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La selva paranaense originalmente abarcaba mas de 120 millones de hectarias que en las últimas décadas fueron reducidas a un nivel alarmante. La prolongación más meridional de la selva paranaense se le denomida selva misionera, que hasta mediados del siglo XX abarcaba gran parte de lo que hoy son los estados brasileños de Paraná, Santa Catarina, el extremo norte de Río Grande Do Sur y el este del Paraguay. La selva misionera se encuentra en el corredor verde de Misiones.
La selva misionera ocupa el %35 del territorio de la provincia de misiones
(Parte argentina)
La selva misionera es una selva tropical con veranos muy calurosos e inviernos relativamente frescos. Es una formación vegetal beneficiada por suelos muy ricos en materia orgánica, mucho sol y clima cálido y perhúmedo (más de 3000 mm de precipitaciones al año). Posee una foresta densa y exuberante.
El clima de la selva misionera es del tipo tropical húmedo. Se destaca por altos registros pluviométricos que son resultado de los vientos húmedos provenientes del Océano Atlántico. La humedad media relativa varía del 75% al 100% con importantes rocíos nocturnos. Sin embargo pese a que la humedad es lo más común, en ciertos años el déficit de lluvias y de humedad en general puede ser tal que la foresta puede muy fácilmente sufrir incendios.
Las temperaturas medias oscilan los 19 ºC promedio para la estación "invernal" y 29 °C promedio para los meses de enero, febrero y marzo, alcanzando temperaturas bastante elevadas durante el día, de casi 10 °C por encima del promedio diario.
Podemos dividir la selva en tres estratos, con unos suelos de tierra rojiza, donde encontramos una gran cantidad de ramas, troncos en descomposición, hojas, hongos, musgos y líquenes. En este primer estrato, encontramos muchos helechos, hierbas, pastos y pequeñas plantas. En el sotobosque encontramos diversas variedades de arbustos, cañas y retoños de árboles. Por último, en el estrato más elevado o emergente pueden verse árboles que llegan a alturas de entre 12 y 40 metros, y que luchan por alcanzar la luz solar.
Posee desde valles bajos muy cálidos y húmedos recorridos por los principales ríos hasta un conjunto montañoso de sierras con clima húmedo aunque notoriamente más fresco. Excepcionalmente las cumbres de tales Sierras de Misiones, que además de a la sierra de Misiones propiamente dicha incluye al ramal llamado la Sierra del Imán, alcanza altitudes en la provincia de hasta 850 msnm. Debido a este relieve, la formación vegetal tiene pisos altitudinales. En el piso más elevado, el de la meseta misionera (en el este de la provincia) predominaban genuinos bosques de una conífera de gran porte: el gran cury (Araucaria angustifolia), pero de tales interesantes bosques quedan apenas unos relictos tras la deforestación que en ellos se ha llevado a cabo.
Esta zona del planeta posee una gran y diversa fauna, a pesar de la explotación que sufre, al igual que la selva Amazónica. Por ejemplo, posee hasta un millón y medio de especies de animales, incluyendo a los insectos aunque son los más complicados de contabilizar. Se calcula que tan solo en este lugar habitan el 2% de los invertebrados que viven en el mundo. También alberga una gran diversidad de especies de mamíferos, aves, anfibios y reptiles. Así hasta unas 1.500 especies.
Dentro de los invertebrados, encontramos una gran diversidad de arañas y mariposas en esta región selvática.
Entre las especies de aves hay loros o papagayos, como los guacamayos que están en peligro, también hay águilas y tucanes, que son algunas de las especies más vistosas de aves de la selva Misionera.
Hay gran cantidad de mamíferos como murciélagos, lobos de río, nutrias, capibaras, zorros, nutrias, coatíes y pequeños roedores. Existen monos como el carayá rojo o el mono caí, que son muy buscados por los fotógrafos de la fauna.
También encontramos lémures, osos hormigueros y tapires. Entre los más exóticos y difíciles de avistar están el jaguar o yaguareté, el ocelote o el puma.
Entre los reptiles hay tortugas, lagartos, caimanes comunes y yacarés o caimanes del Para. Gran cantidad de serpientes y víboras (incluyendo algunas altamente venenosas), como la yarará o la cascabel.
La selva Misionera o Paranaense posee una gran diversidad de flores, en particular en la zona de Brasil, que cuenta con un promedio de hasta 400 especies diferentes por hectárea. En Brasil, la selva Paranaense se encuentra como una extensión de la selva Amazónica, donde ocupa hasta 17 estados.
Existen unas 200 variedades de árboles, pero los más destacados entre la flora de la selva Misionera son:
Handroanthus heptaphyllus
El Lapacho negro es un árbol tropical y subtropical que alcanza hasta 30 metros de alto y un diámetro máximo de 1,5 metros. Es llamado asi por el color que presenta su madera. Esta especie Lapacho negro es monumento natural provincial.
Este árbol es el coloso de la selva Misionera, alcanzando alturas de hasta 40 metros y diámetros de 1,50. Posee una copa en forma de parasol. Este árbol ha sido declarado bien natural provincial en 1.986, por lo que su extracción está prohibida en la provincia de Misiones, Argentina.
Este es el árbol que alcanza una mayor altura de la selva, llegando a más de 40 metros y diámetros de 1,60, pero contando el palo recto 20 a 30 metros. Sin embargo, su presencia en la actualidad es escasa, debido a la tala indiscriminada, por lo que se encuentra protegido en el Parque Nacional Iguazú.
Hace alrededor de un siglo, esta selva abarcaba 1.000.000 km2 que se extendían por el nordeste argentino, el este de Paraguay y el sur de Brasil. La tala indiscriminada del bosque nativo la redujo a unos 54.000 km2. Solo el 10% está protegido.
La caza furtiva, la tala indiscriminada, la quema de bosques y pastizales, la pesca ilegal y el avance de la agricultura y la ganadería son algunas de las mayores amenazas para lo que queda de la enorme selva paranaense.