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En la Iglesia existen diversidad de funciones y ministerios. En concreto, cada ministro y fiel realiza todo y sólo lo que les corresponde. Por lo que respecta a cada uno de los miembros, el Obispo es signo de Cristo Cabeza, Sumo Sacerdote -Liturgo- Pastor de la grey; el presbítero también es signo de Cristo Cabeza, pero subordinado al Obispo; el diácono, servidor del Obispo en el altar; el lector, ministro de la palabra; y los fieles, comunidad convocada y presidida por Cristo, representado por el Obispo o, en su defecto, por el presbítero.
Entre los lugares que tienen una determinada simbología litúrgica tenemos:
especialmente reunida para celebrar el culto,
sobre todo el Eucarístico. Dentro de la Iglesia,
el altar es signo de Cristo que se inmola en
sacrificio; y el sagrario, la «morada de Dios».
resurrección que tuvo en ciertos momentos
históricos.
dormitorio- es signo de resurrección de los
muertos que tendrá lugar cuando llegue
la Parusía final.
Los colores litúrgicos tienen el siguiente significado: el blanco es signo de alegría y de pureza e inocencia,; el verde, de esperanza; el rojo, de realeza y de martirio; el morado, de dolor y esperanza; el negro, de tristeza. El color negro se puede sustituir por el morado.
La luz tiene varios significados: la luz del Sol simboliza a Cristo, Sol de justicia; el Cirio Pascual es signo de Cristo luz del mundo por medio de la Resurrección(los cirios de los fieles y el cirio bautismal, al ser participación de esa luz, simbolizan que los cristianos son testigos del Resucitado); las lámparas puestas encima del altar y las que acompañan la procesión del Evangelio son expresión de honor.
Tiene varios sentidos: fortaleza espiritual y corporal, valor curativo y conservativo de carácter espiritual, efusión de la gracia, santificación e inhabitación del Espíritu Santo y testimonio cristiano, comunicación del poder divino y consagración de objetos sagrados.
Suelen ser signos de los diversos misterios que realizan el culto. La casulla es la vestidura propia del sacerdote que celebra la Eucaristía; la dalmática, la del diácono; y el alba es la vestidura común para todos los ministros de cualquier grado.
Los elementos que la liturgia ha elevado a símbolos son muchos: el pan, el vino, el incienso, el aceite, la ceniza, la luz, el agua, el fuego, el bálsamo, la cera, el color, los vestidos, los vasos, etc. Y el significado de cada una se descubre recurriendo a la historia de la liturgia, al uso que la Iglesia hace de ellos, y a las fórmulas que los acompañan.
La ceniza, el agua y el incienso son signos de penitencia, purificación y adoración, respectivamente.
Simbolizan, al convertirse en verdadero Cuerpo y Sangre de Cristo, que la Eucaristía es alimento indispensable de todos los cristiano. Simbolizan tambien la unidad de la Iglesia y de los cristianos con Cristo y entre sí, pues compartir el mismo pan y el mismo vino son signos de fraternidad, amistad y unidad.
Es signo de humildad y penitencia,actualmente es una actitud excepcional , pues se reserva a quienes reciben una consagración definitiva de manos del Obispo: los ordenados In sacris y los diáconos, las vírgenes, los abades.
Simboliza principalmente , el carácter peregrinante de la Iglesia. En las celebraciones habituales, en la Santa Misa, los ministros realizan movimientos que tienen carácter profesional: al principio, antes del evangelio, etc. También los fieles adoptan esta actitud al presentar las ofrendas y cuando comulgan,hay procesiones excepcionales unidas al año litúrgico, como la del Domingo de Ramos y la Del Corpus Christi, a veces, es un signo muy expresivo de fe y devoción.
Es una actitud cultual conocida en todas las liturgias, es signo de veneración, respeto y humildad, hay dos clases de inclinación: de cabeza y de cuerpo. La primera se realiza cuando se dice el nombre de Jesucristo, de María y del santo en cuyo honor se celebra la fiesta. La inclinación del cuerpo se hace al altar, cuando no hay Sagrario conteniendo es Santísimo Sacramento; en las oraciones Munda cor meu e In spiritu Humilitatis; durante las palabras «se encarno de María Virgen y se hizo hombre» del Credo, excepto los días de Navidad y de la Anunciación. La genuflexión es una variante de la inclinación. En la Misa el Ministro adopta esta actitud en tres momentos: después de la elevación de la Sagrada Hostia, después de la elevación del Cáliz y antes de comulgar, en estos casos es signo de respeto y adoración.
Es la actitud que adopta el Maestro que enseña o el jefe que preside. DE ahí arranca el hecho de que el Obispo tenga una cathedra o sede desde donde preside y enseña. Actualmente los fieles se sientan durante las lecturas, los cantos meditativos y la predicación. En esos momentos simboliza la actitud del discipulo que escucha lo que Dios le dice. En cambio, cuando el Obispo se sienta en la cátedra para predicar es signo de la autoridad magisterial que éste tiene y ejerce en nombre de Cristo.
Las principales actitudes que adoptan quienes participan en la liturgia son estas:
De pie, de rodilla, sentados, inclinados, postrados y marchando en procesión
Significa la libertad de los Hijos de Dios, liberados del pecado. El cristiano puede estar de pie delante de Dios, porque es su Padre, es también signo de alegría. Es la actitud característica del Ministro que sirve en el altar, sobre todo, del sacerdote que celebra la Eucaristía.
En la liturgia actual es un gesto reservado al ministro que celebra la Misa o realiza acciones consecratorias, de bendición, etc. Expresa los sentimientos del alma que busca y espera el auxilio de lo alto.
Las manos extendidas, abiertas y acogedoras simbolizan la actitud de un corazón pacifico y fraternal, que quiere comunicar algo personal y está dispuesto a acoger lo que se le ofrece.
Los sentimientos se traducen espontáneamente en gestos y actitudes corporales, y estos provocan, intensifican o explicitan las actitudes internas.
Es signo de humildad («eres polvo y en polvo te convertirás»), de arrepentimiento, de resurrección y oración confiada. La liturgia actual realiza este gesto el día que comienza la Cuaresma, como reliquia del gesto que hacían los penitentes cuando ingresaban en la penitencia canónica.
Es un gesto típicamente cristiano, generalmente va acompañado de las palabras «En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo», viene a ser como un sello de Cristo una profesión de fe en él, una afirmación de su poder soberano, una invocación de la gracia de Dios implorada por los meritos de Cristo, muerto en la cruz.
Es un signo de suplica confiada a Dios Padre, este gesto lo uso Jesús en el momento de la multiplicación de los panes, al comenzar la predicación de las bienaventuranzas, en la oración previa a la resurrección de Lázaro y en la oración sacerdotal. El Canon Romano, incluso en su forma mas primitiva se lo atribuye a Jesús y prescribe que lo realice el celebrante.
Es signo de postración, de humildad, de arrepentimiento, en ocasiones es signo de adoración. Estar de rodillas es una actitud de carácter penitencial.
Es un signo de arrepentimiento por los pecados cometidos y de humildad, están prescritos actualmente al hacer el acto de contrición en la Misa, pero no hay que golpearse tres veces, como ocurría en el rito anterior, sino una sola vez.
Es un gesto de humildad y vasallaje, y de actitud orante y confiada. La liturgia actual prescribe este gesto en varias ocasiones, aunque en menor medida que le precedente. Unas veces lo hace de forma implicita, al decir <<Después, con las manos extendidas... >> otras, en cambio, deforma explicita.
Las manos dispuestas a recibir la Comunión han de ser signo de humildad, de pobreza, de espera , de disponibilidad y de confianza. También es signo de veneración, de respeto y de acogida, pues el Pan Eucarístico no se coge sino que se acoge, se recibe.
Es un gesto antiquísimo y común a muchas religiones, Jesucristo lo uso muchas veces para realizar milagros y bendecir. La liturgia usa mucho la imposición de manos: en la Eucaristía, en el penitencia, en los ritos de ordenación diaconal, presbiteral y episcopal, en la confirmación, etc.
Es un gesto que la liturgia emplea con bastante profusión, aparece en el Bautismo con sentido exorcístico (unción con el oleo de los catecúmenos) y sacerdotal (crismación en la cabeza) también se usa en la Confirmación como rito perteneciente a la estructura esencial del sacramento que confiere el Espíritu Santo, en la Unción de los enfermos .
Pueden ser:
Los signos litúrgicos se agrupan en dos grandes bloques:
De los que podemos distinguir 4 clases de signos litúrgicos:
Esta doble vertiente confiere el signo litúrgico carácter demostrativo, en cuanto el culto y la santificación son realidades presentes.
Además, como uno y otro fueron realizados por Cristo en su misterio pascual, también tienen carácter rememorativo.
Dado que la santificación y el culto actuales son prefiguración y anuncio de la santificación y culto perfecto y definitivos de la Jerusalén celeste, hacen del signo litúrgico un signo prefigurativo.
Finalmente, ya que participar en el culto y en la salvación de Cristo obliga a configurar la propia vida tiene un carácter empeñativo ( de compromiso).
No son profanos, sino religiosos, significan la salvación que Dios realiza en Cristo por la Iglesia, con los hombres (gracia) y el culto que los hombres tributan a Dios «Los sacramentos, están ordenados a la santificación de los hombres... y a dar culto a Dios»( SC,59). Por eso, el signo litúrgico tiene siempre esa doble dimensión: cultural y santificadora.
B) LOS SIGNOS LITÚRGICOS SON SÍMBOLOS.
Los signos son de tres clases:
A)NATURALEZA DEL SIGNO EN GENERAL
Es aquello gracias a lo cual <<aliud videtur et aliud intelligitur>>(S.Agustín).
En todo sentido existe siempre un doble elemento: lo significado y el significante. Están inseparablemente unidos, pues, el signo solo es posible por la conjunción de algo. Signos son efecto, la comunidad reunida, el obispo que preside la celebración, los ministros, el tiempo, los objetos y lugares de culto.
Liturgia es: