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"Un sistema silvopastoril es una forma de producción animal que combina ganado, pasto y árboles y/o arbustos (leñosas perennes) en una misma área" (Jiménez-Trujillo, J.A. y Sepúlveda López, C.)
La clasificación de los sistemas silvopastoriles es diversa y depende principalmente de la posición o ubicación del componente árbol dentro del potrero. Son distintas combinaciones o maneras de integrar árboles y arbustos con lo que ya existe en la finca.
El sistema pastoril intensivo o de alta densidad arbórea es "un arreglo agroforestal pecuario donde se cultivan arbustos forrajeros en alta densidad para ramoneo directo del ganado, asociados siempre con pastos mejorados y cantidades variables de árboles maderables, frutales o de otro tipo" (Fedegán, 2013).
De acuerdo con la Gaceta UNAM (2019), conserva la fertilidad del suelo, aumenta el forraje y calidad del alimento, propicia la fijación de carbono y retención de agua y nutrientes.
Además de su alta producción natural de forraje, también mantiene una elevada carga de ganado.
La importancia de tener árboles en el agroecosistema es que brinda sombra a los animales en tiempos de calor, pueden proveer forraje, absorción carbono del ambiente, obtención de madera y mejoría del microclima del potrero.
También mejora la fertilidad del suelo y es de buena ayuda durante temporadas secas para la alimentación del ganado.
Las cercas vivas enriquecidas con especies maderables pueden generar aumentos del 15% en el ingreso de las fincas lecheras, en condiciones del trópico húmedo
de Costa Rica (Holmann, Romero, Montenegro,
Chana, Oviedo y Baños, 1992).
Las especies de árboles más utilizados para cercas vivas son Piñón Cubano (Gliricidia sepium), Jobo (Spondias spp.), Guázuma (Guazuma ulmifolia) y Almácigo (Bursera simaruba).
Estas especies brotan raíces y ramas nuevas al enterrarse. Se enterrará siempre el extremo de la vara que fue cortado del tronco. Promueve la reducción en costos de mantenimiento de las cercas y puede servir como cortina rompeviento.
La sombra de los árboles ha provocado incrementos de alrededor del 13% en la
producción de leche de vacas Jersey, en comparación con las manejadas sin sombra en la zona
del trópico húmedo de Costa Rica (Souza de
Abreu, 2002)
Además de facilitarle la sombra a los animales, su sombra parcial contribuye a la abundancia de pasto. Un manejo balanceado de la luz puede lograr ese resultado. Un árbol destacable es el cambrón blanco (Prosopis juliflora), que logra este efecto aún en tiempos de sequía.
Los árboles de tipo leguminosa también son ideales, pues sus raíces mejoran el suelo.
Estas son zonas que se suelen dejar a la conservación, pero también favorecen la producción de miel de abejas. Además, brinda un lugar donde aves pueden descansar y poner sus nidos.
Lo ideal es dejarlo cerca de cuerpos de agua, pero no es obligatorio.
Es la selección de especies de plantas cuyo nivel de proteína sea más alto que el del pasto, que al menos aporte 15% de proteína cruda. Se deben escoger plantas con alta digestibilidad. Establece una fuente de alimentación y suplementación animal en periodos dificiles.
Otros criterios para escoger las especies son: palatabilidad, nacedero, rebrote y resistencia.
Estos bancos de proteína se deberían cercar en una zona aparte del potrero. Esto se debe a que varias no podrían resistir ser pisoteadas o deshojadas agresivamente.
Es una estrategia que junta pastos, arbustos, ramas y frutos de árboles. Además de ampliar la dieta de los animales, permite la diversificación de producción en fincas ganaderas.
Para que perduren los arbustos es buena idea implementar una rotación de potrero.
Para integrar árboles se puede hacer por desmonte o en potreros.
El producto primario en esta estrategia es la obtención de madera, leña y frutos. Mientras que el producto secundario es la ganadería. El resultado es una variedad de producción para la finca.
El follaje de los árboles aporta materia orgánica al suelo, las raíces de los árboles amarran el suelo y evitan la erosión por agua o viento.
Para tener este arreglo de agricultura y ganadería, la plantación debe tener cierta madurez y que sus ramas sean lo suficientemente altas para no ser afectadas por los animales.
De acuerdo a PRESAAC (2016), esta estrategia es ideal con: tamarindo, cajuil, zapote, jagua, mamón, caimito, pan de fruta, buen pan, carambola, limoncillo, guanábana, níspero y manzana de oro, entre otros.
Los animales pueden comer la vegetación que crece entre las hileras de árboles frutales. También el consumo de las frutas que caigan al piso puede reducir la presencia de moscas.
Para vender madera se debe obtener un permiso, esto podría traer buenos ingresos. Las especies más recomendadas son Teca, Cedro, Acacia, etc.
Es buena idea integrar la ganadería a una plantación forestal existente. El que haya animales pastoreando y dejando estiércol contribuye a la fertilidad del suelo y ayuda a la sostenibilidad.
Grandes grupos de animales consumiendo en la plantación y después yendo a otro lado se asemeja a la interacción silvestre entre animales y plantas.
Estrategia común en lugares donde hay fuertes vientos. Se colocan filas de árboles y/o arbustos en forma perpendicular a la dirección en que el viento deseca los pastos. Estos estratos disminuyen la fuerza del viento.
Este diseño protege el suelo, animales y pasto. Evita que al ganado le pegue el embate de los vientos. Las raíces de los árboles evitan que el suelo sufra erosión eólica e hídrica. Evita que el suelo se reseque y pierda nutrientes. También puede regular las condiciones del microclima.
Según Libreros Jaramillo (2015), los árboles y arbustos deben tener crecimiento rápido, ser resistentes a los vientos, plagas y enfermedades, tener crecimiento de ramas y hojas desde la base y copa densa.