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La globalización afecta directamente al trabajo de las personas, alterando sus estilos de vida, relaciones sociales, rutinas, vida familiar, y tiempo libre.
La globalización cambió totalmente la perspectiva del trabajo en la sociedad actual, el concepto de trabajo mutó de ser una forma de subsistencia, para luego ser un medio para transformar la realidad a un concepto en el cual se trabaja de manera excesiva para conseguir mejores ingresos, y acumular bienes.
La globalización beneficia, solo a algunos sectores en cuanto a oportunidades laborales, mientras que otros se sumergen en trabajos demandantes y con bajos salarios.
Este contexto ha hecho surgir diferentes tratados y acuerdos internacionales en los cuales se dignifican a los trabajadores, como el trabajo decente de la OIT, entre otras organizaciones que intentan apoyar los derechos y mejorar las condiciones laborales de las personas.
La OIT ofrece
apoyo a través de programas
nacionales de trabajo decente desarrollados en colaboración con sus mandantes. La puesta en práctica del Programa de Trabajo Decente se logra a través de la aplicación de los cuatro objetivos estratégicos de la OIT que tienen como eje transversal la igualdad de género:
Garantizar los derechos de los trabajadores: en particular de los trabajadores desfavorecidos o que necesitan representación, participación y leyes adecuadas que se cumplan y estén a favor de sus intereses.
Crear trabajo: una economía que genere oportunidades de inversión, iniciativa empresarial, desarrollo de calificaciones, puestos de trabajo y modos de vida sostenibles.
El trabajo decente es un concepto propuesto por la Organización Internacional del Trabajo que establece las condiciones que debe reunir una relación laboral para cumplir los estándares laborales internacionales, de manera que el trabajo se realice en forma libre, igualitaria, segura y humanamente digna.
Extender la protección social: para promover tanto la inclusión social como la productividad al garantizar que mujeres y hombres disfruten de condiciones de trabajo seguras, que les proporcionen tiempo libre y descanso adecuados, que tengan en cuenta los valores familiares y sociales, que contemplen una retribución adecuada en caso de pérdida o reducción de los ingresos, y que permitan el acceso a una asistencia sanitaria apropiada.
Modificar entornos de manera de que las personas se desenvuelvan óptimamente en sus trabajos.
El trabajo decente es esencial para el bienestar de las personas. Además de generar un ingreso, el trabajo facilita el progreso social y económico, y fortalece a las personas, a sus familias y comunidades. Pero todos estos avances dependen de que el trabajo sea "trabajo decente", ya que de esta manera se sintetizan las aspiraciones de los individuos durante su vida laboral.
Reorganizar rutinas de las personas de manera que tengan un equilibrio ocupacional.
Promover el diálogo social: La participación de organizaciones de trabajadores y de empleadores, sólidas e independientes, es fundamental para elevar la productividad, evitar los conflictos en el trabajo, así como para crear sociedades cohesionadas.
Fomentar un clima laboral amigable.
Promover la inclusión laboral.
Educación laboral para evitar enfermedades laborales.
La globalización trajo el ingreso de nuevas tecnologías, la robotización, la informática, que han tenido efectos sobre la división del trabajo y el crecimiento de actividades administrativas y de servicio.
Se generó así, un mundo del trabajo que ensambla oficinas y fábricas, plantaciones y escuelas, sistemas de comunicación y de transportes, operaciones burocráticas y reguladoras, etc. Situación que lleva a redefiniciones de los rebordes del sistema de clases, y concretamente del grupo trabajador.
como respuesta al deterioro de los derechos de los trabajadores que se registró mundialmente durante la década del 90, como consecuencia del proceso de globalización y su dimensión social, nació el termino de «trabajo decente» acuñado por Juan Somavía, en su primer informe como Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 1999.
Permite la circulación mas fácil de mercancía y tecnología.
Actualización de técnicas y personal a través de algunas universidades y politécnicas.
Intercambio cultural.
Amplía las relaciones diplomáticas entre países.
Más oportunidades laborales.
Importancia a la división del
trabajo en las fabricas.
Genera una interdependencia entre las naciones que la integran. Lo que implica una pérdida en la integridad de las culturas y aún más, afecta a las naciones en vías de desarrollo.
Post- Guerra: cadenas de producción, el sistema de racionalización de la producción y el aumento de la productividad a través de un reforzamiento de las tasas de trabajo.
Mano de obra femenina y trabajo infantil, crecimiento del trabajo.
Condiciones de trabajo deplorables comparadas con las existentes en USA.
Fuga de ganancias, pues generalmente las utilidades que se producen con trabajo nacional son enviadas a bancos extranjeros.
Crecimiento del sector obrero industrial, extensión de las faenas agropecuarias y forestales, "trabajo intelectual", migración campo-ciudad, cambios en los modos de vida.
Desempleo y pobreza en países menos globalizados.
Estilos de vida alterados en función del trabajo.