El ensayo filosofico
Examen mensual del mes de Septiembre.
¿Ética o Éticas?
A fin de cuentas, no existen más que dos tipos de ética: la ética idealista y la ética realista. La primera parte de preceptos filosóficos o religiosos sin base científica alguna. El ejemplo más paradigmático de la ética idealista es el famoso “imperativo categórico” kantiano, que no es otra cosa que la versión laica de la ética judeo-cristiana. Aun cuando Kant no basa su ética en imperativos divinos, no es menos arbitrario al exigir al hombre que “ajuste sus acciones a los principios éticos universalmente admitidos” (ver la obra Crítica de la razón práctica). Estas afirmaciones tan contundentes, típicas de mentalidades soberbias como las de casi todos los filósofos idealistas, desde Platón, contrastan con el tono mesurado de pensadores como Epicuro, Diógenes de Laercio y Lucrecio.
¿Por qué es importante que un sistema ético tenga fundamento filosófico y científico y no sea únicamente el resultado de una especulación filosófica que no toma en cuenta la Sociología, la Historia, la Biología, la Antropología, etc.? La respuesta es muy simple: Porque, a diferencia de la filosofía especulativa, la ética tiene como fin constituirse en guía de conducta de una sociedad real y concreta, y si no cumple con este cometido puede hacer más mal que bien.
El hombre mediocre.
La rebelión de las masas
Desprovistos de alas y de penacho, los caracteres mediocres son incapaces de volar hasta una cumbre o de batirse contra un rebaño. Su vida es perpetua complicidad con la ajena. Son hueste mercenaria del primer hombre firme que sepa unirlos a su yugo. Atraviesan el mundo cuidando su sombra e ignorando su personalidad. Nunca llegan a individualizarse: ignoran el placer de exclamar "yo soy", frente a los demás. No existen solos. Su amorfa estructura los obliga a borrarse en una raza, en un pueblo, en un partido, en una secta, en una bandería: siempre a embadurnarse de otros. Apuntalan todas las doctrinas y prejuicios, consolidados a través de siglos. Así medran. Siguen el camino de las menores resistencias, nadando a favor de toda corriente y variando con ella; en su rodar aguas abajo no hay mérito: es simple incapacidad de nadar aguas arriba. Crecen porque saben adaptarse a la hipocresía social, como las lombrices a la entraña. Son refractarios a todo gesto digno; le son hostiles. Conquistan "honores" y alcanzan "dignidades", en plural; han inventado el inconcebible plural del honor y de la dignidad, por definición singular e inflexible. Viven de los demás y para los demás: sombras de una grey, su existencia es el accesorio de focos que la proyectan. Carecen de luz, de arrojo, de fuego, de emoción. Todo es, en ellos, prestado. Los caracteres excelentes ascienden a la propia dignidad nadando contra todas las corrientes rebajadoras, cuyo reflujo resisten con tesón. Frente a los otros se les reconoce de inmediato, nunca borrados por esa brumazón moral en que aquéllos se destiñen.
Características
Hay un hecho que, para bien o para mal, es el más importante en la vida pública europea de la hora presente. Este hecho es el advenimiento de las masas al pleno poderío social. Como las masas, por definición, no deben ni pueden dirigir su propia existencia, y menos regentar la sociedad, quiere decirse que Europa sufre ahora la más grave crisis que a pueblos, naciones, culturas, cabe padecer. Esta crisis ha sobrevenido más de una vez en la historia. Su fisonomía y sus consecuencias son conocidas. También se conoce su nombre. Se llama la rebelión de las masas.
Para la inteligencia del formidable hecho conviene que se evite dar desde luego a las palabras «rebelión», «masas», «poderío social», etc., un significado exclusiva o primariamente político. La vida pública no es sólo política, sino, a la par y aun antes, intelectual, moral, económica, religiosa; comprende los usos todos colectivos e incluye el modo de vestir y el modo de gozar.
Tal vez la mejor manera de acercarse a este fenómeno histórico consista en referirnos a una experiencia visual, subrayando una facción de nuestra época que es visible con los ojos de la cara.
-Expresa el pensamiento del autor.
-Argumentación lógica.
-Tratamiento trascendente del tema.
-Debe ofrecer algún argumento
-Trata de una persona en este mundo que en cierta forma se siente frustrada de esta Sociedad
Breve Ejemplo.
“Conocer el factor mundo es algo esencial para la vida de una persona. Muchas veces no entendemos cómo funciona una sociedad, ni cómo funciona el hombre, ni cómo marcha nuestra vida, ni cómo va el presente, etc. A consecuencia de todo ellos podemos experimentar una determinada angustia que aparece cuando quiere pero con relativa frecuencia: ¿Por qué hago lo que hago? ¿Soy feliz? ¿Quién soy?”
Ensayo filosófico
Un ensayo filosófico consiste en la defensa razonada de una afirmación, lo que significa que debe ofrecer al menos un argumento. Es decir, en filosofía un ensayo no consiste en la mera presentación de unas opiniones, ni tampoco en el relato de lo que otros filósofos han opinado al respecto de un asunto.