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Desde las primeras civilizaciones que el mar Mediterráneo ha tenido un rol en la historia de la humanidad ya que aquí convergen tres continentes: África, Europa y Asia.
Por esta razón, se constituyó como un espacio ecúmene, es decir, ha sido habitado permanentemente por diferentes culturas.
El clima de esta zona es templado, por esto también se le llama clima mediterráneo.
Sus características brindan condiciones muy apropiadas para vida vida humana. Cuatro estaciones marcadas, con época seca y calurosa, otra fría y lluviosa y dos intermedias. Esto condiciona el desarrollo de la agricultura y el tránsito de comunidades.
Su escasa profundidad
y pocas corrientes marinas,
facilitaron el desarrollo de la navegación y la pesca, además de permitir el contacto entre los distintos pueblos asentados en
las costas e innumerables islas.
La cultura griega se desarrolló en la península de los Balcanes, en las costas de Asia Menor y en varias islas del mar Egeo.
A esta zona se le llamó la Hélade.
La península de los Balcanes, es un espacio que presenta cordones montañosos con valles interiores aislados, lo que dificulta el desplazamiento interno. Esto motivó a los griegos a ser grandes navegantes y optar por habitar costas e islas.
https://www.youtube.com/watch?v=NfJf8-6Q6Cw (minuto 11:25)
Esta geografía y el difícil desplazamiento entre las ciudades griegas provocó que esta civilización se organizara en polis. Así le llamaron a las ciudades-estado. Cada ciudad era autónoma de otras.
Roma fue una ciudad fundada por los latinos en el s. VIII a.C. en la península Itálica, a orillas del río Tíber.
El relieve de esta zona es montañoso, atravesada por ríos como el Tíber y el Po. El clima es mediterráneo, lo que ha sido provechado para el cultivo de diversos productos como: cereales, vides y olivos, también frutas y hortalizas