?

Por la Palabra de Dios fueron hechos los cielos y la tierra; todo lo que existe fue hecho por la semilla de Dios (Heb.11:3). Quienes no conocen la Palabra de Dios carecen de semillas; hay semillas para todo, para sanidad, para salvación, para prosperidad, para la familia, para el ministerio, etc. Si no tienes semillas sembradas no tendrás cosecha.

El sembrador es el que siembra la Palabra

(Mar. 4:14).

Cada semilla tiene una forma o manera en la que debe ser sembrada para ser productiva; si se siembra de forma diferente se invalida la cosecha. Entonces, ¿cómo se siembra una Palabra? La respuesta es hablando.

El problema es que hay quienes siembran la Palabra, pero no cuidan la semilla, por lo que finalmente no obtienen la cosecha. Se la pasan hablando, pero no hay vida de abundancia.

¿Cómo se cuida la semilla de la Palabra para tener cosecha?

El cosechador es el que obedece la Palabra (Luc. 6:47-49).

La semilla se cuida obedeciendo. La desobediencia anula la semilla. Repito: el que siembra habla y el que cosecha obedece la Palabra hablada. Para sembrar debes hablar la Palabra de fe y para cosechar, debes vivir la Palabra de fe. Déjame darte un ejemplo natural para ilustrar esta verdad espiritual: primero le hablas a la mujer que quieres y luego te comportas con ella como si fuese una reina. Entonces tendrás como cosecha el ser amado; pero si le hablas amorosamente y después te comportas con ella de forma áspera, no cosecharás amor. En lo espiritual es igual, hablas y luego actúas; si no cuidas la siembra, entonces los ladrones de semilla te robarán la cosecha.

Pero, ¿qué o quiénes son tales los ladrones?

Lucas 6:47-49 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

47 Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.

48 Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.

49 Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.

Los ladrones de semillas.

Todo agricultor sabe que debe cuidar su cosecha de animales y plagas. También hay ladrones de Palabras, ¿cuáles son éstos?

Un ladrón de semillas es el enemigo

(Mar. 4:15).

Marcos 4:15

15 Y éstos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, y quita la palabra que se sembró en sus corazones.

¿Cómo roba la palabra y la cosecha el enemigo? A través de problemas y malas circunstancias que llevan al creyente a dudar de la Palabra de Dios.

En Lucas 8:22-25 el Señor les dijo a los discípulos que pasaran al otro lado...

Lucas 8:22-25

22 Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron. 23 Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban. 24 Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: !!Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza. 25 Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros:

¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda,

y le obedecen?

El Señor les dijo a los discípulos

que pasaran al otro lado, esa Palabra es una semilla; pero en lugar de confiar en su Palabra, cuando vino el problema provocado por el enemigo (mira cómo el Señor reprendió al viento y al mar), entonces dudaron. Luego el Señor les preguntó por la semilla:

“¿dónde está vuestra fe?”

¡Les habían robado la Palabra!

Otros ladrones de semillas son los falsos hermanos, la cizaña (Mat. 13:25, 38).

Oyes la Palabra de Dios, la crees y es sembrada en tu corazón; pero cuando te dispones a obedecer para recibir tu cosecha, entonces vienen los hijos del maligno sembrándote malas palabras de desconfianza, crítica y chismes. El propósito es evitar tu obediencia y robarte la cosecha.

Trigo

Cizaña

Trigo

Que nadie robe tu cosecha, conserva la Palabra de Dios. El principio de los cuarentas o de la siembra y la cosecha puede acortarse mediante la sucesión, es decir, la transmisión de la unción. Veamos…

El principio de la doble unción.

Podemos saltarnos la parte mala de Saúl si nos rendimos a Dios como David. No es un atajo fácil, pero si un camino más corto. El punto es madurar por obediencia a Dios y a un padre espiritual. Pasar de David a Salomón. David y Salomón son una figura de Cristo.

David es el siervo esforzado, es Cristo en los días de su carne desde su nacimiento hasta llegar a la cruz. Mientras Salomón representa al Cristo después de la cruz, el Cristo de gloria y resurrección. De manera que el proceso se acorta y no necesitas esperar a ser viejo si llevas tu cruz voluntariamente y comienzas a vivir por la vida del Señor, como en resurrección.

El feto puede parecer un renacuajo, pero es un ser humano con todos sus cromosomas; así el cristiano inmaduro puede tener una forma grotesca al principio, pero luego será vestido de gloria a la imagen de su Rey. No te desanimes, dile a tus críticos: “Dios no ha terminado conmigo. Sea con el principio de los cuarentas o con el de la doble unción, pero Dios terminará lo que empezó en mi ser”.

No te desanimes si parece que la cosecha tarda o que aún no eres quien debes ser; así como un niño es concebido en el vientre de su madre y se desarrolla poco a poco hasta nacer, así Cristo está siendo formado en nosotros poco a poco.

Otra forma de acortar procesos es cuando vives tu primera etapa a la sombra de un padre espiritual adecuado. David no recibió bendición de Saúl; pero Salomón lo recibió todo de David su padre. Esto no sólo acorta el proceso, sino que también multiplica la bendición. Salomón construyó el Templo de Yahwéh obedeciendo la promesa que Dios le hizo a su padre David, en el monte que David compró, con los materiales que almacenó David, y según el modelo que Dios le mostró a su padre. En cierto modo, Salomón es la cristalización de toda la vida de su padre David y comienza donde su padre termina.

Los esperamos la próxima

semana....

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