Las reformas borbónicas

Las reformas borbónicas

El contexto de las reformas

A fines del siglo XVII la Casa de Austria dejó de gobernar España, y después de una guerra de sucesión subió al trono la dinastía francesa de los Borbones. Estos pronto tomaron conciencia de la decadencia en la que se encontraba España, pues fue el país más afectado por la crisis del siglo XVII.

Entonces, buscaron la modernización del Imperio español aplicando una serie de medidas que conocemos como las reformas borbónicas. Fue un proceso continuo, que se inició en la metrópoli con los dos primeros monarcas de esta familia y se puso en marcha en América con Carlos III (1759-1788), rey que aplicó las ideas del despotismo ilustrado.

Objetivos

Sus objetivos principales fueron:

• Centralizar el poder en manos del monarca y sus funcionarios.

• Control del Estado sobre la Iglesia, política que llegó a su máxima expresión con la expulsión de los jesuitas de España y América (1767).

• Mejorar la estructura administrativa, para que sea eficiente y profesional.

• Modernizar la economía para obtener una mayor producción de las colonias y el incremento del comercio transatlántico.

• Impulsar la educación de las élites; por lo que se creó el Convictorio de San Carlos (1771).

Los rivales de Estado borbónico

Las pretensiones del Estado borbónico de monopolizar el poder de sus dominios chocaron con otros poderes que limitaban su afán controlista. Los rivales más poderosos fueron los criollos y la Iglesia, en particular la orden jesuita. Por ello, la política borbónica se encaminó a debilitar a estos dos poderes.

• La relegación de los criollos. Las familias criollas más prestigiosas habían ocupado los más altos puestos en la burocracia virreinal, hecho que consolidó su poder. Consideraban, por eso, que participaban juntamente con el monarca en el gobierno del virreinato. Sin embargo, al ser excluidos de los cargos, surgió en ellos un sentimiento de frustración respecto a la Corona. Esto produjo choques entre peninsulares y criollos, lo cual obstaculizó las reformas.

• La expulsión de los jesuitas. En el interior de la Iglesia católica sobresalía la Compañía de Jesús como una de las instituciones más poderosas del mundo colonial. Por eso, en 1767, el rey Carlos III decretó la expulsión de los jesuitas de todos los dominios españoles. Justificó su medida señalando que el cuarto voto jesuita, un juramento de fidelidad y obediencia al papa, los convertía en sospechosos de deslealtad al rey. En el Perú, el virrey Manuel de Amat y Junient cumplió la orden y dispuso el destierro indefinido de dicha orden religiosa.

La reforma de la minería

La Corona promovió la modernización de la minería a través de las siguientes medidas:

• La promoción de misiones técnicas para introducir nuevos métodos, como el uso de explosivos o el diseño de los socavones.

• La creación del cargo de alcalde de minas, funcionario que sustituyó al corregidor como la máxima autoridad en los yacimientos mineros.

• La creación de los bancos de rescate (1792), instituciones que vendían insumos para la minería a precios oficiales. Estos usualmente eran más bajos que los que ofrecían los antiguos comerciantes.