Introducing
Your new presentation assistant.
Refine, enhance, and tailor your content, source relevant images, and edit visuals quicker than ever before.
Trending searches
ESTILOS
Los pueblos primitivos, los más próximos al momento en el que emergió la humanidad, iniciaron sus manifestaciones artísticas pintando a sus presas —bisontes, mamuts y renos— en paredes de cuevas y rocas, cuyos primeros vestigios se localizaron en el siglo XIX en España y el sur de Francia.
Las normas que rigen todo el arte egipcio —el estilo— confieren a cada obra un efecto de equilibrio y armonía: dan un lugar específico a cada pintura, estatua y forma arquitectónica. Este estilo, aprendido por los artistas desde la más temprana juventud, consistía en hacer las estatuas sedentes con las manos apoyadas sobre las rodillas, a los hombres más morenos que las mujeres y a las divinidades con sus características específicas.
Los griegos basaron su arte en la perfección, contemplación y observación de las cosas —a diferencia de los egipcios quienes lo hicieron en el conocimiento.
A partir de entonces diversas obras contribuyeron al perfeccionamiento del conocimiento del cuerpo humano en movimiento.
A partir del periodo comprendido entre 520 y 420 a. C. las obras empezaron a apreciarse por su belleza, dejando en segundo plano sus funciones políticas o religiosas.
En esta época había diversidad de escuelas artísticas y la libertad era un principio básico en la creación.
Los griegos idealizaban tanto la naturaleza que en un punto sus obras alcanzaron equilibrio entre lo modélico y lo individual.
En 311 d. C., el emperador Constantino estableció la religión cristiana como la oficial del Estado, confiriéndole el mayor poder del reino.
Los nuevos templos se construyeron como grandes salas de reunión, al estilo de las basílicas de la época clásica: construcciones empleadas como mercados cubiertos y tribunales públicos de justicia, con bajos compartimientos en las paredes laterales en cuyo extremo solía haber un espacio para un estrado semicircular en el que el juez o presidente de la asamblea tenía su asiento.
El arte de esta época empezó a verse con un fin útil, a expresarse con claridad y sencillez realzando lo estrictamente esencial.
En el siglo XII, los nobles y los obispos se convirtieron en los nuevos señores feudales en Inglaterra. Su poderío pronto empezó a ejercerse a través de la construcción y fundación de monasterios y abadías con estilo normando o románico que transformaban ciudades enteras o sus alrededores.
La decoración de estas iglesias fue muy cuidada en cada uno de sus detalles, pues tenía que haber una relación clara entre el mensaje y la imagen u ornamento.
Para este estilo, lo único que se requería eran delgados pilares, estrechos nervios, enormes ventanales y suplantar los arcos semicirculares por los arcos apuntados (es decir, lograr que dos segmentos del arco se encontraran en un mismo punto). El resultado de la aplicación de estos elementos juntos fue la construcción de una iglesia completamente nueva en la segunda mitad del siglo XII, cuya insignia se encuentra en el norte de Francia.
Muchas de estas iglesias además contaban con esculturas que parecían ser pilares que salían de la misma armazón arquitectónica, solemne y férrea, y que eran símbolos del Antiguo Testamento: Abraham, Moisés y Melquisedec, entre otros.