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Estos relatos fueron escritos para los hijos del autor, por ello son muy frecuentes trabajarlos desde la literatura infantil.
“La gama ciega” es un cuento corto perteneciente al escritor, cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo Horacio Quiroga (nacido en Uruguay, en 1878; y fallecido en Argentina, en 1937). Este cuento pertenece a su libro titulado “Cuentos de la selva”, publicado en 1918 en Buenos Aires, Argentina.
Este cuento que analizaremos, en su estructura, se hace más evidente la prosa vívida, naturalista y modernista que caracterizaron la escritura de Quiroga.
- Sus relatos, de modo general, se centran en temas que abarcaban los aspectos más extraños de la naturaleza, a menudo teñidos de horror, enfermedad y sufrimiento para los seres humanos.
- El libro “Cuentos de la selva”, (en el que se ubica “La gama ciega”), conforma una serie de ocho cuentos cortos, que narran la vida en la selva y tiene como protagonistas precisamente a muchos animales de la selva americana, con la presencia del hombre, quién actúa algunas veces de aliado y otras de enemigo.
El cuento narra la historia de una joven gamita curiosa que una tarde, encuentra, una colmena de abejas, Pese a las advertencias inculcadas por su madre, de que podía ser peligroso, lo entiende como una exageración y decide ir en busca de la miel y es picada por las abejas, causandole ceguera.
El cazador, también muy agradecido, esperaba su vista (los días de tormenta sobre todo) con un poco de miel para su deleite.
La gamita aprendió la lección y fue forjando una nueva amistad con el hombre.
Al no regresar su madre sale en su busca y la encuentra asustada y llorando por lo que le había sucedido.
La mamá, no sabía cómo curar a su hija, pero recordó que el oso hormiguero era amigo de un hombre que podría ayudarla. Con la colaboración del oso fueron al encuentro con el hombre, que a pesar de ser cazador, era un hombre bueno.
Fue así que enfrentaron los peligros que este viaje podía presentarles y llegaron a la casa del hombre, demostrando que habían sido enviadas por el oso hormiguero, el hombre accedió a examinar los ojos de la gamita y le facilitó un remedio y lentes para que lo usara durante veinte días, y aconsejó que se mantenga en la oscuridad.
Y así fue que se curó, ella muy contenta decidió agradecer al cazador. Llevándole plumas de garza, con gran valor para el hombre.
Subtemas
Quiroga, a nuestra interpretación, pone de manifiesto, otros temas (valores muchos de ellos), como lo son la amistad, la voluntad, la compasión, empatía, a derribar prejuicios entre seres de distinta naturaleza como lo son en el texto el ciervo y un hombre. Lo que en el mundo real, puede traducirse, a la aceptación de las distintas culturas, etnias o procedencias de las personas.
La desobediencia a las normas y consejos de protección generacionales que son transmitidos a través de las costumbres y/o cultura (en el caso de los seres humanos).
A su vez, las repercusiones y consecuencias que tales acciones de rebeldía pueden generar.
Ofrece a los lectores una especie de moraleja:
Es necesario prestar atención y obediencia a los consejos de nuestros familiares (progenitores), pues ellos tienen más experiencia y buscan nuestro bienestar físico y emocional.
Recordemos que “Cuentos de la selva” fue escrito por el autor para sus hijos.
Clasificación del título:
De acuerdo a la clasificación del escritor italiano Umberto Ecco (los títulos se clasifican de acuerdo a la información que proporcionan), el título de esta obra podría ser epónimo, dado que hace alusión al personaje principal de la obra, es decir la gamita.
En cuanto al tipo de narrador (personaje que tiene la misión de contar la historia), podemos decir que en el presente cuento se hace evidente un narrador omnisciente (de tercera persona) dado que el conocimiento de los hechos se manifiesta como total y absoluto.
El narrador sabe lo que piensan y sienten los personajes, sus sentimientos, sensaciones, intenciones, planes, y se evidencia en varias citas del cuento.
Por ejemplo en el siguiente párrafo:
“La madre no sabía qué hacer. ¿Qué remedios podía hacerle ella? Ella sabía bien que en el pueblo que estaba del otro lado del monte vivía un hombre que tenía remedios. El hombre era cazador, y cazaba también venados, pero era un hombre bueno.”
A nivel interno, el cuento posee una estructura de carácter clásico (presentación => nudo => desenlace) y ensartada puesto que los acontecimientos suceden uno detrás de otro.
Siguiendo esta idea, podemos dividir el cuento en tres grandes momentos o bisagras principales (en base a los que procederemos a hacer el análisis literario):
- Tercer momento: desenlace del cuento, mediante la ayuda del oso hormiguero, para acudir al hombre. Luego, el hombre ayuda a la gamita a curarse. Y agradece al hombre con las plumas. Este la espera con miel. Así charlan y se hacen buenos amigos.
A nivel interno, el cuento posee una estructura de carácter clásico (presentación => nudo => desenlace).
Siguiendo esta idea, podemos dividir el cuento en tres grandes momentos (en base a los que realizaremos el análisis literario):
-Primer momento: presentación y descripción de los protagonistas principales (gamita, gama) y ubicación espacial (el “monte”). El autor no ofrece con exactitud datos temporales (el cuento comienza con la frase: “Había una vez…”). Sí brinda datos del contexto y se da el primer acto de desobediencia de la gamita (sin consecuencias mayores).
-Segundo momento: picadura de las avispas (agresoras) a la gamita, segundo acto de desobediencia, causándole ceguera. Desconcierto y preocupación de su madre (quien no sabe cómo curar a su hija, y necesita intermediario para recurrir al cazador). Se encamina a buscar ayuda.
Luego de haber tomado la miel, la gamita “...loca de contenta fue a contarle a su mamá.” Podemos visualizar en esta frase otra hiperbole, y una nueva personificación de ambos personajes (“contarle a su mamá”).
La madre le reprocha tal comportamiento, y manifiesta su preocupación mediante el habla (personificación) y constantes exageraciones (hipérboles) buscando generar conciencia de los peligros a los que se exponia su cria. Ante tales represalias, la gamita responde “¡Sí, mamá!, ¡Sí mamá!”, considerando que su madre exageraba demasiado. Así finaliza el primer momento del cuento.
La gamita se acerca a aquellas bolitas a las que se refiere el autor. Nuevamente se evidencian elipsis y metáforas en los pasajes del texto: “Ella tenía también un poco de miedo, pero como (Ø) era muy traviesa, dió un cabezazo a aquellas cosas y disparó”.
El cabezazo provoco que se rompieran aquellas “bolitas”, y comenzaron a salir las abejas. La gamita, consciente de que las abejas no la picaban, comienza a beber la miel. Aquí nos encontramos el recurso literario, la epanadiplosis, dado que el narrador repite, al principio y final de la oración, las mismas palabras (“despacito” primero, y luego “miel”).
Los hipérbaton también son característicos en este primer momento. Un claro ejemplo de esta figura se aprecia en el pasaje “Cuando la gamita lo hubo aprendido bien, su madre la dejó andar sola...”. A nuestro considerar, el orden lógico-sintáctico correcto podría ser: “Su madre la dejó andar sola, cuando la gamita lo aprendió bien”.
El autor continúa la historia mencionando que la gamita una tarde se encontró con unas “bolitas” colgadas “...en el hueco de un árbol que estaba podrido...”. En los enunciados del cuento se denotan la presencia tanto de elipsis como también de una comparación entre el color de las “bolitas”, y el de las “pizarras”, mediante el nexo “como”.
Quiroga comienza la narracion con la presentación y descripción de los protagonistas (gamita, gama) y ubicación espacial (el “monte”). El autor no ofrece con exactitud datos temporales (dado que el cuento comienza con la frase: “Había una vez…”). Así, se menciona que la madre venado hacía repetir todos los días una “oración” a su hija, lo que nos remite a pensar en el recurso estilístico de la personificación, el cual se reividicará a lo largo de todo el cuento.
Durante este momento también, los lectores visualizamos varias metáforas, caso de la citada en el pasaje “al rayar el día...”. A su vez, en los enunciados de la ya nombrada “oración” se evidencia también tanto el recurso de la anáfora, dado que Quiroga reitera las expresiones “Hay que...” al comienzo de dos de los enunciados; y figuras de elipsis constantes como las presentes en el pasaje: "“...oler bien las hojas antes de comerlas, porque algunas (Ø) son venenosas.”
Tambien la podemos encontrar en los siguientes pasajes:
“...los bichos del monte...se acercaban todos a mirar los ojos de la infeliz gamita”
El termino “infeliz”, ademas puede considerarse tanto a una metáfora que alude a la ceguera, como también otro ejemplo de la personificación de la gamita.
Para finalizar este segundo momento, apreciamos que el autor añade, además, un nuevo inconveniente: mamá gama no conocía ningún remedio para ayudar a su hija. Sin embargo, sabia de la presencia de un hombre (cazador) que sí podría brindarles ayuda. Aquí finaliza la segunda bisagra del texto.
El segundo momento del cuento comienza con la desobediencia de la gamita a los reproches de su madre, y la consecuente búsqueda de más miel, lo que trae consigo situaciones problemáticas para los protagonistas.
En esta parte del cuento encontramos los siguientes recursos literarios: Anadiplosis, presente en los siguientes pasajes: “...caminaban por encima del nido. El nido también era distinto…”
“...tuvo que pararse porque no veía más: estaba ciega, ciega del todo.”
Sinestesia, presente en los siguientes pasajes: “...la gamita pensó, puesto que estas abejas eran más grandes, la miel debería ser más rica”
Hipérbole, presente en los siguientes pasajes: “¡Ojalá nunca lo hubiera hecho!”
“... cientos de avispas, miles de avispas...”.
“Los ojos se le habían hinchado enormemente…”
Elipsis, evidenciada en las siguiente frase “le picaron” (Ø) “...le picaron en todo el cuerpo, le llenaron el cuerpo de picaduras, (Ø) en la cabeza, (Ø) en la barriga, (Ø) en la cola, y lo que es mucho peor, en los ojos.”
Aquí también, como lectores denotamos la presencia del asíndeton.
Personificación, evidenciada, por ejemplo, en la reacción de la gamita, que fue inmediatamente correr “gritando”.
Oxímoron, cuya evidencia concreta se localiza en la siguiente frase:
“Y volviendo a entrar en la casa, salió de nuevo con una sillita alta, e hizo sentar en ella a la gamita…”.
Anáfora, que como lectores la podemos encontrar en el pasaje:
“Y la gama, recostando la cabeza en una rama, lloraba también de alegría, al ver curada su gamita”; “Y se curó del todo…”
Ademas, la frase “...lloraba también de alegría...” tambien podria considerarse una hiperbole.
Quiroga asi, finaliza el cuento mencionando la gran amistad que el cazador y la gamita formaron (post curación). La gamita le llevaba plumas de garza a modo de agradecimiento y el cazador la esperaba los días de tormenta, al lado de la estufa, con un sillita, un jarro lleno de miel y a veces también con cigarros.
Elipsis, que como lectores la localizamos en las siguientes frases:
“Nadie lo sabía en el monte; pero alguna vez ha de llegar el motivo (Ø) a nuestros oídos”.
“Y volviendo a entrar en la casa, salió de nuevo (Ø) con una sillita alta, e hizo sentar en ella a la gamita…”.
Hipérbaton, evidenciado en los pasajes:
“La gamita, mi hija, está ciega”
“Y una noche de lluvia estaba el hombre leyendo…”.
Polisíndeton, presente en los siguientes pasajes del cuento:
“Y salió corriendo, porque era muy tarde y pronto iba a amanecer”
“Las gamas tuvieron gran miedo; apenas pisaban, y se detenían a cada momento. Y con todo, los dos perros las olfatearon y las corrieron media legua dentro del monte.”
“...buscó entonces plumas grandes, bien secas y limpias, y una semana después volvió con ellas; y esta vez…”.
En el tercer momento se produce el desenlace del cuento, mediante la ayuda del oso hormiguero, quien entrega una "carta de recomendacion" a la gama, para que esta pueda acudir luego al hombre (quien ayuda a la gamita a recuperar su vista).
En este momento del cuento encontramos los siguientes recursos literarios:
Personificación, evidenciada en los siguientes pasajes:
“...Pero antes quiso ir a pedir una carta de recomendación al oso hormiguero…”
“¿De dónde provenía la amistad estrecha entre el oso hormiguero y el cazador?...”
“-¿Ah, la gamita? —le respondió el oso hormiguero—. Es una buena persona. Si es por ella, sí le doy lo que quiere”.
“Vamos a ver qué tiene esta señorita”.
Podemos decir que todo el relato alude a la ya descrita temática central de la desobediencia de la gamita con respecto a las normas y mecanismos de protección que su madre le inculcaba (a veces con demasiado énfasis dado que ya había perdido a otra cría).
A su vez, el cuento tiene su punto de inflexión principal en el inconveniente acontecido (ceguera de la gamita), como consecuencia que las acciones de rebeldía generaron.
Los recursos estilísticos que predominan en la obra son la personificación de los animales, las elipsis, metáforas, anáforas, hipérboles y polisíndeton.
Mediante estos y la fantasía, el humor, la buena relación entre los animales y el hombre, pone de manifiesto, otros temas como la amistad, la voluntad, la compasión, empatía.
Tanto el cuento “La gama ciega” como el libro al que pertenece (“Cuentos de la selva”), ofrecen un vocabulario modernista sencillo y accesible para todas las edades. Recordemos que el último fue escrito por el autor teniendo como destinatarios principales a sus hijos.
La forma en la que está escrito el cuento provoca que la lectura sea amena y entretenida incentivando la continuidad de la misma.
Bibliografia:
- Centro Editor de América Latina. (1968). Capítulo Oriental 17. Horacio Quiroga: Vida y obra. Uruguay. Recuperado de: http://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/4527
- Ditulio, A; Malcuori, A. (2015). Gramática del español para maestros y profesores del Uruguay. Uruguay. Primera edición.
- Lázaro Carreter, F. (1994). Cómo se comenta un texto literario. México. Publicaciones cultural. Séptima edición. Recuperado de: https://www.academia.edu/8172144/Lazaro_Carreter_Fernando_Como_se_comenta_un_texto_literario
- Recursos de estilo. Guía de apoyo al docente (aportados por la docente).