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La confirmación científica del agotamiento de la Capa de Ozono impulsó a la comunidad internacional a establecer un mecanismo de cooperación para tomar medidas y proteger la Capa de Ozono. Esto se formalizó en el Convenio de Viena sobre la protección de la Capa de Ozono, que fue aprobado y firmado por 28 países, el 22 de marzo de 1985. Esto condujo a que el 16 de septiembre de 1987, tras una serie de reuniones y negociaciones rigurosas, se concertara en la sede de la Organización de Aviación Civil Internacional en Montreal, el Protocolo de Montreal, que entraría en vigor el 1 de enero de 1989 cuando fue ratificado en principio por 29 países y la Comunidad Económica Europea.
El objetivo principal del Protocolo de Montreal es la protección de la Capa de Ozono mediante la toma de medidas para controlar la producción total mundial y el consumo de sustancias que la agotan, con el objetivo final de eliminarlas, sobre la base del progreso de los conocimientos científicos e información tecnológica y proteger así la frágil Capa de Ozono del planeta.
En vista del progreso constante realizado en el marco del Protocolo, ya en 2003, el ex Secretario General Kofi Annan declaró:
"Tal vez el acuerdo internacional más exitoso hasta la fecha ha sido el Protocolo de Montreal"
El Protocolo de Montreal es un tratado internacional diseñado para proteger la capa de ozono reduciendo la producción y el consumo de numerosas sustancias que según estudios son responsables del agotamiento de la capa de ozono.
Según reflejan las comunicaciones del Comité Ejecutivo del Protocolo de Montreal (ExCom 53/37 y ExCom 54/39), las Partes del Protocolo han acordado el 2013 como fecha en que se dejarán fijos los niveles de producción de los HCFC y acordaron iniciar el proceso de reducción a partir del año 2015. Debido a que los HCFC también dañan la capa de ozono, se los utiliza como reemplazos transitorios para los refrigerantes, los solventes, gases propulsores para la producción de espumas plásticas y en extinguidores. Se los utiliza como reemplazo transitorio ya que su efecto potencial sobre el ozono.
IMPACTO
Desde que el Protocolo de Montreal entró en efecto, las concentraciones atmosféricas de los clorofluorocarbonos más importantes y los hidrocarburos clorinados se han estabilizado o se ha reducido. La concentración de halones ha continuado en aumento a medida que los halones que se encuentran almacenados en los extinguidores de incendio son liberados. Sin embargo, la tasa de aumento ha disminuido y se espera que comience a declinar su presencia hacia el 2020.
Después de ver todo esto, lo que nos preguntamos es qué se puede hacer a nivel mundial y localmente. Hemos visto que en 1987 se firmó el protocolo en Montreal, pero desgraciadamente no es suficiente y es necesario que todos los países colaboren y supriman completamente los químicos peligrosos para el medio ambiente, a la par, nosotros los estudiantes debemos estar alertas y exigir productos que no dañen el medio ambiente, apoyando campañas e informando a las personas de nuestro circulo social.Debemos cuidar el único planeta que tenemos para vivir.