ALMA 32:13
El élder Quentin L. Cook explicó:
“Cuando realmente contemplamos a
Dios el Padre y a Cristo el Hijo, quiénes
son y qué han hecho por nosotros, eso
nos llena de reverencia, asombro, gratitud y humildad… La humildad también incluye ser agradecidos por nuestras abundantes bendiciones y ayuda divina. La humildad
no es un gran logro identificable ni tampoco superar algún gran desafío.
Es una señal de fortaleza espiritual;
es tener la serena confianza de que,
día a día y hora tras hora, podemos
confiar en el Señor, servirle y
lograr Sus propósitos”
“Ser humilde es reconocer con agradecimiento tu dependencia del Señor y comprender que tienes la necesidad constante de recibir Su apoyo… no es señal de debilidad, de timidez ni de temor, sino una indicación de que sabes de dónde proviene tu verdadera fortaleza” (Leales a la Fe, 2004, pág. 103).
Todos somos hijos de Dios y Él nos ama, conoce nuestras necesidades y desea que nos comuniquemos con Él mediante la oración. Debemos orar a Él y a nadie más. El Señor Jesucristo mandó: “Siempre debéis orar al Padre en mi nombre” (3 Nefi 18:19). Al formarnos el hábito de dirigirnos a Dios por medio de la oración, llegaremos a conocerle.
ALMA 32
SEMILLA
FRUTO
CRECE
¿De qué maneras es infinito y eterno el sacrificio del Salvador?
¿Qué debemos hacer para recibir las bendiciones
de la expiación?
ALMA 34:9
9 Porque es necesario que se realice una expiación; pues según el gran plan del Dios Eterno, debe efectuarse una expiación, o de lo contrario, todo el género humano inevitablemente debe perecer; sí, todos se han endurecido; sí, todos han caído y están perdidos, y, de no ser por la expiación que es necesario que se haga, deben perecer.
ALMA 34:15
Y así él trae la asalvación a cuantos crean en su nombre; ya que es el propósito de este último sacrificio poner en efecto las entrañas de misericordia, que sobrepujan a la justicia y proveen a los hombres la manera de tener bfe para arrepentimiento.
Por tanto, hermanos míos, Dios os conceda empezar a ejercitar vuestra afe para arrepentimiento, para que empecéis a bimplorar su santo nombre, a fin de que tenga misericordia de vosotros;