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El Modelo OSI (de las siglas en inglés: Open Systems Interconnection, o sea, “Interconexión de Sistemas Abiertos”), es un modelo de referencia para los protocolos de comunicación de las redes informáticas o redes de computadores. Fue creado en la década de 1980 por la Organización Internacional de Normalización (ISO).
El Modelo OSI se publicó inicialmente por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) hasta 1983, y desde 1984 también lo ofrece la propia ISO, con estándar. Su función fue estandarizar o serializar las comunicaciones en Internet, dado que en sus inicios ésta era sumamente caótica.
Al ser un modelo normativo, el Modelo OSI es realmente un constructo teórico, sin correlato directo en el mundo de lo tangible. No es más que un intento de normar las diversas y variadas voces tecnológicas del mundo, dado que existen numerosos fabricantes, compañías y tecnologías en el mundo de las telecomunicaciones.
Este modelo se ha refinado con el tiempo y hoy ofrece siete capas distintas con las que definir las distintas fases que atraviesa la información en su viaje de un dispositivo electrónico a otro conectado en la red. No importa la ubicación geográfica del usuario ni el tipo de tecnología que utilice, todos los medios de interconexión global, como Internet, emplean este tipo de protocolos unificados.
El desarrollo de las redes informáticas y su expansión a inicios de la década de 1980 arrojó la necesidad de interconectar los sistemas provenientes de diversos orígenes, o las redes que estos formaban y mantenían. Como ocurre con las personas que hablan idiomas diferentes, las telecomunicaciones se veían imposibilitadas de continuar su ruta expansiva.
Incluso los programas diseñados para la interconexión tenían problemas entre sí, ya que las normas de copyright sobre el diseño computarizado suponían una barrera adicional.
La idea de crear el Modelo OSI como solución a este problema surgió luego de que la ISO llevara a cabo una investigación en la materia. Así, ISO se propuso determinar el conjunto general de reglas aplicables a todas las redes.
El funcionamiento del Modelo OSI depende directamente de sus siete capas, en las que descompone el complicado proceso de la comunicación digital. Al compartimentarlo, asigna a cada capa funciones muy específicas, dentro de una estructura jerárquica fija.
Así, cada protocolo de comunicación emplea estas capas en su totalidad o sólo algunas de ellas, pero al obedecer este conjunto de reglas, garantiza que la comunicación entre las redes sea eficaz y sobre todo que se de en los mismos términos.
El Modelo OSI es fundamentalmente una herramienta conceptual, de organización de las telecomunicaciones. Universaliza la manera en que la información es compartida entre redes informáticas o sistemas computarizados, independientemente de su origen geográfico, empresarial u otras condiciones que podrían dificultar la comunicación de los datos.
El Modelo OSI no es una topología de red, ni un modelo de red en sí mismo, ni una especificación de protocolos; simplemente es una herramienta que define la funcionalidad de los protocolos, para conseguir un estándar de comunicación, o sea, lograr que todos los sistemas hablen el mismo idioma. Sin él, una red tan vasta y variopinta como Internet sería prácticamente imposible.