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• Una sobredosis puede producir somnolencia, confusión y depresión respiratoria.
• La interrupción en la toma del medicamento después de haberlo consumido durante un tiempo prolongado causa ansiedad, irritabilidad y problemas de insomnio.
• Si la persona se hace dependiente a un medicamento, debe deshabituarse mediante la reducción progresiva de la dosis.
Los fármacos de prescripción que se utilizan para tratar la ansiedad (ansiolíticos) y los inductores del sueño (sedantes o somníferos) pueden causar dependencia. Estos fármacos son las benzodiazepinas (como el diazepam y el lorazepam) y los barbitúricos. Cada uno funciona de modo diferente, y cada uno tiene un potencial de dependencia y de tolerancia diferentes.
UTILIDAD
Los síntomas graves o potencialmente mortales son menos probables con las benzodiazepinas que con los barbitúricos, ya que en el caso de las benzodiazepinas las dosis prescritas están más alejadas de las dosis peligrosas (margen de seguridad). Las personas pueden tomar cantidades relativamente elevadas de benzodiazepinas y no fallecer.
Los fármacos ansiolíticos y los sedantes disminuyen el estado de alerta y pueden dar lugar a habla farfullante, mala coordinación, confusión y respiración disminuida, efectos que se potencian si se ingiere alcohol. Estos fármacos pueden hacer que una persona esté deprimida y ansiosa de forma alterna. Algunas personas experimentan pérdida de memoria, discernimiento erróneo, momentos de pérdida de atención y cambios bruscos de su estado emocional. Se puede hablar despacio y tener dificultades para pensar y para comprender a los demás. También pueden aparecer movimientos oculares involuntarios (nistagmo).
SÍNTOMAS
Las personas con sobredosis requieren una valoración médica inmediata. La sobredosis de barbitúricos es más peligrosa que la de benzodiazepinas. Si quien ha ingerido una sobredosis peligrosa de fármacos ansiolíticos o sedantes presenta problemas significativos en las funciones respiratoria y cardíaca, o en la tensión arterial, debe ser hospitalizado, por lo general en una unidad de cuidados intensivos o en cualquier otra área donde pueda ser controlado.
Existe un antídoto para las benzodiazepinas, el flumacenilo, que puede revertir una sobredosis grave.
La terapia de apoyo consiste en la administración intravenosa de sueros, medicamentos si la tensión arterial disminuye y ventilación mecánica.
Quienes presentan síntomas leves de abstinencia requieren apoyo social y psicológico para ayudarles a superar el fuerte deseo de empezar a consumir de nuevo e interrumpir así la sensación de ansiedad.
Las personas que padecen síntomas graves de abstinencia requieren normalmente tratamiento hospitalario, a veces en una unidad de cuidados intensivos, y una supervisión cercana. Se les administra por vía intravenosa dosis pequeñas del fármaco ansiolítico o sedante, y luego se reduce de modo gradual a lo largo de días o semanas hasta dejarlo del todo. A veces se utiliza otro fármaco similar pero que resulta más fácil de retirar de manera gradual. Incluso con el mejor tratamiento se puede tardar un mes o más en volver a la normalidad.