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El discurso persuasivo se utiliza para influir en las actitudes, las creencias, las opiniones o la conducta de los oyentes. El orador debe considerar las necesidades reales del público al que se dirige y no apartarse de la ética. Veamos algunas recomendaciones para este tipo de mensajes.
1.- Llamar la atención: el orador utiliza comenta algo o realiza algún gesto para atraer la atención del público.
2.- Presentar la necesidad: señala el problema que necesita una solución o la necesidad que requiere una satisfacción.
3.- Mostrar la satisfacción: propone una solución o alternativa.
4.- Presentar la visualización: plantea los posibles resultados o efectos si el público sigue su recomendación.
5.- Exhortar a la acción: el orador pide la aprobación y ejecución de sus ideas.
1.- Evitar la evidencia falsa: el orador debe ofrecer al público una información completa y verídica sobre el tema que trata. Si es posible, tiene que mostrar las evidencias relevantes. Los datos distorsionados e irrelevantes restan credibilidad al mensaje.
2.- Apoyar el mensaje con argumentos: las pruebas, los testimonios, las estadísticas, los razonamientos... son factores que refuerzan una opinión. Hay que evitar las generalizaciones porque conducen a malentendidos.
3.- No presumir de experto: presentarse como conocedor de un tema cuando no se tiene la suficiente capacidad para manejarlo es un error que pocas veces el público perdona. La falsedad, la mentira y la deshonestidad constituyen una falta de ética que resta prestigio y aceptación al orador. Aun cuando se sabe mucho, hay que cuidar de no resultar cargoso para el auditorio.
4.- Apelar a las emociones sólo cuando es necesario: frecuentemente, el orador recurre a las emociones para motivar a las personas; sin embargo, abusar de este recurso sin basarnos en hechos, puede cansar a los oyentes y hacer que se sientan defraudados.
5.- Mencionar los efectos negativos de las recomendaciones: no hay que omitir o distorsionar las desventajas de las ideas presentadas en el discurso. Aunque los beneficios fuesen mayores que los efectos negativos, no hay que ocultar éstos precisamente para demostrar que las ventajas sobrepasan a los inconvenientes.
6.- No polarizar los asuntos: los asuntos que presentan solamente dos opciones tienden a crear tensiones. Frases como si lo haces, eres capaz, y si no, no tienes aptitud, la vida o la muerte son expresiones que el orador debe procurar que no aparezcan en su discurso. Lo más importante es especificar qué se pretende, cómo, por qué y para qué.
7.- Estar convencidos: esta es la regla fundamental para convencer: estar seguros de lo que recomendamos. Además, sugerir algo que dudamos es ser deshonesto.
No sabe una jota
Esta expresión se utiliza para indicar la ignorancia de una persona. Es que la letra jota de nuestro alfabeto procede de la iota griega y ésta de la iod hebrea, que es la más pequeña de todas y la más fácil de escribir. La iod es apenas una línea y constituye el principio de las otras 22 letras que componían el alfabeto hebreo. Por lo tanto, decir que alguien no sabe una jota equivale a decir que no conoce ni siquiera el abecedario.
ABC. (18 de mayo de 2018). ABC. Obtenido de ABC: http://www.abc.com.py/articulos/el-discurso-persuasivo-1154653.html
Lora, S. (20 de febrero de 2017). YouTube. Obtenido de YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=70qaWmyCJNU