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@josafatcastilloo
Josafat Castillo Ordoñez
Josafat Castillo
Esta es una pregunta, obvia. Todos queremos buenos amigos. Pero en esta tarde me gustaría que cambiemos el enfoque. Quizá no se trate solo de "tener" buenos amigos, sino de "ser" buenos amigos.
"Tú necesitas mejores amigos, si quieres mejores propósitos".
A los que están dispuestos a escuchar, les digo: ¡amen a sus enemigos! Hagan bien a quienes los odian. Bendigan a quienes los maldicen. Oren por aquellos que los lastiman. Si alguien te da una bofetada en una mejilla, ofrécele también la otra mejilla. Si alguien te exige el abrigo, ofrécele también la camisa. Dale a cualquiera que te pida; y cuando te quiten las cosas, no trates de recuperarlas. Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes. »Si solo aman a quienes los aman a ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores aman a quienes los aman a ellos! Y si solo hacen bien a los que son buenos con ustedes, ¿qué mérito tienen? ¡Hasta los pecadores hacen eso! Y si prestan dinero solamente a quienes pueden devolverlo, ¿qué mérito tienen? Hasta los pecadores prestan a otros pecadores a cambio de un reembolso completo. »¡Amen a sus enemigos! Háganles bien. Presten sin esperar nada a cambio. Entonces su recompensa del cielo será grande, y se estarán comportando verdaderamente como hijos del Altísimo, pues él es bondadoso con los que son desagradecidos y perversos. Deben ser compasivos, así como su Padre es compasivo.
En nuestras relaciones de amistad, de familia o de trabajo siempre exigimos que nos hagan el bien.
Nuestra naturaleza pecaminosa nos inclina a esperar, más a que a recibir.
Pero Jesús cambia el enfoque de este concepto, lo que Él desea es que tengamos su naturaleza y demos aún cuando otros son malos con nosotros.
"Trata a otros como te gustaría que te traten".
como = omoi = homogéneo = Igual a
Así debes tratar a los demás
Es decir, tú podrías aprenderte toda la Biblia completa, saber los 10 mandamientos de memoria y perder la ESENCIA.
Jesús habla a personas que conocían perfectamente la ley y los profetas pero que habían perdido la esencia. Se resguardaron bajo formas y tradiciones y olvidaron el amor incondicional.
Tu recompensa del Cielo será grande.
Serán verdaderamente como hijos del Altísimo. La recompensa es que nos pareceremos más a Dios.
Tú eres DIFERENTE y te levantaste de dónde estabas, no porque seas bueno, sino porque Dios te trató bien cuando eras malo.
Los buenos amigos no van a rodearte si sigues siendo una mala persona. Si quieres mejores amigos el primero que tiene que cambiar eres tú.
A veces pensamos que para ser aceptado por un grupo de personas, debemos ser como ellos.
Pero a lo mejor Dios no quiera que tengas a esas personas en tu vida. A lo mejor Él quiere darte buenos amigos, pero para eso tú primero tienes que cambiar y ser una mejor persona.
No juzguen a los demás, y no serán juzgados. No condenen a otros, para que no se vuelva en su contra. Perdonen a otros, y ustedes serán perdonados.
¿Quieres amigos que te acepten tal y cómo eres? Deja de juzgar a otros,
Yo no quiero ser amigo, de gente negativa, juzgadora, criticona y que condena a otros
Y es que las buenas amistades no van a acercarte a ti si eres una persona así.
La gente que te va a rodear serán los mismos que andan criticando, condenando y juzgando a otros.
Den, y recibirán. Lo que den a otros les será devuelto por completo: apretado, sacudido para que haya lugar para más, desbordante y derramado sobre el regazo.
¿Quieres amigos que sean generosos contigo? Empieza a serlo tú en primer lugar.
Luego Jesús les dio la siguiente ilustración: «¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en una zanja? Los alumnos no son superiores a su maestro, pero el alumno que complete su entrenamiento se volverá como su maestro.
El entrenamiento para ser como Jesús se da en el gimnasio de las amistades, relaciones y familia.
¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo cuando tú tienes un tronco en el tuyo? ¿Cómo puedes decir: “Amigo, déjame ayudarte a sacar la astilla de tu ojo”, cuando tú no puedes ver más allá del tronco que está en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Primero quita el tronco de tu ojo; después verás lo suficientemente bien para ocuparte de la astilla en el ojo de tu amigo.
Pregúntale a tus amigos o a tu pareja cuales son aquellas cosas que podrías cambiar.
Un buen árbol no puede producir frutos malos, y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Al árbol se le identifica por su fruto. Los higos no se recogen de los espinos, y las uvas no se cosechan de las zarzas. Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón.
¿Será que te estas perdiendo las mejores amistades porque rehusas que Dios te cambie?
Si quieres una mejor relación con tu pareja, cambia tú, Hasta que la/lo inspires a cambiar.
Si quieres una mejor relación con tus hijos, cambia tú.
Si quieres mejores amistades, cambia tú.