Introducing 

Prezi AI.

Your new presentation assistant.

Refine, enhance, and tailor your content, source relevant images, and edit visuals quicker than ever before.

Loading…
Transcript

Simeón hablo de Jesús diciendo que era un don (regalo) de Dios; lo reconoció como el Mesías y además agrego que el sería la luz para todo el mundo.

Lo primero que veo en esta mujer es el esperar día y noche, nos hace notar la calidad de dependencia de Dios en cumplir su promesa.

Lo segundo es que aquella noticia que marcara nuestra vida y una vez que recibimos la noticia que hace esta mujer “hablo del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén”,

¿Qué es una buena noticia?

¿Que características tiene una buena noticia?

¿Que haces cuando recibes una buena noticia?

¿Cómo pudo sucederme que la madre de mi Señor venga a visitarme?

¡Tan pronto como escuché tu saludo, la criatura saltó de alegría en mi vientre!

¡Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá lo que el Señor te ha anunciado!»

Una Buena Noticia: Tres Perspectivas

Pst Teddy Bermúdez

Elizabeth

También estaba allí Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ana era una profetisa de edad muy avanzada. Desde su virginidad, había vivido siete años de matrimonio, y ahora era una viuda de ochenta y cuatro años. Nunca se apartaba del templo, sino que de día y de noche rendía culto a Dios con ayunos y oraciones. En ese mismo instante Ana se presentó, y dio gracias a Dios y habló del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

Lucas 2:36-38 (RVC)

Simeón

Ana

Por esos mismos días, María fue de prisa a una ciudad de Judá que estaba en las montañas. Al entrar en la casa de Zacarías, saludó a Elisabet. Y sucedió que, al oír Elisabet el saludo de María, la criatura saltó en su vientre y Elisabet recibió la plenitud del Espíritu Santo. Entonces ella exclamó a voz en cuello: «¡Bendita eres tú entre las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Cómo pudo sucederme que la madre de mi Señor venga a visitarme? ¡Tan pronto como escuché tu saludo, la criatura saltó de alegría en mi vientre! ¡Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá lo que el Señor te ha anunciado!»

Lucas 1:39-45 (RVC)

En Jerusalén vivía un hombre justo y piadoso, llamado Simeón, que esperaba la salvación de Israel. El Espíritu Santo reposaba en él y le había revelado que no moriría antes de que viera al Ungido del Señor. Simón fue al templo, guiado por el Espíritu. Y cuando los padres del niño Jesús lo llevaron al templo para cumplir con lo establecido por la ley, él tomó al niño en sus brazos y bendijo a Dios con estas palabras:

«Señor, ahora despides a este siervo tuyo,

y lo despides en paz, de acuerdo a tu palabra.

Mis ojos han visto ya tu salvación,

que has preparado a la vista de todos los pueblos:

luz reveladora para las naciones,

y gloria para tu pueblo Israel.»

Lucas 2:25-32 (RVC)

Learn more about creating dynamic, engaging presentations with Prezi