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McGregor comenzó su andadura laboral trabajando como peón en una estación de servicio, posteriormente llegó a ocupar el cargo de supervisor.
Esto le sirvió para percatarse de las malas condiciones laborales a que estaban sometidos la clase trabajadora, y le impulsó a establecer mejoras cuando ocupó cargos de mayor responsabilidad.
Posteriormente estudiaría Psicología, llegando a obtener un Doctorado en Psicología Experimental en Harvard, y fue capaz de comprender, por qué los trabajadores se comportaban de una determinada manera, dependiendo de cómo fueran tratados.
Plasmó todo esto en un libro, “El lado humano de las organizaciones”.
McGregor en su obra El lado humano de las organizaciones (1960) describe dos formas de pensamiento en los directivos a las que denominó "Teoría X" y "Teoría Y".
Son dos teorías contrapuestas de dirección; en la primera, los directivos consideran que los trabajadores sólo actúan bajo amenazas, y en la segunda, los directivos se basan en el principio de que la gente quiere y necesita trabajar.
Expone su teoría en el ámbito de la motivación como en el ámbito de liderazgo la cual se basa en una pregunta:
¿Cómo se ven a sí mismo los administradores en relación con los demás?
La teoría x y la teoría y son dos conjuntos de su supuestos de la naturaleza de la gente.
Estas dos teorías son maneras excluyentes de percibir el comportamiento humano adaptadas por los gerentes para motivar a los empleados y obtener una alta productividad.
SOLO NOS ENFOCAREMOS EN LA TEORÍA X
La dirección ante personas de estas características ha de estar basada en un estilo de dirección autoritario con autoridad formal delimitada, donde la dirección señala a cada uno lo que debe hacer y cómo hacerlo, marca los tiempos de realización del trabajo, dicta unas normas estrictas a seguir, consiguiendo que los trabajadores hagan los esfuerzos necesarios para evitar ser sancionados.
Está basada en el antiguo modelo de amenazas y la presunción de mediocridad de las masas, se asume que los individuos tienen tendencia natural al ocio y que el trabajo es una forma de castigo, lo cual presenta dos necesidades urgentes para la organización: la supervisión y la motivación.
Este comportamiento no es una consecuencia de la naturaleza del hombre. Más bien es una consecuencia de la naturaleza de las organizaciones industriales, de su filosofía, política y gestión" McGregor.
Siguiendo esta teoría, la organización tiene que controlar, supervisar, y motivar debidamente, a los trabajadores para que cumplan con su tarea. Para ello se dictan normas, unas reglas claras. Todo el mundo debe tener claro, que tiene que hacer, y como debe de hacerlo.
Para detectar cualquier disfunción, el control sobre los trabajadores debe ser constante, y en caso de que alguien no cumpla con las normas establecidas, debe de ser castigado, de forma que se restablezca el orden, la disciplina. Evitar el castigo es la principal motivación de los miembros de la organización.
Como ventajas, este tipo de dirección es capaz de proporcionar soluciones eficaces de forma rápida, y si las instrucciones son transmitidas correctamente a los subordinados, estos suelen aceptarlas de buen grado.
Habitualmente se relaciona la teoría X como algo negativo u obsoleto. Sin embargo esto no tiene porque ser así, si no se aplica de forma ofensiva y hostil hacia el trabajador.