EL DISCIPULADO Y EL DISCÍPULO

Sus seguidores escuchaban atentamente cada palabra que les hablaba y observaban las cosas que él hacía a fin de prepararse para enseñar a otros.

Aparentemente el sistema dio resultados: posteriormente Platón fundó la Academia donde se continuó enseñando filosofía y ciencia por novecientos años.

Jesús usó una relación similar con los hombres que Él preparó para expandir el Reino de Dios.

Sus discípulos estuvieron con Él día y noche por tres años, escucharon sus sermones y memorizaron sus enseñanzas.

Lo vieron vivir la vida que les enseñó. Entonces, después de su ascensión, los discípulos transmitieron las palabras de Cristo a otros y los estimularon a adoptar su estilo de vida y a obedecer sus enseñanzas.

Un discípulo es un estudiante que memoriza las palabras, acciones y estilo de vida de su maestro en preparación para enseñar a otros.

El discipulado cristiano es una relación de maestro a alumno, basada en el modelo de Cristo y sus discípulos, en la cual el maestro reproduce en el estudiante la plenitud de vida que él tiene en Cristo, en tal forma que el discípulo se capacite para adiestrar y enseñar a otros.

El discipulado es el escalón que nos lleva a un punto mas elevado que el de simple creyente.

Es el inicio en el viaje de la plenitud y el crecimiento espiritual garantizado.

1. Por definición, un discípulo es un seguidor, uno que acepta y colabora en la difusión de las doctrinas de otro.

1

2. Un discípulo cristiano es una persona que acepta y colabora en la difusión de las buenas nuevas de Jesucristo.

2

3. El discipulado cristiano es el proceso mediante el cual los discípulos crecen en el Señor Jesucristo y son equipados por el Espíritu Santo, que habita en nuestros corazones, para vencer las presiones y las pruebas de la vida presente y se vuelven más y más parecidos a Jesús.

3

Este proceso requiere que los creyentes respondan a la invitación del Espíritu Santo para examinar sus pensamientos, palabras y acciones, y que las comparen con la palabra de Dios.

Esto requiere que estemos en la palabra diariamente, estudiándola, orándola, y obedeciéndola. Además, debemos estar siempre dispuestos a dar testimonio de la razón de la esperanza que está en nosotros

(1 Pedro 3:15) y a discipular a otros a que anden en el camino de Dios.

Podemos decir que el discipulado bíblico es el proceso en el cual el discípulo conoce y aprende específicamente la doctrina que enseña Dios en La Biblia.

Cuando digo proceso quiero decir que la salvación (implica haber recibido al Espíritu Santo), no garantiza que el creyente sepa «automáticamente» la verdadera enseñanza bíblica, sino más bien debe aprender esta mientras esté peregrinando en este mundo.

Este proceso debe ser guiado por un discipulador a través de encuentros periódicos donde se estudia la Biblia, su doctrina y los principios a aplicar en la vida. A esto se le llama discipulado bíblico.

Ahora bien, no se debe confundir un discipulado con una clase bíblica, o sea es incorrecto llamarle «clase de discipulado».

Como proceso el discipulado no puede calcularse cuándo termina, ya que siempre estamos aprendiendo del Maestro.

Un punto adicional: el discipulado puede hacerse en pequeños grupos, no más de 5 personas, preferiblemente uno a uno.

Debe apegarse a la palabra fiel, según la enseñanza que recibió, de modo que también pueda exhortar a otros con la sana doctrina y refutar a los que se opongan. Tito 1:9 NVI

1.-Al creyente hay que decirle que gane una vida, el discípulo en un pescador

de vidas.

2.-El creyente suele esperar panes y peces, el discípulo es un pescador.

3.-Al creyente desea que lo visiten, el discípulo verdadero sale a visitar vidas.

4.-El creyente espera que le asignen tarea; el discípulo es solícito en asumir

responsabilidades.

5.-Los discípulos de la iglesia primitiva trastornaron el mundo; los creyentes del

siglo XXI están trastornados por el mundo.

6.-El creyente es un ahorro; el discípulo una inversión.

7.-El creyente hace hábito; el discípulo rompe los moldes.

8.-Los creyentes buscan comodidad, los discípulos andan en una vida de

sacrificio y abnegación.

9.- Al creyente se le promete una almohada; al discípulo una cruz.

10.-El creyente espera que oren por él; el discípulo ora por los demás.

11.- El creyente vale para sumar; el discípulo para multiplicar.

12.-El creyente murmura y reclama; el discípulo obedece y se niega a sí mismo.

13.-La creyente entrega parte de sus ganancias;

el discípulo entrega parte de su vida.

14.-El creyente gusta del halago; el discípulo del sacrificio vivo.

15.-Los creyentes llevan todas sus cargas, los discípulos verdaderos lo

someten todo a Dios.

1 Pedro 5:7

16.-Los creyentes fanáticos buscan espectáculos; los discípulos de verdad

buscan formación.

17.-Los creyentes vienen por peces y pan; los discípulos verdaderos vienen a

dar a impartir.

18.-Muchos creyentes se quejan de todo y no se dejan formar; un verdadero

discípulo se deja formar y no se queja.

19.-Los creyentes se esperanzan en el hombre; los discípulos se esperanzan en

Dios.

20.-Los creyentes buscan avivamiento; los discípulos provocan el avivamiento.

21.-Los creyentes andan bajo emociones y sentimientos; los discípulos andan

bajo los principios de la palabra

22.-Los creyentes vienen para ser animados y motivados; los discípulos de

verdad vienen a animar y motivar.

Quisiera terminar con palabras de Pablo que reflejan qué era el discipulado para él:

«Pero tú has seguido MI doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia…»

(2 Timoteo 3.10).

Como dijimos arriba, eso es el discipulado, una transferencia de lo que somos

en alguien más.

Es nuestra responsabilidad crecer en santidad para que transfiramos santidad, ejemplo.

Es importante que nos reproduzcamos en discípulos que evangelicen y haga discípulos en una cadena permanente de crecimiento y

fe.