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The end
Expuestos los argumentos a favor y en contra, personalmente pensamos que tiene sentido filosofar. Es cierto que no da dinero ni bienestar material, pero la vida de una persona es mucho más que todo eso. Se puede tener de todo lo material, pero dentro de nosotros sigue el deseo de saber la verdad y de encontrar la felicidad. Y ese deseo no puede ser ahogado.
También es verdad que no es una ciencia en sentido estricto, pero poca gente sabe que toda ciencia se basa en una filosofía, es decir, en un método y en unos criterios de verdad que dependen de una visión filosófica determinada.
Por otra parte, si somos personas es porque estamos dotados de razón. Eso nos diferencia de los animales. Luego si mi parte racional es lo más específico que hay en mí, ¿cómo no voy a desarrollarlo? En la medida en que aprendo a pensar, razono y reflexiono sobre todas las cosas, soy más y mejor persona. En el fondo yo creo que si no filosofamos es porque nos asusta lo que podamos encontrar, ya que puede que eso altere nuestros intereses, nuestras comodidades y nuestros planes.
La historia enseña que la Filosofía, a vuelta de muchos y graves errores, ha contribuido poderosamente al desarrollo y progreso de las ciencias, así naturales y físicas como morales y políticas, las cuales todas tienen su base y reciben sus principios de la Filosofía, que viene a ser como el tronco del cual derivan todas aquellas ciencias de una manera más o menos inmediata y directa.
Alonso Sancho &
PilarToquero
Algunos pensarán: pues claro que la filosofía tiene sentido, para poner frases bonitas en las redes sociales. La filosofía no solo sirve para tener una buena frase como estado de una red social sino también para enseñar a las personas a tener personalidad, criterio propio, espíritu crítico, que no se dejen influir fácilmente por las opiniones del ambiente o por la moda o hobies de ese momento, que no sean veletas. Nos faltan personas no maleables, que actúen por convicciones series, profundas, y no por el viento que sopla en cada instante.
Por otra parte, a través de ella se desarrollan, robustecen y perfeccionan las facultades del hombre, y principalmente las intelectuales, por razón de las cuales el hombre se distingue y se eleva sobre todos los demás seres del mundo, lo cual vale tanto como decir que la Filosofía constituye la perfección más noble y característica del hombre como ser inteligente en el orden natural.
El oficio y efecto de la Filosofía es por una parte dirigir y conducir al hombre al conocimiento y posesión de la verdad, y por otra ordenar y dirigir sus acciones morales en armonía con el conocimiento y la virtud; la virtud y la verdad son los bienes más excelentes, o mejor dicho, los únicos bienes verdaderos a los que el hombre debe aspirar en esta vida.
Muchas personas pensamos que se puede llegar a la filosofía a través de la religión o incluso otras no creen en el sentido de la filosofía en la actualidad pero sí piensan y reflexionan a través de la religión. Por eso, consideramos importante explicar las diferencias entre ambas:
Isaiah Berlin, discípulo predilecto de Wittgenstein, comenzó su vida académica en la rama de la filosofía, pero pronto abandonó este camino para dedicarse a otra cosa. Cuando fue preguntado acerca de ello respondió: “es que quiero estudiar algo de lo que al final pueda saber más que al principio.”
Calicles le dijo una vez a Sócrates: “La filosofía es ciertamente, amigo Sócrates, una ocupación grata, si uno se dedica a ella con mesura en los años juveniles, pero cuando se atiende a ella más tiempo del debido es la ruina de los hombres.”
Otros basan su argumentación en que pararse a reflexionar sobre las cosas es estresante, hace que le demos muchas vueltas a la cabeza y acabemos agobiados y angustiados. La mayoría de estas preguntas no tienen respuesta y es mucho mejor vivir la vida aprovechando el momento presente sin pensar tanto en ellas.
Por otra parte, la filosofía no tiene buena prensa porque no es estrictamente una ciencia, es decir, no se basa en los datos de experimentos ni traduce sus investigaciones en números matemáticos. Por tanto, sus conclusiones no pueden ser comprobadas ni pueden ser tenidas como conocimiento seguro. Son tan sólo opiniones.
Pero el argumento más común en contra de la filosofía es afirmar que ésta no ayuda a las personas a las cosas que de verdad interesan: tener un trabajo, una casa, ganar dinero, tener un bienestar... Esto es lo que la gente necesita, lo que ayuda en la vida, y por mucho que filosofemos nada de esto vamos a conseguir, de modo que filosofar sería más bien una pérdida inútil de tiempo.
Una investigación basada en las fuentes clásicas y contemporáneas sobre los conceptos de verdad, fe y creencia, nos puede permitir discernir con eficacia las diferencias y eventuales convergencias entre la Filosofía, la Mística y la Religión, sin confundirlas.
La filosofía evoluciona a nivel de complejidad:
cada vez hay más preguntas, más incógnitas por resolver esto puede resultar muy frustrante y no llevar a ninguna parte si nos cerramos en ello.
Podemos decir que la filosofía no es un saber acumulativo. Una mera opinión siempre podrá ser rechazada por otra igualmente sencilla, por lo que no hay acuerdos entre filósofos.
En cuanto al tema que nos ocupa, se puede considerar que la filosofía solo evoluciona cuando se hacen nuevas propuestas, pero la adaptación de los contenidos no la causa. Por ello, la evolución de la filosofía depende, de hecho, de nuestra propia filosofía de la vida, de nuestro aporte a la opinión global.
La filosofía nunca acaba, se expande cada vez más, tal y como lo hace el universo. Un mal uso de esta podría hacer que se contraiga y que la racionalidad humana desapareciese para siempre
Ambas tienen un mismo contenido, pues tanto una como otra buscan la verdad y la sabiduría, aunque sus vías de acceso sean diferentes. La religión revela, utilizando el lenguaje de la representación a través de mitos, ritos y símbolos. La filosofía desvela, demuestra a través de la idea, el pensamiento y el concepto.
"No es la noción de Dios ni de sabiduría, ni de conocimiento, ni de lo verdadero, lo que permite distinguir la Filosofía de la Religión. El origen de la diferencia está en relación con el criterio de fe y de creencia. En efecto, el filósofo “cree que…”, es decir, supone, opina y busca pruebas de su fe a través de la experiencia y los hechos, y la religión “cree en…”, sin necesidad de comprobar la verdad de su creencia, puesto que tiene fe en los testimonios de aquellos que han recibido la revelación o a quienes se les ha transmitido una revelación o un dogma, y en su propia vivencia.
Por eso para los filósofos existe la fe-opinión-prueba, que lleva de la creencia al conocimiento-convicción, y en la religión se tiene la fe-creencia, que lleva conocimiento basado en el principio de una autoridad exterior.
San Agustín decía que: puesto que Dios es la misma sabiduría, el verdadero filósofo es aquel que ama a Dios.
Esta pregunta seguramente a muchos les resultará extraña y ajena a su vida dado que no es el tipo de preguntas que estamos acostumbrados a hacernos.
Sin duda, podemos afirmar que no es una pregunta de actualidad, en el sentido de que no es una cuestión que a la gente le preocupe e intente responder.
No obstante, una vez planteada, y tras presentar los argumentos a favor y en contra, es probable que nos demos cuenta que esta pregunta tiene más actualidad y, desde luego, más importancia de lo que parece.
Primero centraremos la atención en unas cuestiones previas:
-¿Qué es hacer filosofía?
El término filosofía se refiere al amor por el conocimiento.
Dice Schopenhauer que “la filosofía nace del asombro que en nosotros produce el mundo y nuestra propia existencia”.
Pero hacer filosofía implica, además de ponerse a pensar, entrar en un territorio específico, el de las cosas que realmente importan. Entonces, hacer filosofía es ponerse a pensar sobre los asuntos de mayor importancia.
-¿Cómo es la vida hoy en día?
Ante la segunda pregunta, vivimos en una sociedad capitalista, tecnológica y tremendamente consumista, en la que lo único que nos interesa son las cosas útiles. Buscamos respuestas rápidas y concisas a los problemas que nos acontecen y esto se debe al alto nivel de vida que llevamos.
¿Debe seguir la filosofía en los planes de estudios?
Sí
91.65% (2307)
No
6.68% (168)
Ns
1.67% (42)
Si la filosofía tenía sentido antes, ¿por qué no iba a tenerlo ahora, cuando lo único que ha cambiado es desarrollo de la sociedad con respecto a la ciencia y seguimos sin saber responder a muchas de las preguntas que nos planteamos?
En el primer trabajo de este filósofo, Investigaciones Filosóficas, nos propone que tal vez hacer filosofía consista en mostrar que no es necesario hacerla.
Pues bien, desde nuestro punto de vista lo que sucede es que la gente más superficial y materialista, que aumenta en número a medida que avanza la sociedad consumista en la que vivimos, donde el tiempo es oro y lo práctico es lo mejor, se empeña en querer demostrar que sería una pérdida de tiempo plantearnos situaciones "que no nos llevan a ninguna parte".
Estamos tan ocupados trabajando o estudiando para conseguir un empleo que no nos cuestionamos preguntas que aparentemente no tienen solución y podrían ser importantes; no dedicamos prácticamente tiempo libre para reflexionar cuando realmente quizá lo que más necesitamos sea eso, entender en qué punto estamos y hacia dónde vamos encaminados antes de llegar al final del camino y chocarnos de frente por no haberlo previsto antes.
Nosotros hemos llegado a la conclusión de que esta afirmación posee completa veracidad; es decir, como ya hemos comentado, en nuestro día a día todos hacemos filosofía sin darnos cuenta (en cada decisión que tomamos, en cada respuesta compleja que damos a los problemas que se nos plantean de manera espontánea, etc), por lo que no es necesario creer que se necesita seguir un procedimiento para filosofar y llegar así a su posible conclusión, si no que simplemente, cuando se plantea el conflicto damos por hecho que tenemos que buscar una solución.
Con respecto a por qué abandonó el estudio de la filosofía:
"Es que quiero estudiar algo de lo que al final pueda saber más que al principio"
Esta pierde horas en los planes de estudio y para colmo se la empareja en algunos cursos con ciudadanía, lo cual es el mejor modo de fastidiar por igual ambas materias.
Creemos que uno de los problemas principales del estudio de la filosofía es lograr entender de qué va, o mejor, cogerle la gracia como a los chistes. Esto no es tan fácil. Isaiah Berlin, tras dejar el estudio de la filosofía, dijo aquello de " Es que quiero estudiar algo de lo que al final pueda saber más que al principio".
Le dijo una vez a Sócrates: "La filosofía es ciertamente, amigo Sócrates, una ocupación grata, si uno se dedica a ella con mesura en los años juveniles, pero cuando se atiende a ella más tiempo del debido es la ruina de los hombres".
"La filosofía nace del asombro que en nosotros produce el mundo y nuestra propia existencia"