Noemí escuchó que la hambruna en la tierra de Israel había terminado gracias a Dios por lo que decidió regresar a la tierra de sus ancestros, pero antes de partir le dijo a sus nueras que no tenían que seguirla que se quedaran en su tierra y encontraran nuevos maridos. Al oír sus palabras, Orfa, después de mucho llorar regresó a casa de su madre, pero Rut se negó a Noemí, juro que la seguiría a todas partes diciendo “que su pueblo y su Dios es también de ella”
Llegando a Belén Rut decidió ir a los campos a recoger espigos de cebada el campo perteneciente a un hombre llamado Booz quien era pariente lejano de Noemí. Booz le dijo a Rut que no tuviera miedo, que ella podía recoger todo lo que quisiera y aun podía comer de los granos y beber de las tinajas hasta saciarse. Rut le pregunto a Booz porque era tan bueno con ella y él le respondió que fue la lealtad y benevolencia hacia Noemí que hizo que Dios la recompensara.
Días después, Booz fue delante de sus amigos y de los ancianos para pedir permiso en comprar el campo que le pertenecía a Elimelec y que ahora pertenecía a Noemí., al adquirir el campo Booz también adquirió a Noemí y Rut cuidándolas como su familia. Rut y Booz se casaron y su hijo fue llamado Obed quien fuera el principio de la genealogía de David.