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¿Qué es?
El Dadaísmo surge con la intención de destruir todos los códigos y sistemas establecidos en el mundo del arte. Es un movimiento antiartístico, antiliterario y antipoético, ya que cuestiona la existencia del arte, la literatura y la poesía.
En realidad más que una estética es una actitud ante el arte.
Para el Dadaísmo, la poesía está en la acción y las fronteras entre arte y vida deben ser abolidas.
Es un movimiento cultural que surgió en 1916 en el Cabaret Voltaire en Zúrich (Suíza). Fue propuesto por Hugo Ball, escritor de los primeros textos dadaístas; posteriormente se unió el rumano Tzara, que llegaría a ser el emblema de este movimiento.
El origen del término Dadaísmo es confuso. La versión más aceptada dice que al abrir un diccionario al azar apareció la palabra dada, que significa caballito de juguete, y fue adoptada por el grupo.
Existen muchas otras suposiciones sobre el nombre de este movimiento, “el concepto general que se intentó propagar era que sencillamente no significara nada y fuese escojido al azar, algunos dicen que buscando en un diccionario con un cuchillo, otros dicen que era lo único que se entendía de los rusos, da da (si si).
El movimiento Dadá, en su contenido o temática, se caracterizó por:
– Protesta continua contra las convenciones de su época.
– Actitud de burla total y humor. Se basan en lo absurdo y en lo carente de valor.
– Medios de expresión irónico-satíricos, a través del gesto, el escándalo, la provocación.
– Poesías ilógicas o de difícil comprensión (El poema dadaísta suele ser una sucesión de palabras y sonidos).
– Inclinación hacia lo dudoso, rebeldía, destrucción, terrorismo, muerte y nihilismo, lo fantasioso, etc.
– Promoción por el cambio, la libertad del individuo, la espontaneidad, lo inmediato, lo aleatorio, la contradicción, el caos, lo imperfecto, la intuición.
– Manifestaciones contra la belleza, la eternidad, las leyes, la inmovilidad del pensamiento, la pureza de los conceptos abstractos, lo universal, la razón, el sentido, la construcción del consciente.
Aunque el Dadaísmo no sigue vigente en nuestros tiempos, sí que dejó un legado importantísimo. La forma de entender el arte cambiaría para siempre e incluso la forma de actuar ante la vida. Se habían acabado las normas sin fundamentos, y el humor y la ironía cobraban protagonismo. Más que obras materiales, se creaban conceptos. Y una vez creados, estos conceptos no pueden volver a nacer, pero quedarán expuestos para siempre. Una actitud dadaísta es reaccionar en contra de los atentados que intentan limitar las libertades del individuo; es replantearse lo que nos han enseñado; la importancia del humor en nuestra sociedad. Dadaísmo es hacerse preguntas, reírse de lo ‘lógico’, incitar a que pasen cosas.