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El cuerpo humano es recorrido interiormente, desde la punta de los pies hasta la cabeza, por un líquido rojizo y espeso llamado sangre. El sistema circulatorio es el encargado de transportar, llevándolas en la sangre, las sustancias nutritivas y el oxígeno por todo el cuerpo, para que, finalmente, estas sustancias lleguen a las células. También tiene la misión de transportar ciertas sustancias de desecho desde las células hasta los pulmones o riñones, para luego ser eliminadas del cuerpo. El sistema o aparato circulatorio está formado, entonces, por la sangre, el corazón y los vasos sanguíneos.
La sangre es una compleja mezcla de partículas sólidas que flotan en un líquido. Ese líquido, amarillento y transparente, se llama plasma y las partículas sólidas que flotan en él son los llamados GLÓBULOS ROJOS, BLANCOS Y PLAQUETAS.
Es un órgano o bomba muscular hueca del tamaño de un puño, se aloja en el centro del tórax y su única función es bombear la sangre hacia todo el cuerpo. Interiormente, el corazón está dividido en cuatro cavidades: las superiores que se llaman aurículas y las inferiores, ventrículos.
La aurícula y el ventrículo derecho están separados de la aurícula y ventrículo izquierdo por una membrana llamada tabique. Las aurículas se comunican con sus respectivos ventrículos por medio de las válvulas.
Son las arterias, venas y capilares; es decir, los conductores por donde circula la sangre.
La función principal del aparato digestivo es recibir los alimentos desde el exterior, procesarlos a partir de la masticación en la boca y separar los elementos que sean nutritivos para el organismo humano.
El aparato digestivo está formado por varios órganos: boca, faringe, esófago, estómago, intestino delgado, intestino grueso.
El proceso completo de la digestión se desarrolla en cuatro etapas, que son indigestión, digestión, absorción, y excreción. Una vez digeridos los alimentos, sus componentes deben pasar a la sangre para ser distribuidos a todos los órganos del cuerpo.
El sistema o aparato excretor es el encargado de eliminar las sustancias tóxicas y los desechos de nuestro organismo. Dicho sistema excretor está formado por el aparato urinario, los pulmones y la piel.
El aparato urinario lo forman los riñones y las vías urinarias. A este sistema debe añadirse el intestino grueso o colon, que acumula desechos en forma de heces para ser excretadas por el ano.
A través de la arteria renal, llega a los riñones la sangre cargada de sustancias tóxicas, dentro de los riñones, la sangre recorre una extensa red de pequeños capilares que funcionan como filtros. De esta forma, los desechos que transporta la sangre quedan retenidos en el riñón y se forma la orina.
La orina es un líquido amarillento compuesto por agua, sales minerales y sustancias tóxicas para el organismo como la urea y el ácido úrico.
Los riñones son dos órganos con forma de frijol, de color café, situados a ambos lados del cuerpo por debajo de la cintura.