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Los españoles llegaron al actual territorio argentino.
Se crearon unidades territoriales mayores que las gobernaciones: los virreinatos, a cargo de otro funcionario, el virrey. Esta división perduro hasta el siglo XVIII, cuando se produjo una serie de reformas en los territorios coloniales.
Se creó el Virreinato del Rio de la Plata, en el contexto de las llamadas reformas borbónicas.
A principios del siglo XIX, diversos factores provocaron la crisis del orden colonial y el desarrollo de revoluciones en América, que más tarde serian el germen de nuevas naciones independientes.
La Revolución de Mayo 1810 significo la desaparición del Virreinato de la Plata y la creación de un gobierno central criollo, llamado Primera Junta. La intención de este nuevo gobierno era gobernar los territorios heredados de la ocupación colonial.
En 1820, el gobierno central se disolvió, por la derrota sufrida. Después del triunfo de los federales en la batalla de Cepeda (1820), las provincias organizaron sus propios gobiernos y se manejaron de manera autónoma ante la inexistencia de un gobierno central.
Nueve provincias se agruparon en la Liga unitaria, impulsada por el gobierno de Córdoba, el general José María Paz. Por otro lado, las provincias de Buenos Aires y del litoral se agruparon bajo el Pacto Federal.
En febrero de 1852 en la Batalla de Caseros, Rosas fue derrotado por el gobernador de Entre Ríos, el general Justo José de Urquiza.
En mayo de 1853, los representantes de trece provincias sancionaron la Constitución Nacional. . La provincia de Buenos Aires no envió representantes al Congreso Constituyente y no juró la Constitución. Durante este periodo coexistieron dos unidades político-administrativas: la Confederación Argentina, integrada por las provincias que suscribieron la Constitución.
Urquiza firmo con el gobierno de Buenos Aires, el Pacto de San José de Flores, mediante el cual esa provincia se declaraba parte de la Confederación Argentina.
La Batalla de Pavón, en 1861, marco otro punto de inflexión en el proceso de formación del Estado nacional. El triunfo del ejército de Mitre significó la imposición del proyecto de organización nacional impulsado por Buenos Aires.
Se estableció un poder central. Mitre asumió como presidente y Buenos Aires se convirtió en la sede administrativa del poder central.
Esta ciudad fue la capital de la provincia de Buenos Aires y del país hasta 1880, cuando se definió su federalización, es decir, se convirtió en la Capital Federal de la República Argentina.