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Muchas cosas han cambiado desde los tiempos de la Antigua Grecia. Los Sócrates de hoy en día no se encuentran en la plaza de la ciudad cuestionando a la gente (o puede que sí, pero no lo sabemos porque son denunciados por alterar el orden público), los grandes debates tienen lugar en Twitter, y nuestros Aquiles y Helena de Troya llevan por nombre Brad Pitt y Diane Kruger. Pero hay algo que, sea el siglo que sea, nos une a los humanos sin importar la época, la ubicación, la cultura, la clase o la forma de pensar. ¿La muerte? Vale, sí… Pero también nuestra voluntad de encontrar en la cultura un motivo para sentir, emocionarnos, para llorar y reír.
El conocido como Teatro Griego comenzó hacia el siglo VI a.C., en Atenas, con la representación de distintas obras de teatro trágicas en festivales sobre todo religiosos. A su vez, estos inspiraron el género de las conocidas como ‘comedias griegas’. De esta forma, los dos tipos de drama griego se volverían tremendamente populares hasta extenderse por todo el Mediterráneo, influyendo en el teatro tanto helenístico como romano. Así, las obras de grandes dramaturgos como Aristófanes o Sófocles formaron la base sobre la cual se basa, hoy en día, todo el teatro romano.
La tragedia griega es un género teatral originario de la Antigua Grecia,está inspirado en los mitos y representaciones sagradas que se hacían en Grecia y Anatolia, alcanza su apogeo en Atenas del siglo V a. C. Su influencia llega sin grandes modificaciones hasta el Romanticismo, época en la que se abre la discusión sobre los géneros literarios, mucho más de lo que lo hizo durante el Renacimiento.
Máscara de Dioniso conservada en el Louvre.
En rasgos generales, estas son:
Énfasis en mostrar los defectos, estupideces y vicios del ser humano
Personajes imperfectos y caricaturescos (lejos de las divinidades y héroes protagonistas de las tragedias)
Voluntad de generar diversión y entretenimiento a través de la burla, pero también incluyendo un elemento crítico y/o moralizador. Hacer sátira sobre comportamientos sociales para así aprender cómo comportarse de forma adecuada.
La comedia, como el teatro en general, fue evolucionando gradualmente a través de los años, así que no existe una delimitación exacta para definir estos cambios. No obstante, la comedia de la Antigua Grecia se divide convencionalmente en tres etapas:
Comedia Antigua: Sátira de personajes públicos reales, instituciones y asuntos políticos, haciendo así crítica política y comentarios sobre temas contemporáneos. Estaba estructurada partiendo de un formato particular articulado alrededor del párodo, agón y parábasis (los antecedentes de nuestro querido “planteamiento-nudo-desenlace”). En el párodo entraba el coro con una canción, presentando la obra al público; el agón representaba un debate cómico entre los personajes; y en el parábasis, el coro se dirigía al público para empezar a sacar críticas y conclusiones; luego seguían una serie de escenas de farsa y canciones, y finalmente, la comedia terminaba con un banquete o una boda, y la salida del coro (éxodos).
Comedia media: Transición en la que el coro perdió parte de su importancia, los personajes dejaron de representar a figuras públicas con nombres y apellidos, y se generalizaron las temáticas de burla, haciendo menos críticas específicas a asuntos contemporáneos concretos. Nos quedan muy pocos fragmentos de obras pertenecientes a la comedia media griega.
Comedia nueva: la comedia pasa a centrarse en hacer un reflejo de la sociedad ateniense en general, sobre todo por lo que hace en los núcleos domésticos y privados. Los personajes son ciudadanos cualquiera, y el coro queda oficialmente relegado a un papel puramente musical y divertido. Aparecen muchos personajes “tipo” y las obras dejan de lado su contenido más crítico para hacer una simple burla de aspectos del día a día de la gente de Atenas.
En la época clásica, en Atenas, los autores debían presentar en concurso tres tragedias y un drama satírico; las cuatro obras eran interpretadas por los mismos actores. Según la tradición, Pratinas de Fliunte (fin del siglo VI a. C.-principios de siglo V a. C.)es el inventor del género. Se trata de conservar un sitio, en el teatro griego, para Dioniso y los sátiros, excluidos a partir del periodo clásico de la tragedia; esto causó reticencias en algunos aficionados. Plutarco lo relata así: «Cuando Frínico y Esquilo desarrollaron la tragedia para incluir en ellas intrigas mitológicas y desastres, la reacción fue: "¿Qué tiene que ver con Dioniso?"»
Paposileno del drama satírico tocando los crótalos