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L a biblia, no obstante, deja en claro que <<¡hoy es el día de salvación!>> (2 Corintios6:2). No podemos salvarnos nosotros mismos por nuestras buenas obras. Dios ha provisto una salvación plena por medio de Jesucristo que expía nuestro pecado y cancela nuestra culpa.
Aunque la biblia dice mucho en cuanto a la muerte, dice comparativamente muy poco respecto al más allá. Se preocupa más en cuanto a cómo vivir esta vida presente de una manera que agrade a Dios. Quiere que estemos listos para el retorno de Cristo y las cosas gloriosas que siguen.
Dios tiene el control último sobre la vida y la muerte; sin embargo, permite causas intermedias , incluso nuestro propio descuido, decisión expresa o necedad , para acortar o terminar la vida.
El Antiguo Testamento sí sostiene la esperanza para la vida después de la muerte. La mayoría de los Israelitas del Antiguo Testamento parecen haber tenido por lo menos una vaga idea del más allá.
En el Antiguo Testamento el lugar del más allá para los malos a menudo se llama Seol (por lo general traducido como <<infierno>> o <<sepulcro>>). También se lo identifica con <<abadón>>, lugar de destrucción, y bor, el <<abismo>>, literalmente una cisterna, pero usado metafóricamente como la entrada del Seol, o como sinónimo del mismo seol.