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Al mismo tiempo éstas se relacionan con la
eficiencia del sistema económico, la redistribución de la renta y la estabilidad de
algunas variables macroeconómicas, como el nivel de empleo, la estabilidad de los
precios (inflación) el sector externo de la economía (balanza de pagos) y el
crecimiento económico de largo plazo. Por ende, las finanzas públicas tienen
consecuencias económicas y sociales a través de las funciones que habitualmente
se le atribuyen, es decir, de asignación, de distribución y estabilización
macroeconómica.
macroeconómicas, como la producción, el tipo de interés y el empleo
interés, la producción y el empleo.
deuda pública
Déficit fiscal
Macroeconomía
Política económica
Política fiscal expansiva y contractiva
Política monetaria expansiva y contractiva
Deuda pública
Estabilización
Finanzas públicas
Modelo IS-LM
Inflación
Nivel de empleo
Gasto público
Impuesto de suma fija
Impuesto a la renta
Multiplicador del gasto
Lo que ocurre en el mercado de bienes se representa por la ecuación de la renta
nacional, en la que:
Donde:
Y: Es la renta nacional o el producto Interno Bruto, PIB
C: Es el consumo de los hogares o consumo privado
I: Es la inversión privada de las empresas que producen los bienes y servicios
G: Es el gasto del gobierno o gasto público en la compra de bienes y servicios.
La suma de conforman la demanda agregada. De manera que cualquier
factor que afecte a uno o varios de sus componentes, afecta toda la suma y por tanto
a la renta nacional o PIB. Por ejemplo, si aumenta el gasto público, como es un
componente de la demanda agregada, ésta aumenta y también lo hace la renta o
PIB, es decir, Y. Lo mismo puede decirse de C e I.
Para ser más específicos, puede tomarse una función lineal de consumo de la forma
Esta función pertenece a la ecuación de una línea recta, donde es el intercepto
con el eje de las y o punto de corte con ese eje. Económicamente se define como la
cantidad de bienes y servicios que se consumen cuando la renta es 0. El supuesto
no parece muy descabellado ya que cuando las familias no tienen renta porque, por
ejemplo, si pierden su empleo, aun así tienen que consumir bienes y servicios; de
acuerdo con eso, las familias gastan sus ahorros, piden dinero prestado o recurren a
la caridad de sus familiares o de las personas altruistas.
La política fiscal es el uso que hace el gobierno de las variables fiscales, los
impuestos y el gasto público, para alcanzar metas macroeconómicas, para estabilizar
la economía. En algunas ocasiones los gobiernos siguen una política fiscal anticíclica, es decir, aumentan el gasto público en tiempos de recesión y los disminuyen
durante una expansión inusitada del producto, como medio de control de la inflación.
Una vez que se ha construido el equilibrio en el mercado de bienes y obtenido la
curva IS, puede entenderse, de una manera sencilla, la forma en que opera la
política fiscal. Será necesario recordar la relación IS:
Para ver la forma en que se adelanta la política fiscal, primero hay que dejar claro lo
que se entiende por política fiscal. En síntesis es una política de ingresos del
gobierno, representados por los impuestos, T, y una política de gasto, representada
por G, que puede interpretarse como la compra de bienes y servicios por parte del
gobierno central o gasto público. Tanto los impuestos como el gasto son las variables
fiscales del gobierno, aquellas que pueden variar las autoridades para incidir sobre el
nivel de producción y el tipo de interés en el corto plazo. Es por eso, aunque suene
reiterativo, que se afirma que el gobierno utiliza las variables fiscales, las que
controla directamente para hacer variar, ya sea incrementar, ya sea disminuir la tasa
de crecimiento del producto en el corto plazo (y el tipo de interés).
Cuando el gobierno utiliza las variables fiscales o de la política fiscal para hacer
aumentar el producto, se dice que lleva a cabo una política fiscal expansiva, ya que
justamente su objetivo es expandir la renta Y.
En esta sección se introduce el mercado de dinero, lo que permite obtener la relación
LM, es decir, el equilibrio en ese mercado.
La demanda de dinero puede explicarse por el hecho que las personas (o familias)
necesitan dinero para comprar los bienes y servicios que desean consumir. Pero
comprar bienes y servicios es apenas uno de los motivos por los que las personas
desean tener dinero. Se llama el motivo transacciones. La compra y venta de bienes
y servicios hace que los interesados demanden dinero justamente para llevar a cabo
las transacciones de compra y venta.
El dinero en una economía funciona como medio de intercambio, porque se acepta
como pago en las transacciones económicas; como depósito de valor, ya que debe
mantener su poder adquisitivo, de manera que quienes lo tienen puedan deferir las
compras a un período posterior, y finalmente, el dinero funciona como unidad de
cuenta, pues debe permitir expresar en sus términos los precios de todos los demás
bienes y servicios.
Algunas veces existe déficit fiscal, otras, superávit. De manera que si
existiera una situación de déficit, en el sentido en que los ingresos del gobierno
superan sus gastos, éste debe acudir a diversas fuentes para financiar el déficit,
como por ejemplo endeudándose, emitiendo dinero o vendiendo bonos de deuda
pública. Asumiendo un supuesto bastante simplificador, puede suponerse que en la
economía sólo existen dos activos, el dinero en efectivo y los bonos. La única forma
de financiar el déficit se lleva a cabo con bonos. Pero también hay una relación entre
los bonos y la cantidad de dinero. Es decir que los bonos sirven como una
herramienta para la política monetaria. A las operaciones con bonos (su compra y
venta) se denominan operaciones de mercado abierto u OMAS. Estas se entienden
como la compra y venta de bonos de deuda pública en el mercado de capitales que
hacen variar la base monetaria.
Para expandir el nivel de producción por la vía de la demanda agregada, el gobierno
utiliza las operaciones de mercado abierto. Expandir la producción puede hacerse al
aumentar la cantidad de dinero que existe en la economía. Parece lógico suponer
que si la cantidad de dinero en la economía aumenta, es decir que aumenta el grado
de liquidez (liquidez quiere decir simplemente que la gente dispone de más efectivo)
las personas compran más bienes y servicios, lo que hace que aumente tanto la
demanda agregada como el nivel de producción y empleo.
Aumentar la cantidad de dinero en la economía se logra comprando bonos en el
mercado de capitales. Al comprar los bonos, el gobierno recoge estos papeles y le
entrega a los tenedores dinero. Puesto que los individuos tienen más dinero, esto
hace que la cantidad de dinero aumente. Técnicamente se dice que se aumenta la
base monetaria. Como al aumentar el grado de liquidez la gente dispone de más
efectivo, compra más bienes y servicios, es decir consume más y puesto que el
consumo es un componente de la demanda agregada, ésta se incrementa y por la
vía del multiplicador, se aumenta la producción en una proporción mayor. Es decir,
se ha expandido la producción por la vía del aumento de la cantidad de dinero en la
economía.
Cuando lo que se desea es contraer el nivel de producción, el gobierno, a través de
las operaciones de mercado abierto vende bonos. Al vender los bonos, entrega estos
papeles al público y a cambio recibe dinero, que depositará en sus bóvedas. Esto
relaciona el nivel de producción
con el tipo de interés y es muy utilizado para ver como las autoridades económicas
pueden incidir sobre algunas variables económicas en el corto plazo, es decir, sobre
el nivel de producción, el tipo de interés, el nivel de empleo y los precios.
Están representados dos mercados, el de bienes, dado por la curva IS y el de dinero,
dado por la curva LM. Como esta dos curvas se cruzan una vez, allí se encuentra el
nivel de renta de equilibrio de esta economía, en Y*
y un nivel de tipo de interés de equilibrio. Todo el sistema está en equilibrio, de manera que la renta de equilibrio
implica necesariamente el equilibrio tanto en el mercado de bienes como de dinero.
Lo dicho hasta ahora, sobre la política económica como herramienta de
estabilización, es decir, para incidir en la dirección de los ajustes macroeconómicos y
alcanzar algunos objetivos, como por ejemplo, el nivel de producción, empleo y nivel
de precios, suponía un presupuesto equilibrado. Se tiene un presupuesto balanceado
cuando la suma de dinero recaudado por el gobierno es igual a lo que gasta en la
compra de bienes y servicios y el pago del servicio de la duda; los ingresos del
gobierno igualan a sus gastos.
Es posible adelantar la política económica en un entorno de presupuesto
balanceado, o dicho de otro modo, con un presupuesto equilibrado se puede incidir
sobre la demanda agregada. El gobierno puede incrementar los impuestos para
aumentar el gasto público. Puesto que sólo una parte del dinero recaudado se
introduce efectivamente en la economía, el cambio en el gasto de consumo es menor
al cambio en los impuestos y a través del efecto multiplicador, el dinero que de otra
forma hubieran ahorrado las familias se inyecta a la economía.
La política de estabilización intenta estimular a la economía de la recesión o restringir la oferta monetaria para evitar una inflación excesiva.
El impuesto de suma fija no depende de la renta o es independiente de la misma.
se realiza considerando un impuesto sobre la renta, es decir, aquel
impuesto que se cobra teniendo en cuenta la capacidad de pago de los individuos.
Ahora el supuesto reside en que la inversión se determina dentro del modelo, es
decir, ya no es dada exógenamente.
La
curva IS muestra lo que sucede en el mercado de bienes y la curva LM muestra lo
que acontece en el mercado de dinero y donde se cortan las dos curvas se
encuentra el punto de equilibrio. En este punto se encuentran en equilibrio tanto el
mercado de bienes como el mercado de dinero. Como se dijo antes, la economía
está en equilibrio donde , donde la renta es igual a la demanda agregada.
Cuando existe un déficit fiscal, como es el caso colombiano y presentado en una
sección precedente, éste puede financiarse básicamente o con un aumento de
impuestos, recurriendo al endeudamiento, o monetizando el déficit, es decir,
emitiendo dinero, lo cual puede tener un efecto negativo sobre los precios. Pero
ninguna de éstas alternativas beneficia a la economía.
Los estabilizadores automáticos son programas concebidos para dar a la
economía un empujón alicíclico, sin necesidad de una decisión explícita sobre su
uso. También se conocen como medidas fiscales no discrecionales y son
programas que cambian automáticamente, dependiendo del comportamiento del
PIB y de la renta de las personas.
Desde el punto de vista teórico se plantea el problema de cómo financiar el déficit
(que es originado, desde luego, por el incremento del gasto a un ritmo mayor de los
de los ingresos). Como ya se expuso, hay dos formas de hacerlo, o por incremento
de impuestos o por la emisión de deuda pública por medio de bonos, los cuales
pagan un tipo de rendimiento (interés) y al cabo de un tiempo deben ser redimidos
por el gobierno (devolución del principal).
Esta unidad se ha dedicado al análisis de la política económica, es decir la política fiscal y la política monetaria y su utilización como herramientas para incidir en los niveles de producción (renta) en una economía cerrada. Al utilizar estas herramientas, los gobiernos, al incidir sobre el nivel de producción a través de los
impuestos, el gasto público y la cantidad de dinero, hacen que la producción o se expanda o se contraiga, lo que a su vez afecta directamente los niveles de empleo, de salarios (es evidente que una política expansiva promueve la creación de puestos
de trabajo mientras que una política contractiva puede aumentar la tasa de
desempleo) y el nivel de precios al manipular la cantidad de dinero. El objetivo de la política es entonces estabilizar la economía evitando los ciclos marcados de descenso o fuertes depresiones al tiempo que mantiene el empleo y la estabilidad en
los precios, objetivo éste encomendado al banco central.
Alonso, J. C.; Cantera, E.; Orozco, B. (2006). Sector Público y Déficit Fiscal. Icesi.
Blanchard, Olivier (2004). Macroeconomics. Prentice Hall.
Harcourt, Brace y Jovanovich: Principios de Economía, Macroeconomía. Carvajal.
Musgrave, R; Musgrave, P. (1992). Hacienda Pública Teórica y Aplicada. McGraw
Hill.