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.Es una secuencia en la cual son colocadas cosas, ideas o personas en un espacio o tiempo determinado
.Se asocia al concepto de disciplina con respecto a las reglas de comportamiento dictadas por cada sociedad
.Mandato o solicitud impositiva de alguna cosa.
Para educar en el orden es vital el buen ejemplo de los padres. En un hogar donde no existen normas claras, donde el desorden reina en cada rincón, es muy probable que los niños crezcan sin saber qué es ser ordenado. Pero si los padres mantienen su habitación ordenada, así como una presentación personal intachable, los niños aprenderán de ello como el modelo a imitar.
El orden en los niños debe comenzar desde que están en capacidad de recoger sus juguetes luego de utilizarlos; así, a medida que crecen, se les da responsabilidades para mantener orden no solo en su habitación, sino en el resto del hogar.
cada familia debe organizarse según sus necesidades y circunstancias para educar en el orden: las tareas que se asignan a cada hijo deben ser individualizadas; una táctica es redistribuir algunos de estos encargos cada semana con el fin de evitar la creencia de que un hermano trabaja más que el otro.
Hacer la cama, ordenar los juguetes, vestirse o poner la mesa son ejercicios excelentes para estimular el equilibrio y la coordinación motora de los niños. También son un buen entrenamiento para fomentar la coordinación ojo-mano y el movimiento de agarre y sujeción de objetos.
Cuando los niños se saben partícipes de las tareas del hogar sienten que forman parte de un equipo. Esta sensación de pertenecer a un grupo y de poder colaborar con el resto de los miembros de la familia desarrollará su capacidad para seguir instrucciones y su habilidad para trabajar en grupo.
El hecho de que los padres le pidan a sus hijos que les ayuden en las tareas domésticas representa mucho para los niños. Los pequeños lo percibirán como un gran gesto de confianza y se sentirán valorados por sus padres, lo cual estimulará la seguridad en sí mismos y su autoestima.
Se ha demostrado que los niños que participan desde pequeños en las tareas del hogar suelen ser más organizados en comparación con quienes no lo hacen hasta una edad avanzada. Un beneficio que no solo se expresa en el ámbito familiar sino que también repercute de forma positiva en su rendimiento académico y profesional.
Para lograr que los hijos asuman el orden como un valor que deben cultivar y no como un constante y tedioso mandato de sus padres, es bueno explicarles las ventajas que trae para la vida el ser ordenado:
1. Impide que las cosas se caigan cuando se abren los armarios.
2. Evita caídas y accidentes por tropezarse con objetos dejados en el piso.
3. Al mantener las cosas en su lugar se hace la vida más fácil y no se pierde el tiempo tratando de buscarlas.
4. Con cada cosa en su lugar y un lugar para cada cosa, los espacios del hogar lucen más bonitos.
5. El ser ordenados también evita animales y plagas, pues el orden está ligado a la higiene, especialmente en áreas como la cocina y el baño.
1. La ropa sucia no se tira al suelo. Debe dejarse en el lugar indicado.
2. Los desperdicios se arrojan al basurero.
3. Las toallas se dejan colgadas en la percha.
4. Al llegar del colegio las mochilas y el uniforme se dejan ordenados, no tirados en el suelo.
5. Los platos y vasos que se utilizan deben ser regresados a la cocina.
6. Al lavarse los dientes, la crema dientes se debe volver a tapar y el cepillo en su lugar habitual.
Antes de pedirle a tu hijo que te ayude con alguna tarea en el hogar es importante que le expliques cómo se hace. De esta manera evitarás que el pequeño se sienta frustrado por no saber cómo hacer lo que le pides.
Por muy bien que tu hijo haga la cama o se vista es probable que no lo haga tan bien como tú, ya sea porque no le presta la debida atención o porque aún no ha desarrollado las habilidades que requiere esa tarea. En cualquier caso, es importante que no le riñas porque no ha hecho bien la tarea, en cambio, puedes enseñarle a perfeccionarla después de haber reconocido su esfuerzo. Ten en cuenta que aunque no haya salido tan bien como esperabas, el pequeño ha dado lo mejor de sí y si le criticas solo lograrás hacer que se sienta mal y dañar la seguridad en sí mismo.
Cada tarea del hogar requiere una serie de habilidades que los niños solo desarrollarán a medida que crecen. Cuando son muy pequeños es probable que estén listos para recoger sus juguetes pero que no sean capaces de vestirse porque aún no han desarrollado del todo la coordinación. Por tanto, si le pides que te ayude con una tarea para la que aún no está preparado es probable que termine frustrándose y perdiendo la confianza en sí mismo. Para evitar que esto ocurra es importante que las tareas se ajusten a su edad.
Obviamente, antes de llevarla a la práctica debes valorar si en verdad se ajusta al nivel de tu hijo ya que cada niño crece a un ritmo diferente.
Ya puede organizar sus juguetes y guardarlos en el cajón, comer solo, tirar cosas a la basura, regar las plantas y llevar su ropa a la habitación.
Ya es capaz de vestirse solo, asearse, poner la mesa, darle de comer a la mascota y fregar los platos con supervisión.
Ya puede hacer la cama, organizar su escritorio, preparar su mochila, pasar la aspiradora y quitar el polvo de los muebles.
Podrá bañarse solo, limpiar el suelo, cuidar la mascota, preparar el desayuno u otro plato sencillo con supervisión.
Será capaz de limpiar su habitación, sacar la mascota, limpiar el jardín, tender la ropa y cuidar de un hermano menor.
A esta edad puede sacar la basura, hacer la compra, limpiar la cristalería y coser un botón.