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El modelo de análisis de funciones del lenguaje más utilizado en los últimos 35 años es el de Jakobson, ampliamente difundido desde la publicación de su trabajo "Lingüística y Poética" (1960). (Moyano y Ojeda, 2000)
Propone el reconocimiento de seis funciones del lenguaje determinadas correlativamente por cada uno de los seis factores presentes en su modelo de comunicación. (Moyano y Ojeda, 2000)
Contexto
El emisor (destinador) manda un mensaje al receptor (destinatario).
Para que sea operante, el mensaje requiere un contexto de referencia, que el destinatario puede captar.
Un código, común al emisor y receptor (en otras palabras, al codificador y al descodificador del mensaje).
Un contacto, un canal físico y una conexión psicológica entre el emisor y receptor.
Emisor
Receptor
Mensaje
Canal
Código
Contexto
Referencial
Poética
Emisor
Receptor
Mensaje
Expresiva
Apelativa
Canal
Fática
Código
Metalingüística
Caracteriza la actitud del emisor, que mediante ella manifiesta su estado psíquico. Puede hallarse asimismo en los animales y, como la función anterior, aparece con especial claridad en el lenguaje de los niños. Se caracteriza por la abundante utilización de exclamaciones. (Martínez y Cortés, 1996)
Se centra en el destinador y exterioriza la actitud del hablante hacia aquello que
transmite. Esta función se puede manifestar con interjecciones, ciertos recursos morfológicos –como diminutivos, aumentativos y despectivos, según el estudio de Valeri (2010)– y también por medio de matices fonéticos. (Vargas, 2015)
Como primer elemento de su esquema teórico, Jakobson (1994) determina a
la función emotiva, nombrada así por el suizo Anton Marty, porque antes se
le denominaba como emocional. Esta función es la encargada de estudiar las
relaciones existentes entre el mensaje y quien lo emite, o sea el destinador,
quien inicia el proceso comunicativo, pues representa la fuente de la cual
emana la voluntad primaria de comunicación. (Mac Donald, 2017)
El emisor también fue rebautizado por Jakobson como destinador y es quien decide el prototipo de la comunicación; quien elige y determina el esquema o formato para generar un proceso comunicativo. Es quien decide o define
(con claridad o sin ella, con o sin certeza) el mensaje, qué lenguaje utilizará, el código y qué canal o medio va a usar para comunicarse. (Mac Donald, 2017)
La función emotiva está al servicio de la comunicación, desde el primer momento, puntualizando las relaciones que van a existir entre el emisor y el mensaje. Es decir, a través de esta función se establece la forma de expresión o la actitud que registra el emisor al trasladar o enviar un mensaje. Por eso, Jakobson señala claramente que cuando la función se centra en el destinador «apunta una expresión directa de la actitud del hablante ante aquello que está hablando» (Toralla, 2012, p. 104). Jakobson (1994) también la llama función expresiva, por lo que este texto se le denominará de una u otra forma, con el mismo significado. (Mac Donald, 2017)
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/04/160419_cervantes_shakespeare_aniversario_insultos
https://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/04/160419_cervantes_shakespeare_aniversario_insultos
Actúa sobre el destinatario para atraer su atención y aparece también en los animales y en las primeras etapas del lenguaje infantil. En el lenguaje ya desarrollado del hombre, se caracteriza por el uso frecuente del vocativo y del imperativo. (Martínez y Cortés, 1996)
Se orienta hacia el destinatario (o receptor), pues se busca
influir en su pensamiento o en sus acciones y halla su más pura expresión en el vocativo y el imperativo.
El mensaje se emite para provocar una reacción en quien lo recibe, de lo contrario, no se considera efectivo.
El imperativo es un modo verbal destinado a emitir órdenes y se
considera eficaz en la medida en que esa orden es acatada, y el vocativo es una estructura que permite invocar directamente al interlocutor. (Vargas, 2015)
Tiene como objetivo llamar la atención del receptor, se manifiesta a través de oraciones imperativas o interrogativas. Ejemplo: Esteban, guarda tu ropa.
(Montenegro, 2016)
Según Jakobson (1994), esta es la función que busca definir la relación que se
da entre el mensaje y el destinatario. Está orientada específicamente al receptor
o destinador, como uno de los factores fundamentales en el proceso de la
comunicación: Cierra la puerta. Ven hacia acá. Siéntate a mi lado.Debes cumplir con tus obligaciones. Por favor, silencio. (Mac Donald, 2017)
Es exclusiva del hombre, que mediante el lenguaje puede transmitir un contenido, y es predominante en él. Para ello se requiere un sistema de signos representativos de cosas o ideas. (Martinez y Cortés, 1996)
Conocida también como denotativa o cognoscitiva, se orienta hacia el contexto
y surge cuando se transmite información objetiva por medio de oraciones declarativas. (Vargas, 2015)
Su objetivo es informar sobre algo, comunicar ideas o conceptos, para su realización utiliza oraciones enunciativas, afirmativas o negativas las que suelen presentarse en tercera persona. Ejemplo: Los movimientos de la Tierra son
rotación y traslación.
(Montenegro, 2016)
La función referencial sirve para establecer y definir las relaciones entre el
mensaje y el objeto a que hace referencia, según Jakobson (1994). Siempre se ha
considerado esta función como la base de toda comunicación, porque se utilizan
signos o símbolos que refieren a algo: la realidad objetiva. No importa si esta es
verdadera o es ficticia, pues representa la realidad de cada mensaje propiamente.
El acto comunicativo (en esta función) está centrado en el contexto, el tema o
el asunto a que se refiere.
(Mac Donald, 2017)
La función referencial también tiene su base en los conocimientos previos (antecedentes) de quien recibe la comunicación, porque es quien termina por armar el mensaje que recibe y todos sus saberes van a determinar la capacidad de decodificar. Es ese un acuerdo tácito (Eliseo Verón lo llamó contrato de lectura) y permite que la comunicación sea un hecho real, a diario, porque el proceso culmina con el receptor y él resulta siendo el decodificador de lo que supone el destinador le ha querido transmitir.
(Mac Donald, 2017)
Orientada hacia el mensaje mismo, al mensaje por el mensaje. El hablante selecciona las palabras sobre la base de la equivalencia, la semejanza o desemejanza, la sinonimia y la antonimia, y luego las combina para construir una secuencia, basada en la contigüidad. «La función poética proyecta el principio de la equivalencia del eje de selección al eje de combinación». Martinez y Cortés, 1996)
La función poética se centra en el mensaje y enfatiza la estética, esto
es, se pretende asignar la mejor forma posible a aquello que se desea transmitir, lo cual implica meditar en torno a la selección de las palabras y su combinación. Según Waugh (1980, p. 58), a pesar de ser la función por excelencia de la poesía, no es exclusiva de esta.
La creatividad en el lenguaje se ha relacionado con la función poética y se puede presentar en muchos contextos del diario vivir. Maybin y Swann (2007, p. 512) brindan como formas lingüísticas que la caracterizan los juegos de palabras, las figuras literarias y las repeticiones, pues se le asigna una forma más llamativa al mensaje para así dotarlo de atractivo y singularidad. (Vargas, 2015)
El objetivo de esta función es producir un impacto en el receptor, pues la manera en la que se trasmite el mensaje. Ejemplo: un poema.
- XII - Neruda
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
- LIII - Bécquer
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán;
pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres,
ésas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus flores se abrirán;
pero aquellas cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
ésas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido... desengáñate,
¡así no te querrán!
«Sirve para establecer, prolongar o interrumpir la comunicación, para cerciorarse de que el canal de comunicación funciona (Oye, ¿me escuchas?), para llamar la atención del interlocutor o confirmar si su atención se mantiene» . Está vinculada al canal de comunicación. (Martinez y Cortés, 1996)
Es la función que se utiliza constantemente en toda interacción humana, y el propósito de la misma es establecer el canal de comunicación, para iniciarla, mantenerla o suspenderla. (Montenegro, 2016)
Cuando el mensaje busca establecer un contacto inicial entre las partes (como ocurre con expresiones como oiga, ¿me escucha?, ¡hola!), prolongar la comunicación (sí, ajá, bueno), o bien interrumpirla (¡chao!, ¡adiós!, nos vemos), hay una orientación hacia el contacto o canal y se está recurriendo a la función fática. (Vargas, 2015)
Es la función que busca verificar si el circuito comunicacional sigue en funcionamiento, una acción que apunta a examinar el buen estado del medio de transmisión del mensaje y así establecer o conservar las condiciones de la comunicación, para mejorarla. O por lo menos para que estas puedan continuar inalterables. (Mac Donald, 2017)
El «aló» de la conversación telefónica es exactamente igual (fáticamente), pues permite decirle al interlocutor: estoy de este lado de la línea, listo para iniciar la charla.
Al pronunciar el tradicional «adiós», las personas (fáticamente) se despiden, terminan la conversación, y es señal que el momento de partir o terminar la plática ha llegado. Este vocablo (adiós) es apócope de la antigua expresión:
«a Dios te encomiendo», como una bendición para quien salía de viaje. Pero el término se fue contrayendo con el tiempo, hasta quedar como ahora se repite, con una función fática de despedir la comunicación, obviando el contenido religioso de antes. (Mac Donald, 2017)
Toma el lenguaje como objeto. Se utiliza cuando el hablante y el oyente quieren confirmar que están utilizando el mismo código, y entonces el discurso se centra en el código. Según Jakobson, todos los procesos de aprendizaje de una lengua, y especialmente el proceso de adquisición de la lengua materna por parte del niño, recurren a estas operaciones metalingüísticas. (Martinez y Cortés, 1996)
Tiene como objetivo analizar el lenguaje utilizando el lenguaje. Ejemplo: definir un término. (Montenegro, 2016)
Para poder alcanzar una decodificación efectiva del mensaje, hay que
compartir un mismo código: la misma lengua, dialecto, registro y jerga; de allí proviene la función metalingüística. (Vargas, 2015)
Las expresiones metalingüísticas son típicas de las situaciones de aprendizaje de idiomas.
La función metalingüística centra su atención en el código de la lengua o de algunas expresiones de cada región o país. Por ejemplo, a las personas que se llaman Jesús, en México les dicen «Chuchos», pero en Guatemala así son llamados los perros. En diminutivo (chuchito) es una comida como el tamal, hecha a base de maíz y que se cocina envuelta en hojas. Cuando uno menciona los «chuchos de Guatemala», se refiere al animal de cuatro patas que ladra,
en sentido coloquial. En cambio si dice «en Guatemala nos comemos los chuchitos», es una expresión con sentido metalingüístico, pues aclara el vocablo.
(Mac Donald, 2017)