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Establecer relaciones entre el periodo histórico llamado "La Violencia" con las formas actuales de violencia. Para asumir una posición crítica frente a los procesos de paz.
Responder basados en la explicación de la presentación.
Sobre las guerrillas
Participación
La llamada Violencia, con mayúscula, que dominó la historia de Colombia entre el año 46 y el 58 (y se prolongó luego hasta hoy en sucesivos golpes de sangre), fue en realidad una suma de muchas y variadas violencias con minúscula: políticas, sociales, económicas y religiosas. Las unificó a todas el hecho de que fueron impulsadas por los gobiernos de la época.
Se trataba de una estrategia electoral para que el minoritario Partido Conservador no perdiera el poder que había recuperado gracias a la división liberal. Y a eso contribuía el tradicional y atávico enfrentamiento ideológico y sentimental entre conservadores y liberales, entre godos y cachiporros, entre azules y rojos: dos banderías que en el país nunca fueron materia de libre elección personal, sino que se transmitían hereditariamente con el fanatismo de los dogmas religiosos: los viejos y queridos odios.
https://bibliotecanacional.gov.co/es-co/proyectos-digitales/historia-de-colombia/libro/capitulo11.html
Pretextos religiosos propiamente dichos, atizados por el jefe conservador Laureano Gómez desde la firma del Concordato con la Santa Sede, y reforzados por la incitación de los obispos y curas más sectarios a una cruzada antiatea, antimasónica, anticomunista, revueltos los tres “antis” en un solo paquete de antiliberalismo: no sólo el liberalismo filosófico condenado por Roma, sino en primer lugar el liberalismo electoral de los pueblos y los campos colombianos.
Las luchas agrarias de los años veinte, los cambios sociales de los treinta con la industrialización y la aparición de un proletariado urbano y de una nueva “ideología foránea” (como lo han sido todas): el comunismo.
La Violencia tuvo incluso, si no raíces, sí justificaciones en la teoría económica académica: el desarrollo. El gobierno de Ospina Pérez recibió los consejos de una misión enviada por el Banco Mundial bajo la dirección del economista canadiense Lauchlin Currie, quien se definía a sí mismo como “un misionero económico”.
La prédica del misionero Currie era hostil a toda idea de reforma agraria, y aún al agro en sí mismo, tenido por arcaico. Una política económica exitosa no debía buscar mejorar la situación económica de los campesinos, y ni siquiera intentar educarlos, sino enviarlos a las ciudades: urbanizarlos y proletarizarlos en las fábricas de la revolución industrial.
Kemmerer veinte años antes (en el gobierno del otro Ospina)
Hirshman diez después (cuando la “Alianza para el Progreso”), venía a predicar la verdadera fe: el desarrollismo (que desde entonces ha imperado bajo todos los gobiernos, salvo el de Carlos Lleras Restrepo).
Urbanización
Los resultados más inmediatos de la Violencia fueron el desplazamiento forzado y la urbanización informal, dado que las ciudades eran más seguras, o menos peligrosas que los campos, y crecieron en consecuencia. Como creció también, en efecto, la producción industrial, ayudada porque la mecánica del desplazamiento campesino mantenía bajos los salarios urbanos. Se dieron entonces muchas huelgas: pero todas resultaron derrotadas y concluyeron con la expulsión de sus dirigentes y el debilitamiento de los sindicatos.
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La Confederación de Trabajadores de Colombia, la CTC, liberal lopista (y comunista) fue desplazada por la fuerza por la Unión de Trabajadores de Colombia, UTC, conservadora (y jesuítica). Por añadidura, los buenos resultados económicos de esos años se vieron impulsados por el boom internacional de la postguerra mundial y por los altos precios internacionales del café
Si bien a escala de veredas y municipios los liberales empezaron a montar también una violencia de resistencia, a escala del país el Partido Liberal oficial se esforzaba todavía por preservar o recuperar la paz. Gaitán, ya para entonces su jefe incontrovertido, encabezó en la tarde del 7 de febrero de 1948 en Bogotá una multitudinaria “Marcha del Silencio” de decenas de miles de manifestantes para pedirle al presidente Ospina “paz y piedad para la patria”.
Bajo el gobierno de Laureano Gómez no es ya el conservatismo el que se instala, ni siquiera en su más extrema variedad ultramontana: sino el fascismo. Un fascismo cristiano, un nacionalcatolicismo respaldado por la iglesia a la manera del impuesto en España por el régimen franquista, pero que no reposaba como allá en el ejército vencedor de una guerra civil abierta sino en las policías paralelas, irregulares y secretas de la “guerra civil no declarada”, como se llamó desde entonces a la creciente Violencia.
La popol (policía política), el detectivismo (del SIC, Servicio de Inteligencia Colombiano, antecesor del DAS ), y los chulavitas y los pájaros que le servían al régimen de fuerzas de intimidación y control rural. Hasta los primeros años cuarenta, mediada la Guerra Mundial, Gómez había sido simpatizante del nazismo alemán, que había visto crecer durante sus años de embajador de Colombia en Berlín a principios de los treinta; pero con la derrota de Hitler, y apoyado en su propio fanatismo anticomunista, no le fue difícil reconciliarse con el victorioso nuevo imperio
El propósito del gobierno de Laureano Gómez no era tampoco democrático: era la instauración de una autocrática república hispánica cristiana modelada sobre la “Política de Dios y Gobierno de Cristo” propuesta por Quevedo en el siglo XVII y, más contemporáneamente, sobre el nacionalcatolicismo de la Falange española y el “Estado Novo” del dictador portugués Oliveira Salazar. Para eso se convocó una Asamblea Nacional Constituyente, Anac, que debía refundar las instituciones políticas de Colombia.
De la violencia hasta hoy
El general Rojas Pinilla anunció en su proclama inaugural: “¡Paz, Justicia y Libertad! ¡No más sangre, no más depredaciones en nombre de ningún partido!”. Decretó una amnistía. Las guerrillas liberales entregaron las armas en los Llanos, el Tolima, Santander, Antioquia (algunos de sus jefes serían asesinados poco después). Los exiliados políticos volvieron al país.
Pero detrás de su aparente suprapartidismo el general presidente era un militar ultraconservador, que como comandante de la Tercera Brigada del ejército había apadrinado la violencia oficial y la de los pájaros en el Valle, y un fanático anticomunista de la Guerra Fría.
Instaló un gabinete de ministros exclusivamente conservadores, tanto ospinistas como laureanistas conversos, con algunos militares: más que una dictadura militar, la suya fue en los primeros tiempos una continuación de las dictaduras conservadoras de los siete años anteriores.
Rojas empezó a usar el título de Jefe Supremo. Y en una dictadura también más militar, nombrando gobernadores y alcaldes militares en medio país, decidiendo enormes gastos en armamento y modernización de las Fuerzas Armadas y logrando de los Estados Unidos notables incrementos en la ayuda militar con el pretexto de la lucha anticomunista de la Guerra Fría.
La de Rojas se transformó también en una dictadura cada vez más dura.
Paulatinamente, los insatisfechos fueron organizándose en un “Frente Civil” de oposición al gobierno militar.
A instancias del expresidente Alfonso López, Alberto Lleras y Laureano Gómez se entrevistaron en Benidorm, en la costa española, para redactar los pactos bipartidistas del Frente Civil.
habría paridad liberal-conservadora en los tres poderes del Estado y alternación en la presidencia durante los dieciséis años siguientes, de 1958 a 1974.
1948
FRENTE ANTIROJISTA
Rojas dejó el poder en manos de una Junta Militar de cuatro generales y un almirante, entre quienes repartió ceremoniosamente las prendas de su uniforme militar: el quepis, los pantalones, la guerrera; y, como Laureano Gómez cuatro años antes, se fue al exilio en la España franquista.
...reventaron tres tiros de revólver en pleno centro de Bogotá, en la carrera Séptima esquina de la Avenida Jiménez. Corrió la voz: “¡Mataron a Gaitán!”. Y se incendió Colombia.
Jorge Eliécer Gaitán había hecho algo sin precedentes en la historia colombiana: descubrir el pueblo como fuerza política. “Yo no soy un hombre, yo soy un pueblo”, clamaba en sus discursos ante multitudes también sin precedentes. Un éxito de elocuencia de masas que debió en mucho, sin duda, a sus años de estadía en Italia, a donde fue a estudiar derecho penal bajo el profesor socialista Enrico Ferri y terminó aprendiendo oratoria política bajo el demagogo fascista Benito Mussolini.
El 1 de diciembre de 1957, por una abrumadora mayoría del 95 %, más de cuatro millones de ciudadanos (por primera vez votaron las mujeres) votaron "sí" en el plebiscito sobre los pactos de los partidos que crearon el Frente Nacional.
Durante el gobierno de López el Banco de la República había abierto una sección especial, llamada "la ventanilla siniestra", para recibir y limpiar las divisas recibidas por el gran contrabando de marihuana y el todavía incipiente de cocaína, que ya sumaban mil seiscientos millones de dólares al año: un tercio del total de las exportaciones del país.
Había decaído la "bonanza marimbera" a causa de las fumigaciones de la hierba de la Sierra Nevada con el defoliante paraquat sobrante de la guerra de Vietnam, y sobre todo por el auge paralelo de las plantaciones en los Estados Unidos, clandestinas pero toleradas, de la marihuana "sinsemilla" californiana, que desplazó del mercado a la importada de Colombia. Pero en cambio aquí se había empezado a sembrar coca en gran escala (con semillas traídas y mejoradas de Perú y Bolivia), y a producir cocaína en cada día más numerosas cocinas artesanales que las autoridades gubernamentales llamaban "laboratorios" cuando las destruían.
El negocio va creciendo...
El Banco de la República había abierto una sección especial, llamada "la ventanilla siniestra", para recibir y limpiar las divisas recibidas por el gran contrabando de marihuana y el todavía incipiente de cocaína, que ya sumaban mil seiscientos millones de dólares al año: un tercio del total de las exportaciones del país.
Ya los entonces llamados "dineros calientes" de los mafiosos financiaban las campañas electorales. Hasta el punto —anecdótico pero revelador— de que el candidato presidencial Julio César Turbay, que resultó elegido presidente en 1982, solicitó del embajador norteamericano en Bogotá una especie de certificado de buena conducta en cuanto al narcotráfico (y lo obtuvo).
Dio a las fuerzas armadas rienda suelta para la represión de la subversión. Hubo desapariciones de sospechosos, torturas de detenidos en las caballerizas del Ejército en Usaquén, juicios militares para civiles. Represión dirigida fundamentalmente contra el M-19
M.19: Sus acciones de "propaganda armada" eran espectaculares y por lo general incruentas: el robo de la espada de Bolívar de su urna de cristal en un museo; el robo, por un túnel, de cinco mil armas del arsenal militar del Cantón Norte, en plena capital; el secuestro de gerentes de empresas para presionar arreglos de huelgas; la toma de la embajada de la República Dominicana con dos docenas de embajadores dentro, incluidos el de los Estados Unidos y el Nuncio del Vaticano, que duró dos meses.
Vino por fin un principio de lucha gubernamental contra el narcotráfico, entendido no ya como un inofensivo fenómeno folclórico ni como un conveniente aliado electoral, sino como una amenaza para el Estado. Cambió también la política frente a los grupos subversivos. Amenazas de extradición a los Estados Unidos para los capos de la droga, y ofertas de diálogo para las guerrillas, a partir del reconocimiento de que la subversión, además de las "razones subjetivas" de sus actores, tenía "razones objetivas": la inequidad reinante, el eterno problema de la tierra, etc. Los capos respondieron a la amenaza de extradición desatando una oleada de asesinatos, entre ellos el del ministro de Justicia. Y las aperturas de paz no convencieron a los militares, que no habían sido consultados e hicieron lo posible por sabotearlas.
INVESTIGAR
Todos los gobiernos luego de la violencia han tenido como objetivo firmar acuerdos de paz con los grupos subversivos
. En la década del 50 las guerrillas liberales suscribieron un acuerdo de paz que se limito al desarme, la desmovilización y la vinculación laboral para algunos. Los principales dirigentes fueron asesinados, en tanto la estructura de poder permaneció intacta y la clase política se repartió el gobierno, en un paco de amigos.
Los campesinos después de poner 300 mil muertos y mas de un millón haber perdido sus parcelas, no fueron compensados por los daños y perjuicios causados, en cambio los terratenientes se beneficiaron ampliando sus
latifundios con nuevas tierras y los responsables de esa fuera sucia fueron cubiertos con el manto de la impunidad gracias a un generoso acuerdo de perdón y olvido entre amigos.
b. En la década del 80 se abre un proceso de paz con las FARC que dio origen a la Unión Patriótica; apenas
iniciando, los enemigos de la paz, institucionalizan el genocidio que registra mas de 3.500 militantes muertos de esta
fuerza política. La intolerancia y falta de voluntad hizo fracasar este intento
c. En 1.990 se inicia el tercer proceso de paz que culmina con la desmovilización y desarme de 6 grupos con cerca
de 5 mil guerrilleros. Al igual que en el proceso del 50, son asesinados varios de sus dirigentes, otros asimilados por
el establecimiento a cambio de puestos públicos, curules parlamentarias, beca, carro y algunas mesadas.
Los cambios del país se enmochilaron nuevamente. Las comunidades vieron frustrados sus sueños y
quedaron en grave peligro frente a los actores de la guerra sucia, pues muchos de los amnistiados que
conocían de su simpatía y apoyo a la insurgencia, cambiaron de bando y se vincularon al proyecto
contrainsurgente.
d. En 1.991 se inicia un cuarto intento de paz. En esta ocasión desde la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, las Farc-Ep, el ELN y el EPL desarrollan una actividad de exploración y diálogos con el gobierno de Cesar Gaviria. Se
inician en Cravo Norte en Colombia, se pasa a Caracas, Venezuela, y se da por concluido durante los diálogos en
Tlaxcala, Méjico.
En 1.998 se abre el quinto intento de paz. Las Farc-Ep inicia los contactos con el gobierno de Pastrana y abre los diálogos el 7 de enero de 1.999, los que se mantienen en medio de grandes dificultades y tropiezos.
El ELN en 1.998 presenta al país su propuesta de Paz. Da inicio al proceso de la Convención Nacional en julio del mismo año con el acuerdo suscrito con algunos representantes de la sociedad colombiana en Maguncia, Alemania.
1993
Durante el Gobierno de Gaviria se reintegran a la vida civil y entregan las armas los integrantes de la Corriente de Renovación Socialista, una disidencia del ELN.
1998
El gobierno del presidente Ernesto Samper concede el estatus político al ELN en un esfuerzo por lograr un acuerdo de paz. También hubo encuentros con ese grupo rebelde en España y Alemania que no prosperaron.
El candidato conservador, Andrés Pastrana, gana la presidencia de Colombia con la promesa de iniciar un diálogo de paz con las FARC para poner fin al conflicto interno. El entonces mandatario retira las Fuerzas Militares y de Policía de una zona de 42.000 kilómetros cuadrados -dos veces el tamaño de El Salvador- para que sirva de sede a la negociación.
1999
Se inicia el proceso con las FARC, el tercer intento formal para lograr la paz con esa guerrilla. Los diálogos se realizaron en medio de la confrontación y se rompieron en febrero del 2002.
Durante el Gobierno de Pastrana también se mantuvieron aproximaciones con el ELN, sin lograr avances concretos.
2002
Durante el gobierno del presidente Álvaro Uribe, quien lanzó una ofensiva militar contra la guerrilla con el apoyo de Estados Unidos, se inician diálogos con el ELN en Cuba.
Entre 2004 y 2005 hubo facilitación de México y en 2007 se intentó restablecer el proceso con ese grupo rebelde en Venezuela con la mediación del presidente Hugo Chávez, pero una vez más las aproximaciones fracasaron.
2012
El presidente Juan Manuel Santos anuncia a comienzos de septiembre que su Gobierno y las FARC firmaron un acuerdo marco que establece un procedimiento, una hoja de ruta, para avanzar en negociaciones de paz que comenzarán en la primera quincena de octubre en Oslo, Noruega, y luego continuarán en Cuba.
El máximo comandante de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timoleón Jiménez o "Timochenko", se declaró optimista sobre el proceso de negociación.
https://www.20minutos.com/noticia/250733/0/cronolog-iacute-conflicto-proceso-paz-colombia/
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