Este juego empezó a ser practicado desde hace más de 500 años por los Muiscas, pueblo indigena que habito mayormente en los actuales departamentos de Cundinamarca, Boyacá y parte de Saantander. El juego originalmente se conocía con el nombre de turmequé y hacía parte de sus fiestas ceremoniales.
La historia del tejo se remonta a una ceremonia de carácter mítico en el que las personas ofrecían y lanzaban a la laguna objetos de oro, con el fin de recibir algo a cambio. Algunas teorías afirman que el tejo nació específicamente en el municipio de Turmequé en el departamento de Boyacá.
Los muiscas crearon este juego como un desafío para acompañar las celebraciones, nacimientos, ofrendas, e incluso para el arreglo de matrimonios. La joven que ganara en el juego se casaba con alguno de los caciques de la comunidad.
Por disposición de la Ley 613 del 4 de septiembre del 2000, el tejo fue declarado como el deporte nacional en Colombia y cuenta con el aval del Comité Olímpico Colombiano y de Coldeportes.
El máximo organismo que regula este deporte es la Federación Colombiana de Tejo, fundada en el año 1954 año en el que se celebraron los VII Juegos Atléticos Nacionales
Para realizar una partida de tejo se necesitan una serie de elementos técnicos, que delimitan las reglas del juego y brindan una mayor complejdad, a demas de generar una organizacion tecnica y profecional de esta actividad.
El tejo se practica en una cancha de 19.5 metros de largo por 2.5 metros de ancho. La distancia desde el lugar de lanzamiento a la cancha es de 2.5 metros.
El objetivo es introducir el mayor número de tejos (elementos metálicos) en un círculo del mismo material llamado ‘bosín’, el cual tiene alrededor cuatro mechas. El individuo o el grupo que logre explotar el mayor número de estas gana el juego.
Gana el jugador o equipo que complete primero 27 puntos (masculino) o 21 puntos (femenino), reventando la mayor cantidad de mechas, introduciendo el tejo en el bocín, agarrando algunas manos o haciendo moñona