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la obra joánica se compone a partir de la cartas de Juan, del Apocalipsis y del cuarto evangelio.
Todas ellas comparten similitudes en el contenido teológico, pero también hay diferencias que originan dudas sobre el autor, dando cabida a lo que se conoce como la “cuestión joánica”.
Sin embargo, la tradición ha atribuido estos cinco escritos del NT a San Juan, refiriéndose sin duda alguna al apóstol Juan, hermano de Santiago, ambos hijos de Zebedeo.
Argumentos a favor
Todo ellos son señales inequívocas de que el autor del Apocalipsis y de las cartas vivió en el grupo de la tradición joánica.
comenzó probablemente en Siria y se fue progresivamente constituyendo como comunidad en Asia menor; la tradición sitúa la figura de Juan en Efeso.
Naturalmente, y esto en cualquiera de las opciones, se trata de un grupo de discípulos de Cristo bajo la sombra de un testigo ocular garante de la tradición del cuarto evangelio, que es el escrito base de esa tradición.
Lo esencial es que los cinco escritos pertenecen a la misma tradición, y que esa tradición nos lleva a una Comunidad o Escuela del cristianismo, cuyos rasgos vamos a indicar en seguida. Ahora bien, esa Comunidad o Escuela reconoce como su mentor al Discípulo Amado, que lo identifican con el apóstol Juan.
En cuanto al estilo, en la Escuela de Juan encontramos varias modalidades:
El Evangelio de Juan narra la historia de Jesús con un principio, un medio y un final; tiene, además, un prólogo y un epílogo.
Es una narración confesional sobre Jesús de Nazaret, no un tratado teológico; justo por eso, su teología se halla supeditada a la cristología, pues con la historia de Jesús se replantea también quién es Dios, el manifestado por y en la carne de Jesús, su Palabra y su Hijo.
la fecha supuesta de redacción esta en torno al año 90 d. C.
Entre las características del Evangelio de Juan, se acepta ampliamente la de ser un escrito que brinnda una posibilidad de meditación, en el que sobresalen los discursos como forma de reflexión en torno a la figura de Jesús de Nazaret, a quien se presenta desde el prólogo como el Logos, la Palabra eterna de Dios.
Estamos ante un escrito medularmente cristológico. Esto se transparenta desde el prólogo mismo: la identidad de Jesús y su venida son los focos de atención
En definitiva el evangelio deja ver que conocer a Jesucristo es un proceso continuo, inacabado, como es el caminar para los pies, o el aire para los pulmones: así es mirar a Jesús para el creyente.
Los puntos notables de este evangelio son:
tres cartas atribuidas a san Juan tienen gran afinidad de pensamiento y de vocabulario con el cuarto Evangelio. La más importante es la primera, donde encontramos el anuncio de los testigos oculares del Verbo de la Vida invitando a la comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo.
Segunda y tercera carta son breves notas dirigidas respectivamente a la “Elegida”, es decir, a la Comunidad, y a Gayo, recordando el mandamiento nuevo y la exigencia de caminar en la verdad.
Esta carta declara que Dios es amor y articula los temas paralelos que presenta del siguiente modo: Dios es luz, justicia, amor y verdad.
Muestra la relación entre la condición de lo que él llama hijos de Dios, el amor a los demás y la fidelidad a Jesucristo expresada en la vida práctica.
Por su estilo y su doctrina está cerca del evangelio de Juan, por lo cual se considera que procede del mismo autor o del mismo círculo joánico, en la misma época.
la primera Carta bebe de la fuente del Evangelio, tanto en su concepción del Verbo de vida como en sus proclamaciones de Dios como Luz, como Padre y como Amor .
El destinatario es un fiel llamado Gayo, un cristiano que vive en la verdad y que es eficaz colaborador de los misioneros enviados por el Presbítero.
La finalidad del escrito es dar gracias a Gayo por su comportamiento caritativo y su colaboración en la obra misionera; a la vez, intenta prevenir a Gayo y a los demás cristianos ante la conducta reprensible de Diótrefes, un dirigente de la Iglesia que se atreve a criticar al Presbítero y a tomar medidas contra los que le apoyan.
La eclesiología de la Carta está determinada, en su dimensión interior, por los términos verdad y generosidad. Presenta a Jesús: Palabra, Verdad, Hijo Único y Salvador
El Apocalipsis de san Juan nace en tiempos de persecución, pero sobre todo en situaciones de caos, exclusión y opresión permanentes. En tales situaciones, el Apocalipsis es un mensaje a la comunidad cristiana para reconstruir su esperanza y su conciencia.
El libro del Apocalipsis transmite una espiritualidad de resistencia y orienta la construcción de un mundo alternativo.
La escatología del Apocalipsis se realiza fundamentalmente en el tiempo presente. El hecho central que transforma la historia es la muerte y resurrección de Jesús.
El Apocalipsis no está orientado a la segunda venida de Jesús o al fin del mundo, sino que está centrado en la presencia poderosa de Jesús resucitado, ahora en el tiempo presente, en la comunidad y en el mundo.
El Apocalipsis es un gran testimonio de Jesucristo. Juan el Vidente da testimonio de todo lo que ha visto y oído
El Apocalipsis es la última de las obras atribuidas a san Juan. Esta obra es la culminación de la Biblia por dos razones: por ser el último libro y porque su contenido es la consumación de la salvación.
La relación entre el evangelio y el Apocalipsis se da a partir de la carga cristológica que hay en ambos escritos.
López Rosas, R. (2014). Evangelio y apocalipsis de San Juan. Estella (Navarra), Spain: Editorial Verbo
Divino.
Muñoz León, D. (2007). Apocalipsis. Bilbao, Spain: Editorial Desclée de Brouwer.
Muñoz León, D. (2010). Cartas de Juan. Bilbao, Spain: Editorial Desclée de Brouwer.