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Descripcion general.
El trastorno explosivo intermitente supone episodios repentinos y repetidos de conductas impulsivas, agresivas y violentas, o arrebatos verbales agresivos en los que reaccionas con demasiada exageración para la situación. La violencia vial, el maltrato intrafamiliar, lanzar o romper objetos u otros berrinches temperamentales pueden ser signos del trastorno explosivo intermitente.
Valentina Urrea Forero,
Chelsea Urrea velez
Estos arrebatos intermitentes y explosivos te provocan una gran angustia, tienen un impacto negativo en tus relaciones, en el trabajo y en la escuela, y pueden tener consecuencias legales y financieras.
Los episodios agresivos pueden ser precedidos por o ir acompañados de lo siguiente:
-Ira, Irritabilidad, Aumento de energía, Pensamientos acelerados, Hormigueo, Temblores, Palpitaciones, Opresión en el pecho.
Los arrebatos verbales y conductuales están sobredimensionados y no se piensa en las consecuencias. Entre ellos se pueden incluir los siguientes:
A. Arrebatos recurrentes en el comportamiento que reflejan una falta de control de los impulsos de agresividad, manifestada por una de las siguientes:
1. Agresión verbal o agresión física contra la propiedad, los animales u otros individuos, en promedio dos veces por semana, durante un período de tres meses. La agresión física no provoca daños ni destrucción de la propiedad, ni provoca lesiones físicas a los animales ni a otros individuos.
2. Tres arrebatos en el comportamiento que provoquen daños o destrucción de la propiedad o agresión física con lesiones a animales u otros individuos, sucedidas en los últimos doce meses.
B. La magnitud de la agresividad expresada durante los arrebatos recurrentes es bastante desproporcionada con respecto a la provocación o cualquier factor estresante psicosocial desencadenante.
C. Los arrebatos agresivos recurrentes no son premeditados, ni persiguen ningún objetivo tangible.
D. Los arrebatos agresivos recurrentes provocan un marcado malestar en el individuo, alteran su rendimiento laboral o sus relaciones interpersonales, o tienen consecuencias económicas o lega-les.
E. El individuo tiene una edad cronológica de seis años por lo menos (o un grado de desarrollo equivalente).
F. Los arrebatos agresivos recurrentes no se explican mejor por otro trastorno mental, ni se pueden atribuir a otra afección médica, ni a los efectos fisiológicos de alguna sustancia. En los niños de edades comprendidas entre 6 y 18 años, a un comportamiento agresivo que forme parte de un trastorno de adaptación no se le debe asignar este diagnóstico.
• Los arrebatos agresivos impulsivos (o basados en la ira) del trastorno explosivo intermitente presentan un inicio rápido y típicamente un escaso o nulo período prodrómico.
• Los arrebatos suelen durar menos de 30 minutos y se producen frecuentemente como respuesta a una pequeña provocación por parte de un amigo íntimo o una persona cercana.
• La característica principal del trastorno explosivo intermitente es la falta de control del comportamiento agresivo impulsivo en respuesta a una provocación experimentada subjetivamente que no produciría normalmente un arrebato agresivo.
OBJETIVO.
Este estudio tiene como objetivo establecer un diagnóstico psicopatológico a partir del estudio de un caso clínico documentado para fundamentar la efectividad del modelo
cognitivo conductual. El tipo de investigación empleada es documental se utilizaron revistas científicas, libros especializados, para la recopilación de información.
El presente estudio hace referencia a una paciente de 25 años de edad, con un temperamento explosivo, suspendido en primero de preparatoria por utilizar un par de tijeras para atacar a un compañero, presenta dificultad para permanecer sentado durante la clase y concentrarse. En su graduación de preparatoria, su patrón de estallidos temperamentales periódicos continuó en gran medida sin cambios, fue despedido de varios empleos por peleas y dado de baja del ejército.
En la Replicación de la Encuesta Nacional de Comorbilidad, una investigación comunitaria realizada por el Instituto Nacional de Salud Mental, colocó la incidencia de por vida en el rango del 5% al 7% y la prevalencia actual del 3% al 4%, dependiendo de cómo se definió la condición. También encontró que las personas con IED a menudo eran jóvenes y que la mayoría eran hombres. En los casos más severos (al menos tres ataques de ira por año), una persona con un trastorno explosivo intermitente puede tener docenas de episodios a lo largo del tiempo, provocando lesiones que requieren atención médica o miles de dólares en daños a la propiedad (Harvard Mental Health, 2019).
Coie, Lochman, Ferry, Hyman (1992) en sus trabajos han establecido que las conductas agresivas en menores de edad que cursan la educación básica es un predictor de que la agresividad se incrementará llevando a la persona a tener conductas delincuenciales, intensificándose los casos cuando de por medio ha habido un rechazo de los padres. González y Carrasco (2006) comentan una serie de teorías para el tratamiento de las conductas agresivas, entre las que se encuentran la psicodinámica que aplica estrategias de asociación libre con la intensión de que la persona comprenda los motivos que lo llevan a ser agresivo, entendiéndose por agresividad la liberación de impulsos destructivos.
1. El modelo socio-cognitivo, según Cupani, Azpilicueta y Sialle (2017), consideran que la conducta agresiva es generada por problemas interpersonales del individuo, quien tiende a malinterpretar las conductas sociales pensando que son amenazas o provocaciones en situaciones que no existen.
La teoría conductual trata que el individuo deje atrás la conducta agresiva, aprendiendo o desarrollando el uso de conductas no agresivas a través de estrategias de reforzamiento primario y secundario, aplicar castigo, combina la contingencia y castigo para que la persona cambie su agresividad.
2. Díaz, Soto y Ortega (2016) indican que los enfoques de la terapia cognitivo-conductual se basan en el principio fundamental de que las cogniciones de un individuo desempeñan un papel importante y primario en el desarrollo y mantenimiento de respuestas emocionales y conductuales a situaciones de la vida. En este modelo, los procesos cognitivos, en forma de significados, juicios, valoraciones y suposiciones asociadas con eventos de la vida específicos, son los determinantes principales de los sentimientos y acciones de uno en respuesta a los eventos de la vida y, por lo tanto, facilitan o dificultan el proceso de adaptación. La TCC incluye una variedad de enfoques que han demostrado ser eficaces en el tratamiento de diferentes trastornos.