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FSM

UNIDOS POR AMOR

Rvda. Omayra Vega Robles

INTRODUCCIÓN

Introducción

La escritura de este libro obedece a una inquietud sentida por uno de mis Timoteos, es decir, uno de mis discípulos o hijos espirituales exhortándome a que escribiera sobre este tema, que a su vez, es y será para siempre, el lema original y permanente de la FIADAH y su propia razón de ser. Todo lo que se hace en la FIADAH gira alrededor de este lema: “Unidos por Amor”.

RVDO. WILLIAM RIOS MARRERO

Primera Parte

PRIMERA PARTE: I, II Y III

Capítulo I

Hacia una definición del amor

Hacia una definición del amor

El amor no es fácil de definir, por consiguiente, es igualmente difícil limitar su extensión y su manifestación.1) Está el amor ÁGAPE que es el que nos relaciona con Dios. 2) Tenemos el amor PHILOS que es el que nos relaciona con los hermanos, de este es que se deriva el término Philadelphia que significa amor fraternal. Es el amor puro y sano entre hermanos. 3) Por otro lado, existe el amor EROS, este tiene que ver con el sexo, es la inclinación hacia lo sexual, de ahí se derivan términos tales como erótico, erotismo, etc.

El amor es un afecto fuerte y poderoso. El amor despierta las pasiones y los sentimientos en los seres humanos. El amor incluye las diferentes formas de expresarlo y manifestarlo. El amor ablanda y suaviza el trato para con los demás. El cariño, la comprensión y la consideración son efectos del amor. La combinación del amor AGAPE y el PHILOS nos mueven a amar a Dios y al hermano. Ese amor tiene una gran supremacía en el libro sagrado. Dios mismo exigió esa combinación desde el principio: amarás a Jehová tu Dios y a tu prójimo como a ti mismo. Así mismo lo enseñó reiteradamente Jesucristo mismo. Mateo 22:37-40

De hecho, el Señor Jesucristo enseñó tan firme y enfáticamente el amor fraternal que debía practicarse y prevalecer entre los hermanos en la fe, que lo manifestó de esta manera, conforme al evangelio según San Juan 13:34,35:

Él quería que ese amor fuera el distintivo de sus discípulos, de todos los creyentes, de toda la iglesia y de todas las Asociaciones y Fraternidades Cristianas. De ahí lo hemos obtenido y aprendido nosotros y nos esmeramos en practicarlo, vivirlo, proyectarlo y perpetuarlo. Es ese AMOR, traducido en UNIDAD, el que puede y debe convencer al mundo con respecto a la obra transformadora que Jesucristo ha hecho en nosotros, su pueblo. El amor es algo muy sublime y muy dulce. El amor nos impulsa a ver las virtudes en todo el mundo y no las faltas. Cuando amamos aprendemos a apreciar, atesorar y cultivar la verdadera amistad. Ese mismo sentir nos mueve a ser agradecidos, nos mueve a fomentar la paz y el compañerismo. El amor nos mueve a llorar con el que llora y sufrir con el que sufre.

Como Dios es amor, y nosotros somos gente de Dios, la propia naturaleza de Dios debe residir y reflejarse en y a través de nosotros. Si hay algo que el cristianismo del siglo XX y XXI debería hacer es tratar por todos los medios posibles de regresar a conectarse con el espíritu de amor y unidad que caracterizó a la Iglesia Primitiva, es decir, la iglesia del primer siglo de la era cristiana. No se debe criticar a quien lo haga, sino felicitarles y solidarizarse con esa visión y pasión.

Razón de ser del lema "Unidos Por Amor"

Capítulo II

Dios es Amor. La propia naturaleza de Dios es Amor. La palabra Amor se convierte, por tal razón, en sinónimo del nombre Dios. Aunque en el idioma griego, hay otras dos palabras que también significan amor, o son variantes del objetivo del amor, la que nos une a nosotros, es “ágape”. Ágape en este sentido, es el sentimiento de unidad con que los cristianos de la Iglesia Primitiva se convocaban para compartir juntos la hermandad, el amor que los unía, es decir, el amor de Dios.

Ese amor ágape estaba íntimamente ligado al amor que se siente cuando una persona tiene su encuentro genuino y personal con el Señor Jesucristo. Es una experiencia única, se caracteriza por una llenura espiritual y un gozo inefable. Ese primer amor es como un motor o como el combustible que mueve a ese motor a hablar de Cristo, a compartir esa experiencia, a querer congregarse todos los días y a dar de gracia lo que de gracia se ha recibido. Cuando hablamos de “Unidos por Amor” como lema de una Organización o Movimiento, como lo es el caso de la FIADAH Internacional, de lo que estamos hablando es que todos los que forman parte de ella, todos sus afiliados, todos sus miembros y componentes, están unidos a ella y militan en ella, movidos y atados solamente mediante el amor. No se obliga a nadie, es una unión voluntaria en amor y por amor.

¿Qué gracia tiene para dos personas casadas y que, obviamente, forman un matrimonio, vivan toda una vida juntos, bajo el mismo techo, si han dejado de amarse o nunca se amaron? Lo que sucede en la mayor parte de los casos, por no decir en todos, es que se separan o se divorcian. ¿Por qué? Porque no había amor entre ellos, el amor llegó a su fin, se agotó, se murió. Ese amor nos lleva a ser agradecidos, fieles, leales, firmes y perseverantes. Como en el propio caso de un matrimonio, es el amor, y tal vez el temor de poner en peligro o perder ese amor, el que se convierte en compromiso para aquella persona que ama; el amor y sólo el amor nos motiva a ser responsables, cumplidores con la persona o institución con la que recíprocamente compartimos ese amor.

La preeminencia del amor

Capítulo III

El apóstol Pablo, en su primera carta a los corintios dedicó todo un capítulo en un esfuerzo muy enfático por hacerles entender la importancia del amor en la práctica del verdadero cristianismo. Cuando uno lee ambas cartas escritas por el apóstol Pablo a la iglesia de los corintios, observa de inmediato las divisiones en diferentes grupos y siguiendo a diferentes líderes, que había en ella.

De nada vale presumir de cristianismo y de espiritualidad si no se practica el verdadero amor entre los hermanos. De nada sirve alardear de haber recibido la promesa y el bautismo en el Espíritu Santo y tener los dones, incluyendo el de hablar en otras lenguas, si en el corazón no hay amor. De hecho, el apóstol Pablo recoge todas estas anomalías para armonizar y neutralizar la situación en la siguiente declaración:

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas,

y no tengo amor, vengo a ser como metal

que resuena, o címbalo que retiñe…”

Si no estamos verdaderamente unidos por amor, de nada vale el lema y de nada vale la Organización entera. De nada vale que Dios use a una persona para hacer grandes milagros, señales y prodigios, si su egoísmo lo delata, si su orgullo lo delata, si su materialismo lo delata, si su apetito desmedido por el mero protagonismo y reconocimiento público lo delata, si su ansia de fama, grandeza y monumentos lo delata. 1 Co. 13:1-2.

Ese amor que nos debe caracterizar como creyentes, como cristianos, como hijos de Dios, debe manifestar en nuestra personalidad y en los momentos más difíciles algo de resignación. Como ya hemos dicho, el amor nos lleva a condolernos del infortunio ajeno, aun cuando pudiera ser el de un enemigo gratuito, porque el amor “no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad”. 1Co. 13:6

La preeminencia del amor queda magistralmente articulada allí donde dice:

“Y ahora permanecen la fe, la

esperanza y el amor, estos tres;

pero el mayor de ellos es el AMOR”.

1 Co. 13:13.

IV, V, VI

CAPITULOS

Segunda Parte

CAPÍTULO IV

EL COMPROMISO Y

SACRIFICIO DEL AMOR

Title

Amor sin compromiso, no es amor. Amor sin sacrificio, tampoco es amor. El que ama, desea lo mejor para la persona, institución u objeto receptor de ese amor. El verdadero amor nos mueve a buscar el bienestar de aquél, aquélla o aquello que amamos. Si decimos que amamos y no somos capaces de contribuir a la subsistencia y sobre vivencia de quien o lo que amamos, ahí no hay compromiso, ahí no hay sacrificio, ahí no hay amor. Cuando disfrutamos un ambiente de amor y somos partícipes de la libertad, la protección, la paz y tranquilidad que necesitamos y queremos; debemos aportar todo lo que sea necesario para no poner en peligro tal ambiente y tal tranquilidad.

El que dice que ama y sinceramente cree que ama; pero no está dispuesto a hacer acto de presencia allí donde a quien dice que ama, lo necesita y no aparece o no aporta o contribuye, no se compromete, no se sacrifica para asegurar y garantizar la permanencia y el continuo buen funcionamiento de aquello que le propicia, le facilita y le provee ese ambiente de paz, tranquilidad y armonía; tal persona debe revisar su definición de lo que en realidad es amor y amar. No podemos pretender amar y al mismo tiempo ser y actuar completamente apáticos o indiferentes a lo que le pase al objeto de nuestro amor

CAPÍTULO V

LAS ORGANIZACIONES ECLESIÁSTICAS Y EL AMOR

El odio y el rencor no pueden tener cabida en el trato de la iglesia cristiana con el mundo, mucho menos para con sus propios miembros. La ira y la violencia tampoco pueden ser características de ninguna organización cristiana. El amor es justo, es decir, obra con justicia, de ahí que la iglesia cristiana y sus diferentes organizaciones o entidades, deben actuar con y en justicia. La injusticia y las acciones injustas delatan a aquellas organizaciones supuestamente cristianas que, en realidad, no lo son. Donde hay atropellos y abuso de poder, no hay amor, y si no hay amor, allí no está Dios, porque Dios es amor

La FIADAH Internacional, a partir de todo ese conocimiento y esas amargas y dolorosas experiencias, NO SOMOS Y JAMÁS QUERREMOS SER UN CONCILIO. Nos hemos organizado como una Hermandad, una Fraternidad, porque eso es lo que somos los que hemos aceptado a Jesucristo como Salvador personal, somos hermanos, conformamos una familia, la familia de la fe. Desde su origen, habiendo escudriñado bien la Palabra de Dios, y luego de que muchos de los ministros fundadores de ésta habíamos sido también golpeados y heridos injusta y abusivamente, precisamente por un concilio, descubrimos esta gran verdad: Jesucristo advirtió que los concilios no son buenos.

En la FIADAH queremos enfatizar la preeminencia del amor. Para no dejarnos desviar jamás de ese principio y esa meta, hemos adoptado como nuestro lema general y permanente: UNIDOS POR AMOR. Todos los que nos visitan y comparten con nosotros, se dan cuenta de inmediato que el amor de Dios verdaderamente se siente y se disfruta entre nosotros. SOMOS UNA FRATERNIDAD DE IGLESIAS Y MINISTROS AL ESTILO DE LAS SIETE IGLESIAS DEL LIBRO DE APOCALIPSIS: IGLESIAS AUTÓNOMAS. A cada ángel de cada iglesia lo dirige el Príncipe de los Pastores: JESUCRISTO.

CAPÍTULO VI

LA EVIDENCIA DEL AMOR: LA VOLUNTAD DE CUMPLIR

Cuando hablamos de que la evidencia del amor verdadero es la voluntad de cumplir, a lo que nos referimos es al compromiso serio y responsable en el que uno entra cuando hace un pacto de amor. Es un pacto de amor recíproco con cargo de conciencia individual y un voto de comportamiento ético y moral también individual.

El verdadero amor no piensa ni especula en términos de lo que pueda obtener de ganancia o beneficio personal de la otra pare. El amor se da, se entrega desprendida mente. El amor nuestro, el de los cristianos hacia Dios y hacia Su obra, debe ser incondicional. No aceptamos a Jesucristo como Salvador personal para servirnos de Él, sino para servirle a Él y ayudar a extender Su obra.

Todo creyente honesto debe examinar sus intenciones, sus acciones y sus caminos. ¿Qué hago yo aquí y por qué estoy aquí? ¿Qué vine a buscar o qué vine a dar? ¿Me estaré preguntando yo esto por amor o por interés personal de algo que busco y que no tiene nada que ver con el amor genuino y desprendido que debo profesar aquí? Muchas veces mientras estamos enfocados pensando qué es lo que me van a dar o qué es lo que voy a recibir, tenemos la facultad y la posibilidad de dar para mejorar la situación y no lo hacemos. No nos damos cuenta de que estamos en una mejor condición y situación que aquél que amamos y de quien estamos esperando la dádiva. “Dando es como se recibe”.

VIII Y IX

CAPITULO VII

EL AMOR

Y LA DISCIPLINA

Tercera Parte

La disciplina sin amor no es disciplina y el amor sin disciplina no es amor. El Señor

Jesucristo vino y armonizó en Sí mismo, en Su diario vivir y enseñanzas; y en Su

obra expiatoria, todo lo que el Antiguo Testamento enseñaba sobre la disciplina y

nos lo dejo todo modelado e impreso en nuestras conciencias como en un curso de ética cristiana.

Title

El apóstol Pablo nos lo enseña de una manera magistral, precisamente porque la justicia de los hombres es tan imperfecta, que lo mejor es hacer esto que él dice en Ro. 13: 3:

“¿Quieres, pues, no temer la autoridad?

Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella”.

CAPÍTULO VIII

¿QUÉ ME OFRECES?: AMOR

Mt. 26:59 y Lu. 23:35:

“Y los principales sacerdotes y los ancianos y

TODO EL CONCILIO, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la MUERTE

“Y el PUEBLO ESTABA MIRANDO;

y aun los gobernantes se burlaban de el…”.

En este capítulo, mi intención no es contar toda la historia, el pueblo no hizo nada por mí, pero el Señor me dijo: “por mí tampoco el pueblo hizo nada, mi siervo, no te victimices, yo tengo algo mejor para ti”. Fue en esa coyuntura histórica que el Señor me mostró el proyecto de la FIADAH. Fue ahí también que Le pregunté sobre qué habría de responder o cómo contestarle a la gente si me preguntaban qué teníamos en la FIADAH para ofrecer a los que ingresaran si me hacían dicha pregunta u otras semejantes. El Señor me dijo: Vas a darles AMOR. Diles que AMOR.

El Señor me hizo entender que la FIADAH estaría fundada sobre la Roca, la Roca es Jesucristo y Jesucristo es la encarnación misma del AMOR, porque Él es Dios y Dios es AMOR. Lo que tenemos para ofrecer es a Jesucristo y todo el AMOR que en Cristo podamos dar. De ahí surgió nuestro permanente lema general: “UNIDOS POR AMOR”. ¿Qué ofrecemos? Lo mismo que Cristo ofreció desde el principio y continuará por siempre ofreciendo: AMOR, HERMANDAD, ARMONÍA, LIBERTAD Y PAZ. Y de ahí en adelante, tener todas las cosas en común y ayudarnos y protegernos los unos a los otros de todo aquello que nos vaya a poner en riesgo todos estos principios cristianos que nos unen. El AMOR y la SENCILLEZ debe ser distintivo especial en nuestra Fraternidad.

CAPÍTULO IX

LA ANÉCDOTA DE LOS DOSCIENTOS DENARIOS

De hecho, la anécdota que les voy a contar, me sucedió en un momento en el que en una conversación con mi Señor, le dije: Señor, yo no creo que yo sea la persona que pueda pretender resolver con meras excusas o meras condolencias, tantas necesidades sin poder a lo menos aportar algo para ayudar a remediarlas o resolverlas. Estoy a punto de explotar o sufrir un derrame cerebral o un infarto. Yo creo que debo dar paso a que alguien más joven y con una filosofía de vida distinta pueda asumir las riendas de este trabajo.

Desde que asumí la presidencia de la FIADAH, me di a la tarea de promover la visión de unir a las naciones afiliadas y, sobre todo, tratar de uniformar el trabajo y la identidad de la FIADAH a nivel internacional. Se me ocurrió la idea de celebrar reuniones de líderes de las naciones afiliadas. A tales reuniones las llamamos CIMERAS o CUMBRES. A la altura en que escribo estas letras, ya hemos celebrado dos en Panamá y

estamos ya programados para celebrar una tercera este año 2014, en el mes de octubre, esta vez, en República Dominicana. Fue precisamente en la segunda CIMERA en Panamá, que sufrí la experiencia

que se convirtió en anécdota espiritual, edificante, estimulante y persuasiva en mi vida y que compartí con todos mis compañeros allí mismo, el mismo día en dicha CIMERA y luego la he contado en varios lugares. Ahora la incluyo en este libro, pues me parece muy

pertinente.

Lo que me paso fue que estuvimos toda una mañana escuchando los informes que trajeron los Directivos de cada una de las Repúblicas afiliadas. Todos los informes eran impresionantes y conmovedores. Yo estuve muy atento a los detalles del esfuerzo y empeño que cada nación le está poniendo al trabajo en cuanto a visión y misión de la FIADAH. Me sensibilizó muchísimo ver y oír cómo se estaba haciendo tanto trabajo y alcanzando tanta gente con tan pocos recursos económicos. Por otro lado también veía la extensión territorial de cada República y el largo trayecto que tienen que recorrer los líderes para cubrir el alcance que van teniendo. También se observaba que se estaba llegando con la palabra y el ministerio a los lugares y gente de mayor pobreza material donde, obviamente, hay tanta necesidad de extender la mano con ayuda financiera de la que honestamente carecemos nosotros también a nivel de la Sede.

Cuando recesamos para almorzar y descansar un rato, me trasladé a la habitación que compartía con mi amado hijo espiritual y hoy mi Pastor, Rdo. Chendy Rivera, (él siempre me acompañaba y estaba pendiente de mí), en un momento de meditación, pues no podía quitarme de encima lo conmovido y sensible que salí de aquel auditorio, oraba internamente al Señor, aunque estaba sentado, y le traía a Su atención lo que sentía y todas las necesidades que veía en el ambiente de trabajo de todos, incluyendo nosotros en Puerto Rico. Fue ahí donde le dije al Señor que yo no me sentía ser el líder apropiado para hacer el trabajo de Presidente y Pastor General. Soy muy visionario en cuanto a alcance y extensión del evangelio y las misiones; pero carezco de los recursos económicos para extender la mano a tantos necesitados, me sentía desfallecer.

Un gran peso de responsabilidad, una carga emocional se apoderó de mí y le dije al Señor, ¡Señor por qué no podemos tener los recursos económicos para satisfacer tanta necesidad! ¿Qué haremos? Nuestra propia naturaleza, donde todo es voluntario, jamás nos permitirá obligar a nadie a sostener como se debe, la obra con sus finanzas; pero esa fue la visión que tú nos diste para organizar este trabajo, esta organización, y no queremos ni podemos salirnos de tu voluntad, porque estamos haciendo lo que tú ordenaste que hiciéramos. De momento sentí que el Señor habló a mi conciencia y me dijo: “estás actuando como mis siervos Felipe y Andrés ante la gran multitud que necesitaba ser alimentada y ellos creyeron que no daba el dinero que había en el tesoro para comprar pan para tanta gente” “¿Sabes qué hice yo, mi siervo?” “Los doscientos denarios no se tocaron, están virtualmente allí todavía y con esos doscientos denarios vas a continuar trabajando y siempre van a continuar ahí, jamás se agotaran”. “Llámale a la FIADAH, la Organización Cristiana de las doscientos denarios”. “El que alimenta las multitudes de miles y millares soy Yo, el Pan vivo que descendió del cielo, confía en Mí”. Sabía que el Señor me estaba hablando conforme a las Sagradas Escrituras en los Evangelios, en este caso, Jn. 6:1-15.

CAPITULO X

XI, XII Y XIII

EJEMPLO DE AMOR FRATERNAL

Cuarta Parte

En este capítulo deseo destacar el amor en plena práctica y manifestación dentro de nuestra organización FIADAH Internacional. Lo vemos en el ambiente de dulce compañerismo a nivel internacional y en todos los niveles locales de las propias naciones y en todas las iglesias afiliadas.

Es un ambiente de amor y compañerismo como el que practico la Iglesia Primitiva, según lo podemos ver en el libro de Los Hechos de Los Apóstoles. Aquí todo el mundo se siente en familia, aun los recién llegados y los visitantes. Así es que debe ser. La Biblia es para vivirá, para practicarla. El Salmo 133 nos dice:

“Mirad cuán bueno y cuán delicioso es

habitar los hermanos juntos en armonía”.

Yo, personalmente, tengo que agradecer el amor, respeto y lealtad de la que he sido objeto por todos los Oficiales de la FIADAH en todos los niveles. Gracias a todos los ministros e iglesias por su buen trato y cariño.

¡GRRRAAACIAAAS! Continuemos por siempre “UNIDOS POR AMOR”

CAPÍTULO XI

EL ESPEJO DE LA FIADAH Y EL AMOR

El mayor propósito por el que este libro ha sido escrito y ha salido a la luz, es el empeño que hemos puesto en querer definir lo más claro posible la naturaleza, la razón de ser y la imagen o proyección de la Fraternidad Internacional Asambleas de Dios Autónomas Hispanas, como Organización Cristiana, cuya sigla distintiva es FIADAH. Es algo así como la brújula que nos orienta al caminar en medio de un bosque lleno de muchos árboles todos parecidos sin que se nos confunda la ruta nuestra. Es algo así como el espejo en el que nos podemos mirar todos los días al cuidar la imagen o proyección que vamos a reflejar y sembrar en la mente y memoria del que nos ve en la calle. En nuestro caso, sería no sólo por veinticuatro horas, sino continuamente como un estilo de vida en el evangelio. Es algo así como una descripción clara y definida de la bandera bíblica bajo la cual todos nos dejamos gobernar o dirigir y la cual nos esmeramos por honrar y promover dentro del espíritu de la ley del AMOR y la LIBERTAD con que Cristo nos ha hecho libres Jn. 8:32,36.

Una entidad religiosa que no ofrece a sus miembros y a los candidatos a unirse como miembros, unos parámetros claros, unas definiciones, y una orientación de lo que se espera de ellos, ya que son ellos la propia personalidad y tejido de la entidad u organización, se expone a que cada miembro se convierta en una bandera diferente. Si bien es cierto que todos somos distintos en cuanto a la personalidad y química individual, lo cual, dentro de este mismo espíritu aceptamos como realidad inalienable y respetamos, no es menos cierto que si todos estamos de acuerdo en adoptar y lograr una proyección colectiva propia y distintiva dentro del marco de la Bendita Palabra de Dios, no lo podamos lograr. Eso es lo que se llama “idiosincrasia colectiva”. Por supuesto, cada persona que forma parte de la FIADAH, tiene una responsabilidad y un deber moral y ético de mirarse continuamente en el espejo de todo lo que conlleva nuestra identidad colectiva y vivir a la altura de lo que ello conlleva. Esa es nuestra idiosincrasia colectiva, nuestra identidad.

CAPÍTULO XII

LAS ESCAMAS LEGALISTAS RELIGIOSAS Y CONCILIARES

VS

EL AMOR DE CRISTO EN LA IGLESIA

Aquí, en la FIADAH Internacional, hemos adoptado como consigna general los siguientes postulados: “En lo doctrinal, firmeza; en lo no doctrinal, tolerancia; en la hermandad, armonía, unidos amor”.

Esa propia consigna nos capacita como miembros de la FIADAH y nos frena, para no creernos mejores que nadie y a no odiar a nadie, aun cuando nos mantenemos firmes en nuestra fe y en nuestras doctrinas bíblicas. Si hay algo que Jesucristo no quiere que reine o predomine en Su iglesia, son las escamas religiosas legalistas y conciliares que lo que traen es discrimen, acepción de personas, vanagloria y orgullo, celos dañinos, odio, rechazo, persecución y hasta muerte. Esas escamas religiosas legalistas y conciliares en los ojos de los que pretenden ser celosos con la obra de Dios, enceguecen el entendimiento, embotan la mente e insensibilizan a quienes las poseen y se dejan dominar por ellas. Los tales son capaces de odiar, rechazar, perseguir y hasta matar a quienes piensan distinto a ellos. Son gente así los que respiran amenazas contra los que pacientemente esperan que sea Dios, a través del Espíritu Santo el que haga la obra de redargüir, persuadir, convertir, salvar y santificar a Su pueblo.

CAPÍTULO XIII

EL AMOR, UN PROPULSOR DE ARMONÍA PROTOCOLAR EN LA FIADAH

Como nuestro lema permanente en la FIADAH es UNIDOS POR AMOR, nuestro distintivo tiene que ser el AMOR. De ahí que todo cuanto hagamos, el trato entre unos y otros así como el trato para con los de afuera, debe ser motivado por el amor que profesamos tener y practicar, que es el amor de Jesucristo en nosotros. La enseñanza implícita es: “no hagas a otro lo que no te gusta que te hagan a ti”. Seguir un protocolo conlleva una ética, un respeto y una sensibilidad. Conlleva, poner en práctica esa regla de oro de las relaciones humanas que nos enseñó Jesucristo. Un comportamiento protocolar conlleva, además, conocer lo que es un orden jerárquico o cadena de mando y estar dispuestos a reconocerlo, aceptarlo y honrarlo. Así lo enseña el apóstol Pablo en Ro. 13: 7,8:

El protocolo contribuye a lograr que las cosas se hagan organizadamente y en armonía. La ética y la santidad caminan tomadas de la mano, es decir un santo deberá ser ético; no puede ni debe ser de otra manera. La verdadera armonía, por su parte, no se puede lograr sin amor y sin comportamiento ético. El amor es el propulsor del buen trato y ambos propulsan la armonía. Aquí en la FIADAH no pretendemos decir que somos perfectos, no lo somos, pero, a partir de la enseñanza que recibimos del apóstol Pablo, debemos, a lo menos, ser santos en proceso de edificación, de construcción, de formación y de santificación. Si somos ministros, estamos contribuyendo en el proceso de “perfeccionar santos” para el ministerio y eso exige que aunque no seamos perfectos, debemos ser santos, para poder realizar esa tan sensible y delicada labor. Ef. 4:11,12:

Concluimos nuestro escrito con una frase que se ha hecho muy popular entre nosotros, pero la misma nos llegó como testimonio de una expresión vehemente de parte de uno de nuestros hermanos en la República Dominicana muy impresionado con nuestra Fraternidad: “ESO ES FIADAH”

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