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Realizado por William Mora
Una conquista es una imposición violenta de la cultura del más fuerte y la destrucción de la identidad del vencido.
Batalla entre indígenas y españoles. (s/f). Autor Desconocido
Aztecas
Por un lado, los conquistadores contaban con armas de fuego y con el apoyo de pueblos enemigos de los grandes imperios Inca y Azteca.
Mientras que los índigenas, ignorantes de los planes españoles, los recibian con hospitiladad y debían enfrentar emboscadas provocadas por esto mismo.
La captura de Moctezuma. (1691). Por Jan Karel Donatus Van Beecq.
Incas
Los españoles ante el trono de Atahualpa. (Siglo VII). Por Guaman Poma de Ayala
Luego de la conquista, existieron debates teológicos entre los conquistadores de sí los índigenas podían ser considerados seres humanos o no.
A pesar de esto, se los consideró hombres libres y vasallos del rey con obligación de pagar tributos.
Encomienda. (s/f). Autor Desconocido
Se llevaba a un grupo de indígenas a una concentración para que trabajaran en las tierras de un encomendero, ya sea en labores agrícolas o mineros, a cambio de una pequeña retribución que, sin embargo, no le permitía mejorar sus condiciones de vida.
En este sistema, los indígenas de una comunidad, especialmente los adultos varones casados entre los 16 y 50 años, eran sorteados para trabajar durante un
tiempo determinado en las propiedades de los españoles, generalmente en las minas, donde debían recibir alimento y un pequeño salario.
Permitía esclavizar permanentemente a los pueblos prisioneros de las guerras de conquista sin percibir remuneración. Sin embargo, esto provocaba una escases de trabajadores en las comunidades de donde los sirvientes eran tomados, provocando graves problemas económicos a nivel de la comunidad.
Considerando, pues, yo, los
males y daños, perdición y jacturas, de aquel vastísimo y nuevo mundo de las Indias (...)
nopodría contenerme de suplicar
a Su Majestad que no conceda
ni permita a los tiranos las hazañas que llaman conquistas (hechas contra aquellas indianas
gentes, pacíficas, humildes y
mansas que a nadie ofenden)
que son inicuas, tiránicas y por
toda ley natural, divina y humana
condenadas, detestadas y
malditas (...)
Fray Bartolomé de las Casas. (Siglo XVI). Autor Desconocido