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Transcript

L@s Psicobiológic@s

Trastorno de la Conducta y Trastorno Explosivo Intermitente

El Trastorno de Conducta y el Trastorno Explosivo Intermitente se encuentran

clasificados en el DSM-5 dentro de los Trastornos destructivos, del control de los

impulsos y de la conducta

Introducción

- Mayor prevalencia en niños y adolescentes varones.

- La agresividad suele ir acompañada de problemas emocionales, problemas en las relaciones sociales y de retrasos en el neurodesarrollo.

- Comorbilidad con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y con los Trastornos del Aprendizaje.

- Tendencia a evolucionar con el tiempo y mantenerse en la edad adulta

- Etiología resultante de una interacción de múltiples factores biológico y psicosociales

Trastorno de Conducta

Caracterizado por un patrón de comportamiento agresivo

manifestado hacia las demás personas, los animales y la propiedad, con repetidas y

persistentes violaciones de las reglas y normas sociales.

- Factores de riesgo:

o Experiencias de violencia doméstica o conflictos familiares

o Crianza negligente o inconsistente

o Crianza severa con agresión física o psicológica

o Traumas

o Temperamento con problemas para regular las emociones

o Baja tolerancia a la frustración o altos niveles de reactividad emocional

o Falta de empatía y culpa

o Bajo cociente intelectual (sobre todo a nivel verbal)

o Comorbilidad con otros trastornos

o Historia familiar de criminalidad

o Conductas disruptivas

o Abuso de sustancias o psicopatología de los cuidadores

o Estatus socioeconómico bajo

o Ambiente fuera del hogar conflictivo (escuela, barrio, etc.)

o Tabaquismo materno durante el embarazo

o Factores genéticos ( heredabilidad de la conducta antisocial, impulsividad, temperamento, agresividad e insensibilidad al castigo)

o Factores neuroquímicos o neurobiológicos

- Factores protectores:

o Crianza afectiva en un entorno adecuado para ello.

o Tener modelos positivos a seguir.

o Una buena capacidad para autorregular las emociones.

o Acceso a una intervención temprana

Trastorno Explosivo Intermitente

Mayor incidencia en jóvenes que en adultos:

- Historia de agresión recurrente, siendo ésta impulsiva y tiende a basarse en arrebatos de ira desembocando en agresión verbal o física hacia personas, animales o propiedades.

- Importante matizar para su diagnóstico que los episodios o estallidos de agresión NO sean impulsados por razones instrumentales o secundarias (dinero, poder).

- El único motivo para llevar a cabo la conducta debe ser la impulsividad y la ira.

- Las personas diagnosticadas presentan un funcionamiento psicosocial deficitario en comparación a la población sana y con otras psicopatologías.

- Tendencia a esperar más incentivos que provoquen ira, ya que presentan cierto sesgo a interpretar una situación como provocadora, mostrando mayor sensibilidad a las señales amenazantes.

- Patrón de comorbilidad bastante variable.

Criterios diagnósticos

La afección de la conducta ocasiona una incomodidad clínicamente relevante en las áreas académica, laboral o del funcionamiento social.

Caracterizado por una pauta recurrente y perseverante de conducta en la que no se

preservan los derechos básicos de otros, las reglas o normas sociales propias de la edad, y en el que puede darse:

Tastorno de conducta

o Agresión a personas y animales.

o Destrucción de la propiedad.

o Engaño y robo.

o Violación grave de las normas.

Si la edad de la persona es de 18 años o más, no se ajusta a los criterios del trastorno de la personalidad antisocial.

La magnitud de la violencia manifestada a lo largo de los arrebatos reiterativos es muy

desigual en relación a la provocación o cualquier causa estresante psicosocial detonante.

Los arrebatos violentos repetitivos no son intencionales ni buscan ninguna meta apreciable.

Los arrebatos violentos reiterativos ocasionan una evidente incomodidad en la persona, perturban su productividad profesional o sus vínculos interpersonales, o tienen repercusiones legales o financieras.

Estallidos reiterativos en la conducta que muestran una ausencia de dominio de los impulsos de violencia

Trastorno Explosivo Intermitente

La persona tiene una edad cronológica de seis años por lo menos.

Los arrebatos violentos reiterados no se justifican mejor por otra afección psicológica,

ni se pueden asignar a otra dolencia médica, ni a las consecuencias fisiológicas de

alguna sustancia. En los niños de edades entre 6 y 18 años, a una conducta violenta

que forme parte de un trastorno de adaptación no se le debe otorgar este diagnóstico.

Neurobiología

-El hipotálamo, la amígdala y las regiones orbitofrontales y mediales de la corteza

prefrotal son estructuras cerebrales implicadas en las conductas prosociales y antisociales

- Estructuras del Sistema Límbico son encargadas de las emociones y las de la

corteza prefrontal de regularlas y refrenar la impulsividad

- Agresividad se asocia generalmente con la testosterona

-Mecanismos epigenéticos permiten la reprogramación de la expresión génica involucrados en la agresión, modificando y reprogramando el genoma sobre las entradas ambientales en momentos específicos durante el desarrollo.

-Estudios con imágenes funcionales sugieren anomalías en la actividad cerebral límbica durante el procesamiento de la información emocional en sujetos impulsivamente agresivos con TEI.

Las personas con trastornos del comportamiento presentan déficits en el procesamiento de estímulos emocionales, principalmente en la angustia y el miedo. Estas personas no reaccionan de forma normal a premios y castigos y, en ocasiones, son conscientes de que

violan las normas con peligro de ser castigados pero les cuesta tomar conciencia que su comportamiento puede producir daños a un tercero.

Características Neuropsicológicas

Trastorno Explosivo Intermitente

Trastorno de conducta

Pese a no existir numerosos estudios sobre sus características neuropsicológicas, podemos dar

varias claves:

-Bajo autocontrol que manifiestan los sujetos para enfrentarse a los problemas que aparezcan en sus vidas, esto se refleja en impulsos violentos sin pensar las consecuencias, ocasionando arrepentimiento por su conducta errónea, además presentan miedo, tensión interna, alteraciones en la conciencia, etc.

-Déficits encontrados en instrumentos que evalúan las funciones ejecutivas y la cognición social. Asimismo se ha hallado un procesamiento defectuoso de la información social, en el cual se sospecha hostilidad en las conductas de las demás personas.

Los dos trastornos:

Además de la conducta agresiva, el TC suele ir acompañado de problemas emocionales, de problemas en las relaciones sociales y de retrasos en el neurodesarrollo, pudiendo asociarse también al abuso de sustancias. Igualmente manifiestan una menor capacidad de respuesta emocional a los sentimientos de los demás así como rasgos de insensibilidad emocional, presencia de impulsividad y narcisismo.

Los rasgos característicos de la insensibilidad emocional son:

-Falta de remordimientos o culpabilidad.

-Insensibilidad, carencia de empatía.

-Despreocupación por su rendimiento.

-Afecto superficial o deficiente.

Los instrumentos para evaluar y realizar el diagnóstico del TC y el TEI pueden ser diferentes, dependiendo del autor y tipo de investigación.

Evaluación Neuropsicológica

Montalvo-Ortiz, et al.(2018) y Patoilo et al. (2021):

- Coinciden en utilizar SCID-P y SIDP

Sağlam et al. (2021):

- Entrevista clínica estructurada para los trastornos del Síndrome del DSM-5 (SCID-P).

- Entrevista estructurada para los trastornos de la personalidad del DSM (SIDP).

- Escala de agresión de la historia de vida de agresión (LHA).

- Cuestionario de agresión de Buss-Perry (BPAQ)

- Escala de historia de vida del comportamiento impulsivo (LHIB).

Nos vamos a centrar en dos autores:

- Programa para niños para trastornos afectivos y esquizofrenia: versión actual y de por vida (K-SADS-PL).

- Escala de evaluación y calificación de trastornos del comportamiento infantil y adolescente basada en el DSM-IV de Turgay

(T-DSM-IV-S).

- Inventario de depresión infantil (CDI): Evalúa la gravedad de la depresión en los y las niños/as durante las dos últimas semanas.

- Detección de trastornos relacionados con la ansiedad infantil (SCARED).

- Escala de inteligencia de Wechsler para niños revisada (WISC-R).

Intervención Neuropsicológica

Suele existir cierta comorbilidad con otros trastornos como el Trastorno Negativista Desafiante, el TDAH y los Trastornos por Abuso y Consumo de Sustancias.

Las intervenciones que suelen llevarse a cabo en este trastorno se subdividen en función de las personas a las que van dirigidas, o bien según la metodología a implementar:

Trastorno de conducta:

Intervenciones dirigidas a la persona que presenta el trastorno:

o Intervenciones psicosociales.

o Intervenciones psicofarmacológicas.

Intervenciones para con los familiares de la persona que presenta el trastorno.

Se caracteriza por contener comportamientos de ira y agresividad afectiva principalmente. Aunque también se contempla, dentro de este trastorno, la existencia de errores atribucionales por parte de las personas que lo padecen.

Trastorno explosivo intermitente:

Tratamiento farmacológico.

Intervenciones psicosociales.

A pesar de tratarse de trastornos que presentan

unos factores etiológicos de carácter biológico “aparentemente conocidos”, resulta difícil no atender a la potente influencia que el ambiente tiene, incluso desde antes del nacimiento sobre el organismo, y que a su vez pueden conducir y predisponer a la

manifestación de estos trastornos.

No obstante, dicha influencia modula la expresión de determinadas conductas,

trastornos, alteraciones, etcétera.

Conclusiones

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