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¿Alguna vez nos preguntamos por qué los alumnos se sientan en bancos que miran al frente, mientras el maestro habla de pie? o, ¿siempre hubo guardapolvos, patio y bandera en el mastil?
Esto sucede porque todas estas cuestiones nos parecen naurales. Entonces, la posibilidad del cambio se presenta como imprensentable.
La escuela no es un fenómeno natural, sino que consituye un fenómeno histórico y social: no siempre hubo escuela, y menos aún, como hoy la conocemos.
SIN EDUCACIÓN NO ES POSIBLE LA PRODUCCIÓN Y REPRODUCCIÓN SOCIAL.
Considerar el carácter de construcción histórica de la escuela es saber que su naturaleza no es eterna, sino contingente. La escuela de hoy es un fenómeno de la modernidad, y saberlo nos habilita a repensar las formas que asume la educación.
La mayoría de las personas vive sus prácticas cotidianas como si fueran de carácter natural.
Por ejemplo: cuando comemos, nos sentamos en una silla ante una mesa, ponemos los cubiertos a los costados del plato y los sostenemos de cierta forma.
Estas prácticas que experimentamos como naurales, son de carácter social, las hemos aprendido en nuestra participación e interacción en la vida social.
Esto mismo sucede con una gran parte de las formas y prácticas educativas que conocemos.
La naturalización de las prácticas obedece a un proceso en el que la génesis social e histórica de nuestras acciones se pierde y cede su lugar a la inmediatez de lo cotidiano.
Nuestra intención es trazar un recorrido que nos permita capturar el carácter histórico, contingente de las prácticas educaticas. PEDAGÓGICAMENTE, no es posible construir un conocimiento acerca de un objeto sin cuestionar su forma, su contenido y las prácticas y relaciones sociales que le dieron forma y lo sustentan. El desafío nos anima a desnaturalizar nuestras concepciones.
Si una sociedad posee un escaso saber acumulado y sus procesos son simples, los procesos educativos serán de corta duración.
Caso contrario, a medida que una sociedad se vuelve más compleja y posee más saberes, el proceso educativo requiere más tiempo.
El análisis de las prácicas educaivas son los propios saberes, transmitidos y considerados socialmente significativos y necesarios. Proponemos que las formas que asumen las prácticas educativas quedan establecidas según el qué y el a quiénes.
La educación es necesaria para la producción y reproducción de la sociedad, los saberes considerados apropiados son transmitidos a quienes han de contribuir a que la sociedad continúe y se proyecte en el tiempo. Esto hace que la educación apueste a las generaciones jóvenes.
En las sociedades más remotas de cuya existencia tenemos indicios, los saberes que se transmitían etaban ligados a la necesidad de subsistencia y al control del medio ambiente. Por ejemplo: progresivamente, el hombre dejó de ir al encuentro de su comida y empezó a generarla él mismo: ocurrió el paso del nomadismo al sedentarismo.
Este pasaje de una economía recolectora a una productora tuvo importantes concecuencias para la vida social. Permitió al hombre afincarse en un lugar donde vivir, dejar de perseguir el alimento. Supuso incorporar nuevas herramientas para el proceso de trabajo y fabricar los primeros uensilios.
Las actividades productivas incluyeron nuevas herramientas en el proceso de trabajo. Su elaboración era compleja, se trataba de insrumentos cuyo diseño debía hacerse en función de imaginar su utilización posterior, su puesta en uso y su inserción en la producción social. Fue necesario transmitir nuevos saberes a las nuevas generaciones, nuevos saberes que se agregaban a los que estaban ligados a la caza, pesca y recolección.
La acumulación de saberes comenzó a ser tal que resultaba improbable que todos pudieran saber todo.
El creciente carácter complejo de la educación implicó una división del trabajo y la transmisión de saberes debió diversificarse
En las primeras comunidades en que se organizaron los seres humanos, la educación estaba caracterizada por su casi nula institucionalización ya qué los infantes aprendían a través de su participacón en la prácica de los adultos.
En esas comunidades, los adulos no ejercían una acción inencionalmente deciida a educar a los niños.
En aquellas primeras sociedades, no existía un ámbito especialmente dedicado a los procesos educacionales, dado que los fenómenos educativos no estaban disociados de la cotidianeidad.
Las formas de inclusión en las sociedades de los inicios de la humanidad, poseían un modelo de evaluacíon o prueba, y tenían la repsentación de una figura de maestro o alguien capaz de transmitir cierto saber valioso para quienes debían integrarse en la comunidad.
Esta convivencia entre lo educativo y la vida misma resulta prácticamente inhallable en el mundo actual. La institución escolar, procede de acuerdo con una lógica que le es propia y exclusiva: sus ritmos y sus tiempos no se ajustan a los del mundo. Si en las sociedades primarias y en los primeros tiempos de la evolución social, lo que llamamos educación era un proceso casi indiferenciado de los mecanismos de subsistencia y de mantenimiento de las condiciones necesarias para la vida, en las nuevas sociedades, fue preciso diseñar espacios especializados para la transmisión cultural.
Los niños aprendían hebreo sentados en el piso, sobre una alfombra, al rededor de un maestro que les enseñaba. Esta forma escolar confirma que los pupitres no son una necesidad imprescindible para el aprendizaje.
En la antigua Atenas, la educación de las elites se realizaba a través de un modelo preceptoral, era costumbre que los padres confiaran el niño a un preceptor, a quién se le encomendaba la educación compleja y directa del pequeño. Esta forma evolucionó con el tiempo; y el preceptor fue sucedido por la figura de un pedagogo.
El pedagogo era un esclavo que acompañaba al niño, quién recibía su enseñanza; y aquel ejercía autoridad sobre el pequeño; además de este modo el niño evitaba malas compañías en la calle.
Cada pedagogía se construye para intentar responder al tipo de hombre o perfil de ciudadano que cada sociedad requiere
El maestro ocupaba un sillón, los niños se sentaban en el suelo o sobre alguna piedra (rara vez en bancos).
El maestro sostenía su autoridad en la férula o bastón. La severidad resultaba ser parte del método pedagógico, aunque no todos estaban de acuerdo con tales procedimientos.
Los grupos dirigentes tenían sus propias prácticas educativas institucionalizadas, por ejemplo: una cierta educación domiciliaria, que se desarrollaba en el interior de los palacios. Los receptores enseñaban a príncipes y nobles.
Un príncipe sentado en una silla escuchará la lección por parte del precetor (también sentado)
La historia considera a Comenio uno de los primeros pensadores que se centraron en las cuestiones metodológicas de la didáctica moderna.
Comenio propuso una organización gradual de la educación. Al principio, el niño debe estar al cuidado de la madre; entre los 6 y 12 años, el niño debe ir a la escuela pública; entre los 12 y 18, a la escuela de gramática o gimnasio; y entre los 18 y 24, a la universidad.
Comenio fue el primero en costruir un programa que no solo especifica qué y a quiénes estpa destinada la enseñanza, sino también, cómo debe implementarse
Muchas de las características determinantes que han conformado la escuela que hoy conocemos pueden hallarse en las propuestas de Juan Bautista de la Salle. Este sacerdote y pedagogo Francés, se dedicó a la edcucación masiva de los niños pobres y a la formación docente.
El modelo de la Salle se estructura en torno a dos ejes que han trascendido los siglos: EL ORDEN Y EL CONTROL.
El orden y el control se aplican, mediante a simultaneidad de la enseñanza, es decir, un grupo de alumnos recibe la misma instrucción al mismo tiempo, a través de un único docente. Esta distribución se homologa, a la estructura de la celebración litúrgica, la misa.
En esta, el sacerdote ocupa un lugar central, elevado y diferenciado en relación con la asamblea, que se ubica en bancos (casi siempre, longitudinales y paralelos, en un nivel más bajo del templo)
El método lancasteriano, conocido también como de educación mutua o monitoreal, consiste en la utilización de alumnos monitores ( hoy llamaríamos avanzados) que medían entre el resto de los alumnos y el docente.
Lo que organiza a este método no se corresponde con la relación típica docente-alumno que implica que una persona puede ser, o bien docente, o bien alumno-, sino que es la figura del monitor, se resumen ambos roles
La figura de los moniores no fue un invento original de la pedagogía lancasteriana. En los métodos educativos establecidos por los jesuitas, ya se encuentran ideas similares a la de los monitores. Los jesuitas habían desarrollado un antecedente del monitor: el decurion. Ellos propusieron que los alumnos se sentaran en el aula enfrentados en dos bandos simétricos distribuidos en forma de fila. Cada alumno tenía su par en la fila contraria, con ese par, debía desarrollar las argumentaciones en los términos propuetos para la clase.
La disciplina se configuraba en lugares cerrados sobre si mismos, divididos en zonas que se separaban a las personas entre sí, que clasificaban espacios, funciones, tareas, tiempos. Esta protagonización permitía el aislamiento y la localización de los individuos.
En la escuela, estos procedimientos disciplinarios tendían a configurar un tiempo evolutivo lineal de todos los alumnos.
La educación debía impactar en la población, en pos de unicar la lengua, la historia, la cultura, todo esto implicaba instituciones especialmente diseñadas para tales fines, por sus nuevas características, el estado asumía el rol principal como responsable directo de la provisión del servícialo educativo y como regulador del ínstela. Este rol se materializó en el dictado hacia fines del algo XIX, de diversas leyes que dieron lugar a la información de los sistemas educativos nacionales. Las anteriores propuestas educativas no fueron eliminadas, si no que ha operado una cooptación, por parte del Estaso de modelos y espacios preexistentes que debían “alinearse dentro de la estrategia estatal”.
El gran invento de esta estampa operó fuertemente el estado ha sido simultaneidad sistemática. El dispositivo por el cual toda la actividad escolar se hegemónica para un tiempo y espacio oliticos determinados. Simultaneidad sistemática consolida aquellos principios del modelos de comenio acerca de “ enseñar todo a todos” mensure métodos efectivos y uniformes que aplican Yam tecnología de disciplina miento social a devocional de la educación. Esto sólo era posible bajo la tutela del estado.
Para los cultores del movimiento homeschooling ( la escuela en casa) sienten que sus propuestas permiten una liberación de las familias en relación con las imposiciones de un currículum oficial y al mismo tiempo, una liberación del modelo escolar en el que predomina la competencia, la comparación, y en él circulan situaciones sociales como la violencia o las derogas que, en la propia familia no se producirán o al menos los niños estarían protegidos respecto de ese tipo de sucesos.
Freiré propone una no- pedagogía, si no una nueva pedagogía, destinada a los oprimidos, su método procura dar al hombre la posibilidad de redescubrirse y de concretizarse. No se pretende como un método de enseñanza, si no de aprendizaje, para que las rodabas aprendas a ejercer su libertad y practicarla. Feire entiende que los educativos se asemejan con las relaciones bancarias de las cuales alguien rosita algo en otro, sin ningún tipo de interrelacionarse entre ambos. El docente deposita un saber cerrado en la mente del alumno, cuya función es reproducirlo memoristicamente, cuanto las acumule y más memorice el alumno, más educado ha de ser.
Se ha planteado al inicio que la escuela tal y como la concebimos, es el resultado de una construcción histórico- social y no de una existencia natural, lo que permite identificar la estrecha relación que existe entr institucionalización de la educación y los valores relevantes que cada sociedad asume. Los mayores niveles de organciaion y complejidad de la vida social se vinculan con una mayor sistematicidad e institucionalidad de la educación. A medida que la educación comienza a tene su valor económico comienza a establecerse circuitos formativos diferenciados, vinculados con la división social de trabajo y con la división de la sociedad en clases.