Aproximadamente 80 años antes de que Mosíah, el hijo del rey Benjamín, llegara a ser rey, un hombre llamado Zeniff llevó a un grupo de nefitas de Zarahemla a vivir en la tierra de Nefi, la cual consideraban ser “la tierra de su herencia”
( Omni 1:27–30).
Ammón
El rey Mosíah autorizó a un hombre llamado Ammón a llevar a un pequeño grupo a la tierra de Nefi para averiguar el destino del grupo de Zeniff. Ammón y sus compañeros encontraron a los descendientes del grupo de Zeniff viviendo en cautiverio bajo los lamanitas; Limhi, el nieto de Zeniff, era su rey.
La llegada de Ammón dio esperanzas a Limhi y a su pueblo.
Limhi le preguntó a Ammón si podía traducir los grabados de 24 planchas de oro que su pueblo había descubierto; Ammón le explicó que el rey de Zarahemla, el rey Mosíah, era un vidente que podía traducir los registros antiguos.
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reconocer
Reconocer nuestros pecados y sentir pesar por haberlos cometido nos puede llevar a tornarnos al Señor para ser liberados.
Entre los viajes 2 y 3
Entre los viajes 2 y 3: Después de que Zeniff murió, su hijo Noé reinó en iniquidad.
El Señor envió al profeta Abinadí a advertir al pueblo que se arrepintiera. Alma, uno de los sacerdotes inicuos del rey Noé, creyó las palabras de Abinadí, se arrepintió y se escondió cerca de las aguas de Mormón, donde enseñó a los que desearon escucharlo.
Entre los viajes 3 y 4:
Entre los viajes 3 y 4: Los lamanitas atacaron al pueblo de Noé. Noé más tarde murió a manos de sus propios hombres cuando rehusó dejarlos ir con sus familias. Limhi, el hijo de Noé, reinó tras la muerte de Noé, pero su pueblo estaba reducido a la servidumbre bajo los lamanitas. Limhi envió a un grupo a encontrar la tierra de Zarahemla a fin de buscar ayuda para liberarse de los lamanitas.
Entre los viajes 6 y 7:
Entre los viajes 6 y 7: Una vez que el pueblo de Limhi escapó del cautiverio, los lamanitas enviaron un ejército tras ellos. El ejército lamanita se perdió en el desierto y descubrió a Alma y a su pueblo en la tierra de Helam. Los lamanitas redujeron a Alma y a su pueblo al cautiverio. El pueblo de Alma oró al Señor para que les ayudara a escapar.