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ARTERIAS Y VENAS
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ARTERIAS Y VENAS
Una arteria es cada uno de los vasos que llevan la sangre oxigenada (exceptuando las arterias pulmonares) desde el corazón hacia las demás partes del cuerpo.
ARTERIAS Y VENAS
Una vena es un vaso sanguíneo que conduce la sangre desde los capilares hasta el corazón. Generalmente, las venas se caracterizan porque contienen sangre desoxigenada (que se reoxigena a su paso por los pulmones), y porque transportan dióxido de carbono y desechos metabólicos procedentes de los tejidos, en dirección de los órganos encargados de su eliminación (los pulmones, los riñones o el hígado)
El sistema circulatorio, compuesto por arterias y venas, es fundamental para mantener la vida. Su función es la entrega de oxígeno y nutrientes a todas las células, así como la retirada del dióxido de carbono y los productos de desecho, el mantenimiento del pH fisiológico, y la movilidad de los elementos, las proteínas y las células del sistema inmunitario.
ARTERIAS Y VENAS
Para favorecer la estabilidad de tu tensión arterial, un buen punto de partida es incluir en tu dieta los siguientes alimentos:
Agua: consumir diariamente la cantidad adecuada de agua, es esencial para lograr una correcta hidratación del cuerpo, al tiempo que se favorece la circulación sanguínea, de forma que la presión arterial se verá claramente reducida, beneficiando claramente no sólo la salud, si no también todo nuestro organismo.
Frutas y verduras frescas: gracias a su gran contenido en agua y su alto valor nutritivo, son un gran alimento para el control de nuestra presión arterial, favoreciendo también la reducción del colesterol. Otras de sus virtudes son su efecto antioxidante, el aporte de fibra y la facultad para otorgar un buen equilibrio electrolítico.
Aceite de oliva: gracias a su fuerte efecto atiinflamatorio en nuestro cuerpo, contribuiremos a reducir la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares como la arteriosclerosis, que provoca el endurecimiento progresivo de nuestras arterias, dificultando el buen flujo de la sangre.
Frutos secos: al igual que ocurre con el aceite de oliva, el consumo de ciertos frutos secos como las almendras, los pistachos, las nueces o las avellanas también presentan una acción antiinflamatoria, conteniendo además elementos antioxidantes que ayudan a reducir el colesterol.
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