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Profesorado en Lengua y Literatura
Secretaría de Extensión y Derechos Humanos
Universidad Autónoma de Entre Ríos
Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales
Lectura a dos orillas
Paraná y Concepción del Uruguay 2022
Equipo de Investigación
Cátedra de Literatura Argentina II del Profesorado en Lengua y Literatura
Cartografía de la literatura
entrerriana: la
construcción del espacio
literario de la provincia.
Periodo 1876-1910
Roto el hilo de voz que nombra y ata,
el mundo cae despacio,
y en su disolución
arrastra curvas
y esferas harapientas,
ángulos quebrados en sollozo,
huidas de pies y mano carcomidas,
ventanas desatadas en ráfagas de fuga.
Animales ciegos respiran en la pausa.
Las formas del silencio se alimentan de escombros.
Dora Hoffman
(Gualeguaychú, 1930 - 1974)
(Fragmento)
Todo sube en la quietud levemente azulada
de esta infinita mujer de tala y sauce,
esta mujer de aquí,
asomada al cielo caído en el río
como un flor de luz.
La vida tenue se escapa,
casi transparente, por las chimeneas de las casitas, loma arriba.
¿Qué será esto inclinado al paisaje
mirador de lo verde y lo lejano?
Son tan tiernos el pájaro y la nube
que en un momento parecen escucharse y comprenderse,
y la vaca, como un árbol más del campo,
apenas vuelve sus ojos, comprendiendo.
Literatura, denuncia y compromiso, militancia y
revisionismo histórico: Juan José Manauta
(Gualeguay, 1919 - Buenos Aires, 2013)
Protagonista de un intenso movimiento cultura que se produce en la ciudad de Paraná, en el periodo de entre guerras.
Durante esa etapa asoman de manera notable los motivos de su escritura.
Época de disputas entre el compromiso con proyectos radicales o conservadores de transformación social (Rosa, 2010: 53)
Amaro Villanueva
(Gualeguay, 1900 - Buenos Aires, 1969)
(Fragmento)
La llanura- blanca, debido a los plateados
plumeros de la flechilla, que, encontrándose en el
período de su reinado soberano, se extiende
como un manto hasta la línea circular, que parece
ser la intersección del desierto con el cielocomenzaba a tomar ese tinte rojizo de las tardes
de aquella tierra inolvidable, cuando el sol,
ocultándose detrás de las cuchillas, incendia los
contornos de la nube que flota en las alas de la
brisa y mezcla, en uno inimitable, los mil colores
que matizan la pampa silenciosa, brillante y
melancólica.
José Sixto Álvarez Escalada "Fray Mocho"
(Gualeguaychú, 1858 - Buenos Aires, 1903)
Adiós mi Concordia, ciudad deliciosa
Me arranca el destino muy lejos de ti,
Adiós tus palmares, tus auras, tus
flores,
Las ondas, las zarzas del gran yuquerí.
Josefina Pelliza de Sagasta
(Concordia, 1848 Buenos Aires, 1888)
Colaborador del Periódico “La Juventud”, Diario “La Calle” (que fundó junto a Alfredo Martínez Howard, Víctor Rodríguez, Darío Peretti y otros y donde ejerció de Secretario de Redacción), Diarios “Tribuna” y “El Telégrafo” (donde fue redactor), Revistas “Substancia”, “Optimismo”, “Orquídea” y “El Mirador” de Concepción del Uruguay, el Diario “El Diario” de Paraná, “El Mundo” (donde fue editorialista), “Clarín”, “La Nación”, “La Opinión”, “Magazzine” y “Mayoría” (donde fue columnista), de Buenos Aires. Allí, tuvo reconocidas labores en las Editoriales “Claridad” y “Mundi” desempeñándose como compilador, corrector, prologuista y traductor. En la Editorial “Mundi” crea y dirige las colecciones “El Bosque Sagrado”, “Mundilar” y “Cuadernos del Laberinto”. También colabora en las Revistas “Hitos” y “Poesía Argentina” (Buenos Aires, sept.1949-dic.1950) que publica la Comisión Nacional de Cultura .
Luis Alberto Ruiz
(Concepción del Uruguay, 1923- Buenos Aires, 1987)
Cantando su arrobante melodía
al compás de las ondas ajustada
va por los campos prósperos nimbada
con un fulgente resplandor de día.
En explosión de amor y de alegría
su inagotable juventud bañada
se envuelve en una nube perfumada
por sagrados sahumerios de poesía.
Sabe la libertad de su bravura
que Montiel glorifica en sus rumores
y es su cerebro la suprema altura.
Por eso se alza en arrogantes bríos
coronada de palmas y de flores
la diosa de las selvas y los ríos.
Diego Fernández Espiro
(Colón, 1872 - Buenos Aires, 1912)
(Fragmento)
Yo contemplo tu vida, mujer, desde la mía
y transito por tu alma sin viento.
Los demás te miran, mujer,
como a una casa ajena, pero yo me hospedo.
Entro en su cotidianidad y amo sus trajines.
Tienes un fervor que nimba tus gestos
y una dulce manera de adolescente tímida.
Hablas del amor, de la vida, de la gente
como de Dios, con respeto y alabanza.
Tu sonreír es la disculpa que a los dem´ás
pides por ser tan pura y apasionada.
Arremansan frases tus silencios
y abandonas tus ojos en cualquier mirada
con la misma ternura con que respondes
a las innúmeras preguntas de tu hijo.
La vida te teme porque la dominas
como a las serpientes, con una flauta.
Y el dolor te sigue en perro fiel,
aunque lo maltrates.
Emma de Cartosio
(Concepción del Uruguay, 1928 - 2013 )
“Este libro
salpicado por el
lodo de la calle
sucia de mi pueblo;
pero, libro también
limpiado por la
estrella que todos
guardamos en el
charco romántico
de nuestro séptimo
cielo”
Nicolás J. Jozami
(Paraná, 1905-Rosario, 1932)
Hoy recibí tu carta. La he leído
con asombro, pues dices que regresas,
y aún de la sorpresa no he salido...
¡Hace tanto que vivo sin sorpresas!
«Que por fin vas a verme..., que tan larga
fue la separación...» Te lo aconsejo,
no vengas, sufrirías una amarga
desilusión: me encontrarías viejo.
Y como un viejo, ahora, me he llamado
a quietud, y a excepción ¡siempre el pasado!
de uno que otro recuerdo que en la frente
me pone alguna arruga de tristeza,
no me puedo quejar: tranquilamente
fumo mi pipa y bebo mi cerveza.
Evaristo Carriego
(Paraná, 1883 - Buenos Aires, 1912)
“El caballeresco
entrerriano al ver que su
amada había rodado con el
caballo, lanzándose sobre
ella los soldados para
despojarla más pronto de
sus alhajas dio vuelta a las
bridas y cayó como un rayo
sobre aquel pelotón de
cincuenta hombre
repartiendo mandobles a
diestra y siniestra hasta
que una bala perdida le
atravesó el pecho
causándole instantánea
muerte”
Beningno Tejeiro Martínez
(Las Coruña, 1846-Paraná, 1925)
¿Dónde hallaré ese verbo
que saque desde dentro
La voz sutil del alama atardecida?
Graciela Iannuzzo
(Paraná )
A Heloísa G. de Andrade
Las flores están tristes, en la noche
No juegan con el ala de los céfiros
Y a los primeros rayos de la aurora
Se abren llorando sus marchitos pétalos
El arpa del poeta ha enmudecido,
Trocándose en sollosos sus acentos,
Y de sus rotas cuerdas ya no surge
La épica estrofa que escuchaba el cielo
El libro en un rincón está olvidado,
No acarician sus hojas los cabellos
De aquella blanca y luminosa frente
Que iba a abismar en él sus pensamientos.
El piano no derrama en el espíritu
La dulce vibración de sus arpegios;
Parece ataúd de una armonía
Muerta por la presión del sentimiento.
Todo es desolación: todo está mudo
En el hogar donde reinaba el genio;
Flores, arpas y libros, todo dice
Con fúnebre tristeza: ¡Lelia ha muerto!
Gervasio Méndez
(Gualeguaychú, 1842 - Buenos Aires, 1897)
“ Entre Ríos era en
aquella época un
territorio casi desierto;
sólo a lo largo de las
corrientes que lo
circundan con el engarce
de los grandes ríos, se
veía asomar por entre
alguna abra de los
montes el rústico
campanario de la aldea.”
Martiniano Leguizamon
(Rosario del Tala, 1858 - Buenos Aires, 1935)
(Fragmento)
Piso la noche y parto. No es olvido
este silencio que en la sien, partido,
queda detrás de mí, ni es alborada
que apenas toca el borde de la almohada.
No es tampoco la estrella que ha caído
ni es el pájaro alegre que, dormido,
deja en el aire un ángulo vacío.
Este silencio que quedó, tan mío,
es mi paso y mi voz. Y una serena
garza del río cruza leve, apenas,
la noche en donde parto y mi mirada.
Piso la noche y parto. Pero alada.
Y esto quizás ni es sueño ni sea nada.
Ana Teresa Fabani
(Concepción del Uruguay, 1921 - Buenos Aires, 1940 )
Mi lugar es a veces
un sobrevuelo que me asigno.
Pero también
un espacio pequeño
un despertador a las seis de la mañana
un jefe que siempre llega a horario
unos profesores del siglo pasado
unos años por escalar
unas dimensiones
definidas por los que llegan corriendo
sin saber para qué.
Mi ser aquí-ahí
sigue aplastado por la montaña
y pese a la imponente, absurda, contingencia
los contactos con los días
continúan inocentes. Claros
como los duelos a cuchillo
que ya me canso de perder.
Orlando Calgaro
(La Paz, 1939 - Rosario, 1986)
Recio, rudo, viril, de hercúlea traza
y rostro adusto que el hollín sombres,
la mirada infinita que llamea
con incógnita luz, fija en la hornaza.
La raza de los fuertes es su raza,
la bendita de Dios, la que flamea
el pendón del amor y en la pelea
muestra el pecho desnudo por coraza.
Es quizá un redentor. Palpita bajo
de su blusa azul, el corazón sencillo
de los gloriosos héroes de andrajo.
Arde la llama roja en el hornillo,
mientras el himno inmenso del trabajo
entona en el repique del martillo.
Damián P. Garat
(Concordia, 1869 - Jesús María, 1921)
(Fragmento)
Escucha, amada, al corazón, escucha,
la voz sencilla que te va a cantar...
Es la voz del amado que te invoca
en el misterio de la soledad...
¿Sabes tú de esas conchas submarinas
que guardan siglos el rumor del mar?
¿Qué misterio inefable hace que guarden
esos murmullos de la inmensidad?
Yo no lo sé; pero mi amor, amada,
tiene la inmensidad del mar... y más...
Y este libro es como esos caracoles
que guardan siglos el rumor del mar
Delio Panizza
(Rosario del Tala, 1893 - Concepción del Uruguay, 1965)
Despertada, la figura emerge del muro.
Impulso que ya es envión.
No demasiado alto,
los pies trabados por el ladrillo,
no terminan de mostrarse,
permiten adivinar la consistencia
terrosa de los vuelos.
Alas y muro,
esa persistencia fugaz crepita ante mí
y en una víspera.
No ha de tardar la irrupción fascinante
y decepcionante.
Arnaldo Calveyra
(Gobernador Mansilla, 1929 - París, 2015)
De un viejo aroma de la tarde asid,
sin la promesa ni el presentimiento,
vagaba el triste corazón sediento
deshojando su amor desatentido.
Muriendo de recuerdos y de olvido,
sin nadie en la emoción de aquel momento,
herido por la música y el viento,
con la música y el viento perdido.
Donde nadie escuchaba su lamento,
lejos de lo soñado y lo querido,
bajo la soledad y el descontento,
en el mundo del humo descendido,
entre la multitud y sin aliento,
la dulce hora lo encontró caído.
Marcelino M. Román
(Victoria, 1908 - Paraná, 1981)
Albor primero vino a despertarme.
La mañana mansita entró a mi pieza.
Aquí está reluciente y conmovida
como una absolución, el alma intensa
Añejas devociones voy cruzando.
Oran por mí las santas arboledas.
Nuevo como quien viene de un cariño
desando mi existencia y mis callejas.
Crece como una luna mi silencio...
Los minutos más viejos están cerca.
Asoma mi niñez sobre la tapia.
¿A quién le pido un canto en la hora espléndida?
Carlos Mastronardi
(Gualeguay, 1901 - Buenos Aires, 1976)
Esa soy yo:
una mujer gastada y melancólica
con la mirada
que arranca de una infancia
razonable
y una cabeza peinada
como corresponde
a una señora de tantos años.
Procuro que las canas
tengan su orden natural
que tranquiliza a los que miran,
aunque yo casi estoy segura,
después de todo,
que moriré sin haber sentado
cabeza.
Emma Barrandeguy
(Gualeguay, 1914 - 2006 )
La provincia más libre y altiva,
Entrerrianos, de pie contemplad;
Compatriotas, son vuestras las
glorias;
Opresores cobardes, temblad.
Luis N. Palma
(Gualeguaychú, 1863- Paraná, 1894)
De allá soy, amigos míos. Soy
de los contornos de Villaguay
El rocío que escarcha en el
amanecer la costa gramillada
del Vergara refresca mi
corazón, y al acordarme de
Entre Ríos, de
Villaguay, del Vergara, de
Domínguez […] veo aclarar en
mí como aclara el cielo […]
Entre Ríos, tierra benévola,
tierra de hombres leales,
guarnecida de ceibos, diste
fondo a mi alma…
Alberto Gerchunoff
(Proskurof *, 1883 [1884]-Buenos Aires, 1950)
"La escasamente rebelión, encabezada por los hermanos Kennedy contra la dictadura de Uriburu en 1932, sirve de marco histórico para que González Rebolledo inscriba su ficción altamente imaginativa y fecunda.
Celebramos la sobria escritura, la ajustada lógica en el deslizamiento de los planos y personajes entrañables, diestramente trazados por voces distintivas.
Celebramos la aparición de esta novela."
Emma Barrandeguy, 2005
Daniel González Rebolledo
(Galarza, 1952)
El autor diamantino ha sido galardonado con distintos premios como el Fondo Nacional de las Artes, la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) y dos veces el galardón Fray Mocho, máxima distinción que otorga la provincia de Entre Ríos.
Ramón Luis Torres
(Diamante)
Cuando baje el Gualeguay,
cuando deje de cortejar nidales
ateridos y regrese entre balsas de
hojitas a su caja de greda, cuando
baje el Gualeguay, cuando vuelva
del aguaribay y las lagunas, la
boca llena de pimientas y de oros
del celaje, cuando vuelva el azul
al ojo de las vacas y el moscardón
verifique con el sonar de sus
bajos el sepia lento de sus
barrancas curvas, cuando baje el
Gualeguay; cuando recobren su
sintaxis las urdimbres del sauce:
Miguel Ángel Federik
(Villaguay, 1951)
"–Óigame mi
General/podría
explicarme por qué
si estamos meando
los dos sólo se oye
el ruido de uno?/–
¡Pero Toronja
Pelada!/No ves que
te estoy meando el
sobretodo!!!"
Ricardo Zelarayán
(Paraná, 1922- Buenos Aires, 2010)
Tengo una brisa amiga, que en las tardes
Viene mi sien ardiente á refrescar:
Ella me trae mensajes misteriosos
De otro mundo, otro cielo y otra edad.
Agustina Pastora Andrade (Gualeguaychú, 1858- Témperley, 1891)
Criatura dulcísima de ayer,
habitada de pájaros.
Niña sin nada,
asomada a una rosa.
Te miro desde mí.
Te me pareces.
Con vestido de seda
y un asombro encendido
que dura todavía.
La luz desbaratada de la tarde
me trae siempre a vos.
Me reconozco aún en la ternura
de tu boca que calla
lo que dicen tus ojos.
Marta Zamarripa
(Gualeguay, 1933 -Victoria, 2020)
No hay en tu tierra gracias
sorprendentes de líneas.
-apenas si una suave melodía
de curvas
pero tiene ella un
encanto de mujer, de sencilla,
de agreste
belleza,
vestida de un silencio verde y
feliz de campo,
toda húmeda de una alegría
de arroyos,
con una cabellera densa de
árboles libres
Juan L. Ortiz
(Gualeguay, 1895 - Paraná, 1978)
"Un fresco abrazo de agua la nombra para siempre" - Mastronardi