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Tras la muerte de Murad IV le sucedió su hermano Ibrahim, siendo un Sultán inepto, dedicando la mayor parte del tiempo a los goces del harén, fue asesinado en una conjura de altos cargos del estado.
En el reinado de IbráhimI comenzó la guerra de Candia, en la cual los otomanos intentaban arrebatar a Venecia la isla de Creta, su última posesión importante en el Mediterráneo oriental.
Este conflicto duró veinticinco años (1645-1669), tras la perdida de la capital de Creta los venecianos iniciaron un bloqueo naval provocando gran escasez en Estambul.
El sucesor del Sultán fue su hijo Mahomet IV subiendo al trono a la edad de siete años, al principio estuvo bajo la tutela de la sultana Kosem, siendo esta estrangulada por orden de Tarhan madre de Mahomet IV.
Otra vez el imperio cayó en la anarquía, Tarhan entregó el gobierno con poderes excepcionales al Gran Visir Mehmet Köprülü de origen albanés, siendo un hombre de gran experiencia, Köprülü había sido gobernador en una de las mayores provincias del imperio.
Bajo su gobierno (1656-1661) se restableció el orden y la autoridad, nadie fue perdonado, hubo muchas ejecuciones entre ellas la del patriarca de los griegos ortodoxos. Emprendió una política de expansión, destinada a aliviar las presiones sociales y religiosas, que se habían levantado en el interior del imperio desde los días de Solimán el Magnífico. Las reformas fueron suficientes para reactivar la economía y corregir los problemas inmediatos, pero la resistencia de las clases dirigentes impidió acometer las causas profundas, siendo estas, la inadaptación de las antiguas instituciones que se resistían a los intensos cambios sociales, económicos y militares que tenían lugar en Europa. El Gran Visir consiguió rehacer las finanzas, reconstruir la flota, reanudó la lucha contra Venecia y liberó los Dadanelos.
Tras la muerte de Köprülü en 1661 continuó su labor su hijo Ahmed, que continuo con las hostilidades contra Austria, bajo el pretexto del dominio en Transilvania, después de varios triunfos, fue derrotado en la batalla de San Gotardo, tras la cual, se firmó una paz favorable para Turquía en el tratado de Vasvar (1664), en el mismo se reconocía el principado de Valaquia vasallo del imperio otomano. Ahmed conquistó definitivamente la isla de Creta a los venecianos (1669). Los grandes reveses del imperio comenzaron con el sucesor Ahmed, el Gran Visir Kara Mustafá.
El imperio otomano estaba compuesto por una mezcla de culturas, lenguas y religiones. La mayoría de sus súbditos eran cristianos y pertenecían a la iglesia ortodoxa. Sólo en Anatolia los musulmanes constituían la mayoría de la población; en Tracia, Macedonia, Bulgaria y Albania representaban una minoría significativa, mientras que en Bosnia la mayor parte de sus habitantes se convirtió al islam. Finalmente, en algunas ciudades, los judíos eran muy numerosos.
Símbolo de la religión cristiana
Símbolo de la
religión musulmana
Símbolo de la religión judía
Rusia y como resultado de su lucha contra Polonia se había apoderado de Ucrania, de este modo tenía frontera con los otomanos en Besarabia y en la costa norte del mar Negro, donde se asentaban los clanes turcos de Crimea, vasallos de los otomanos. Hubo enfrentamientos militares entre los imperios otomano y ruso, resolviéndose a favor de Turquía, mediante la paz de Radzin (1681), la cual reconocía al Zar protector de las iglesias ortodoxas del imperio otomano.
Aprovechando las dificultades de Austria debido a las sublevaciones en Hungría, el ejército turco se sintió capaz de un nuevo ataque a Austria, y poner por segunda vez sitio a Viena en 1683.
El imperio otomano, en esos momentos estaba estancado y débil pero no en decadencia, en el año 1618 Osmán II fue proclamado Sultán, intentó hacer reformas para sacar al imperio de esta situación, pero topó con los altos cargos funcionarios y los jenízaros a los que intentó reorganizar, estos últimos eran tendentes a rebeliones y sublevaciones. El cuerpo de jenízaros se habían trasformado en un estado dentro del estado, imponiendo sus criterios a los sultanes, Osmán II fue depuesto y asesinado, siendo sustituido por su tío Mustafá I.
Durante un periodo de veinte años el imperio cayó presa de la anarquía, sobre todo en el periodo que gobernó la sultana madre Kosem, reinando en nombre de el futuro Murad IV, el cual era menor de edad.
En esta etapa se sucedieron los visires a un ritmo fugaz, a su vez los gobernadores de las provincias aprovechaban el poco tiempo que disponían para enriquecerse rápidamente, en perjuicio de los gobernados, el sistema fiscal quebró, las arcas del estado se vaciaron, y los jenízaros con su poder exigían aumentos de paga. La descomposición del imperio fue aprovechada por los Persas para reanudar las hostilidades.
El estado al borde del cataclismo fue salvado en 1632 por Murad IV, dando pruebas de asombrosa fortaleza. Eliminó sin piedad a los jefes de las rebeliones (incluido el jeque del Islam, la máxima autoridad religiosa musulmana), puso en orden las finanzas, controló los gastos públicos, formó nuevas y fieles milicias en oposición a los jenízaros, con las cuales controló las revueltas, y consiguió capturar a Fajr Eddin emir de los Drusos, el Sultán reanudó otra vez la guerra contra Persia reconquistando definitivamente Iraq.
Con la continua expansión del imperio, la clase dominante osmanlilar se había enriquecido por medio de la concesión de nuevos timars o mediante el pillaje. Estos mecanismos sociales eran fundamentales para la unidad y la disciplina rígidas del Estado Turco. Fue cuando se detuvo la expansión cuando comenzó la decadencia del despotismo turco. Con este cambio de política las instituciones otomanas, que hasta entonces habían funcionado bastante bien, empezaron a resultar totalmente ineficaces. El cuerpo de infantería (jenízaros) que hasta entonces había sido un arma eficaz en la lucha contra los cristianos, pasa a ser un cuerpo extraño de esclavos privado de sus funciones militares. Estos se convirtieron mas en una amenaza para el Sultán que una organización al servicio del mismo; Se levantaron contra el Sultán pidiendo primero un aumento de sueldo y más tarde en el sultanato de Selim II el derecho de enrolar a sus hijos en los regimientos de jenízaros. Más tarde durante el sultanato de Murad III los musulmanes nativos adquirieron el derecho de entrar en las filas de los jenízaros. Por ultimo en la década de 1630 las levas devshirme desaparecieron. En medio siglo uno de los mejores ejércitos de la época se había convertido en una clase con todos los privilegios intactos con un valor militar insignificante y cuya función política consistía en formar una masse de manoeuvre fanatizada al servicio de la intolerancia de los ulemas y de las intrigas palaciegas. Mientras tanto el sistema timar había experimentado una decadencia similar. Los sipahis se quedaron obsoletos ante las mejoras introducidas en las armas europeas. Algunos timars fueron entregados a altos funcionarios para objetivos no militares y otros fueron reabsorbidos para la tesorería, con lo que los efectivos sipahi menguaron considerablemente.
Las dificultades políticas y financieras del Estado se complicaron con la degeneración de la dinastía. El sultanato pasa al varón mayor superviviente de la línea osmanli. Los cargos que antes estaban reservados al devshirme se vendían al mejor postor; Pero como no existía la seguridad de mantenerlo, los titulares de los cargos tenían que exprimir las ganancias de su inversión a la máxima velocidad.
Las instituciones otomanas se habían convertido en el principal problema del imperio. El ejercito era una ruina, la caballería estaba muy menguada y la burocracia estaba corrompida, era tan solo cuestión de tiempo que los reinos cristianos y el imperio Safávida se recuperaran y reconquistaran sus antiguos territorios. La protección internacional demoro la caída final del imperio durante cerca de un siglo, pero nunca adquirió un nuevo resurgir social. Simplemente el viejo Estado se hizo cada vez mas violento y se resquebrajo.
Sus orígenes parecen remontarse a una tribu turca emparentada con los Uguz en las estepas del Asia central, eran criadores de animales dedicándose al nomadismo y a las incursiones armadas de las poblaciones vecinas, esta vida nómada favorecía el saqueo y el contacto con otras civilizaciones.
Ante la invasión mongol en el siglo VII de nuestra era emigraron a las sierras Iraníes dividiéndose en 24 tribus hacia el siglo XII, en siguientes avanzadas se establecieron en Crimea, Afganistán e India sustituyendo a los árabes en el poder militar de estas zonas.
El imperio Ghaznaive fue el estado más importante siendo derribado por un flujo migratorio también turco, los Selyúcidas.
La ocupación de Anatolia (Turquia) fue en oleadas sucesivas, comenzando con la batalla de Mantziquer (1071), siendo derrotado el emperador bizantino Román IV, los selyúcidas llegaron a extenderse hasta Irán e Irak más tarde en el siglo XIII se disolvieron por causa de la invasión de los mongoles.
Una de estas tribus turcas desplazadas se estableció en el sur de Nicea en 1221 la cual se convirtió al Islán, hostigando la frontera bizantina y agrupando en la guerra santa contra los cristianos a anatolios, mongoles y turcos. La guerra santa fue desde el principio de la expansión otomana un factor importante en el desarrollo del imperio. No se sabe con certeza los orígenes de la que habría de convertirse en la dinastía de los otomanos, el personaje más antiguo de la familia fue Ertogrull, que recibió del soberano selyúcida como recompensa por sus acciones militares contra los bizantinos el feudo de una pequeña ciudad, Ertogrull murió en 1210 sucediéndole su hijo Osmán.
Osmán I realizó una política de expansión a occidente en perjuicio de los bizantinos, tras la batalla de Bafea, logró conquistar Brusa, que habría de ser la primera capital del nuevo reino siendo un importante puesto de avanzada hacia el Bósforo y Constantinopla, siendo el principal forjador de esta conquista su hijo y heredero Orján.
El Imperio otomano fue una economía agraria, con escasez de capital y mano de obra, pero abundantes tierras. La mayoría de la población se ganaba la vida con pequeñas explotaciones familiares; mientras que alrededor del 40% de los impuestos para el Imperio procedía directa o indirectamente de los ingresos aduaneros por las exportaciones. Las familias agricultores conseguían sus medios de vida por medio de un complejo conjunto de actividades económicas y no puramente de los cultivos. Así, producían una creciente variedad de cultivos para su propio consumo y se dedicaban a la cría de animales para obtener su leche y lana. Algunas familias rurales manufacturaban bienes para ser vendidos; por ejemplo, los aldeanos balcánicos viajaban a Anatolia y Siria durante varios meses para vender sus tejidos de lana. A través de impuestos y leyes de herencia, a partir del siglo XVII, el Estado animó a los campesinos a comerciar frutas, verduras y ovejas.Este patrón, establecido plenamente en el siglo XVIII, no tuvo un cambio significativos hasta el fin del imperio; eso no quiere decir que no hubo cambios en el sector agrario. Los nómadas desempeñaron un papel importante en la economía, al suministrar productos de origen animal, así como productos textiles y transporte. Eran un problema para el Estado y uno difícil de controlar: los programas de sedentarización tuvieron lugar en el siglo XIX, coincidiendo con la afluencia masiva de refugiados. Esta dinámica tuvo el efecto de una disminución en la cría de animales por parte de las tribus y de un aumento en el cultivo. La creciente comercialización de la agricultura que comienza en el siglo XVIII significó que la población comenzó a cultivar más. Con la urbanización progresiva, los nuevos mercados crearon mayor demanda, que fue fácilmente cubierta con el advenimiento de los ferrocarriles. Dado el aumento de la producción, el Estado requirió que una mayor porción de los impuestos fuera pagada en efectivo.
Los súbditos estaban divididos en dos órdenes: los askeri y los reaya. Los primeros participaban del gobierno, del ejército y del sacerdocio; los reaya se dedicaban a las tareas productivas, eran los campesinos, artesanos y comerciantes y representaban la mayor parte de la población. A través del sistema llamado timar, los askeri eran autorizados a percibir los impuestos pagados por los reaya en uno o más distritos del imperio.