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Al hablar de Moral Cristiana nos referimos a la manera de comportarse de los seguidores de Cristo. Ser Cristiano es seguir a Cristo, vivir su mismo estilo de vida. imitar a Cristo, vivir los mismos valores que Jesús nos enseñó en los evangelios.
Moral se refiere al conjunto de principios, normas, leyes, comportamientos, costumbres e ideas de una sociedad determinada y en una época determinada. Esto determina la manera de comportarse de una persona
son unos criterios básicos de conducta que debe tener toda persona de este mundo. Estos son:
A estos valores se les añade una serie de derechos básicos:
Ética se refiere a la reflexión sobre los comportamientos morales de las personas. Y como toda reflexión se plantea lo que está bien y lo que está mal.
¿Qué relación hay entre libertad y la Moral?
La libertad es la capacidad que tienen todas las personas de decidir y elegir por nosotros mismos lo que nos conviene o no.
Poseemos la conciencia que es como una voz que resuena en nuestro interior que nos aplaude cuando actuamos correctamente y nos denuncia cuando obramos mal.
Los valores se podrían definir como unas cualidades que les damos a determinadas situaciones o cosas.
A toda persona le llegan momentos en su vida en que tiene que tomar decisiones importantes y fundamentales para su vida, por ejemplo unos estudios para preparar el futuro, unos amigos con los que divertirse, la búsqueda de un trabajo, la elección de una pareja, o el matrimonio...
A la hora de tomar una decisión, siempre se tienen en cuenta una serie de valores. Toda persona tiene una escala de valores, es decir, valorará unas cosas por encima de otras
Caro - barato, rico - pobre, riqueza - pobreza, ostentación - austeridad
Bonito - feo, guapo/a - feo/a, elegante - desastre, bello - horrible
Bueno - Malo, leal - traidor, fiel - infiel, verdad - falsedad, obrar rectamente - pecar…
Sagrado - profano, divino - maligno…
Libertad - esclavitud, amistad - enemistad, amor - odio, Paz interior - remordimiento, buen obrar - pecado, pobreza de espíritu - riqueza, amor a los demás - egoísmo , humildad - soberbia, limpio de corazón - perverso, santo - pecador
El Evangelio recomienda una serie de valores y orientaciones morales para que los creyentes en Jesús sean más felices. Son los mismos valores que vivió Él a lo largo de su vida y que los cristianos deben vivir para imitar a su maestro en todo.
Consiste en el arrepentimiento de los pecados y el cambio de vida: En Mc. 1,14 Jesús decía: “Convertíos y creed en el evangelio”. Jesús no se refiere sólo a que no cometer actos malos, sino a cambiar las actitudes de vida y la escala de valores.
Por ejemplo si uno/a es perezoso, debe intentar corregir esta actitud y valorar más el trabajo o el estudio. Si alguien es egoísta, debe cambiar esa actitud y amar y respetar a los demás.
Este cambio de actitud y de vida es lo que Jesús quiere para sus seguidores.
Jesús nos dice en Jn. 13, 34-35: “Os doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado”. Evidentemente no se puede amar a Dios si no se ama al prójimo.
Jesucristo quiere que ese amor al prójimo se debe concretar en una serie de acciones que él mismo nos enseña en Mt 25: "Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, hospedar al forastero, visitar al enfermo y al encarcelado, vestir al desnudo". Después la Iglesia, siguiendo este evangelio, añadió otras recomendaciones llamadas obras de misericordia como: enseñar al que no sabe, dar buen consejo al que lo necesita, corregir al que se equivoca, consolar al triste, tener paciencia con los defectos del prójimo, etc.
"Porque si sólo amáis a los que os aman y sólo hacéis el bien a los que os corresponden ¿Qué mérito tenéis?. Eso lo sabe hacer todo el mundo. Vosotros en cambio: amad a vuestros enemigos, haced el bien y prestad sin esperar nada a cambio: tendréis un gran premio y seréis hijos del Altísimo... " (cf. en Lc 6,27-38)
“Hay que perdonar, no 7 veces sino hasta 70 veces 7”. Por tanto el cristiano debe perdonar siempre y no buscar la venganza. Es más, Jesús quiere que antes de ver los pecados y defectos de los otros, uno se mire así mismo. Antes de criticar y de hablar mal de los otros, Jesús propone que cada uno se mire su interior y se corrija.
No hay que vivir pendientes de la riqueza porque no es lo más importante de este mundo "no solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4,4). Hay que ser humildes y sencillos, no hay que buscar los honores y los puestos importantes, etc.
Hay que ser solidarios y acompañar a la gente en los momentos de dolor, hay que saber ayudar a los que sufren, nunca debemos burlarnos de las desgracias ajenas, ni desear mal a nadie.
Esto implica denunciar la injusticia y corregir a los injustos. No hay que callar ante la injusticia sino ser valientes y saber corregir al que está equivocado, para no hacernos cómplices de su pecado o error. Las críticas deben ser constructivas y hechas con amor y nunca destructivas y por detrás.
Se refiere a saber perdonar a los demás y a tener cuidado con las críticas destructivas "Perdónanos nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden".
Se trata de ser personas que vayan con la verdad por delante y no hay que ser falsos ni hipócritas ni mentirosos. Hay que ser limpios, evitar la maldad, evitar el pecado, e intentar ser santos y perfectos como lo fue Jesús.
No hay que ser violentos ni agresivos, y hay que trabajar por la paz y la reconciliación siempre.
Pensar que el cristiano cualquier día se tiene que morir y dejará este mundo y en ese momento se le preguntará sobre lo que ha hecho en esta vida. Por eso Jesús quiere que estemos preparados para el día en que él nos llame a su presencia. Y ese día vamos a pasar por el último examen de nuestra vida. San Juan de la Cruz decía que es día nos examinarán del amor.
Todas las personas son personas y hay que respetarlas como tales, aunque sean de otra raza, lengua o nación. Hay que pararse ante los problemas de los demás y no pasar de largo. Los demás también son personas, con unos derechos y con una dignidad que hay que respetar.
Jesucristo no dejó escrito ningún código de comportamiento, pero sí que enseñó cómo debemos comportarnos. Por eso a lo largo de la Historia, cada vez que se plantean problemas morales, la Iglesia, siguiendo el Evangelio, orienta la vida de los cristianos.
La Moral no es solo hacer el bien y evitar las malas acciones, sino vivir un estilo de vida en las que las actitudes de cada uno sean las correctas. A estas actitudes correctas las llamamos virtudes. Las virtudes, por tanto, se pueden definir como maneras de comportarse, actitudes correctas, perfecciones habituales que nos ayudan a llevar una vida moralmente buena.
Veamos una serie de virtudes que ayudan a los cristianos a vivir una buena conducta:
Jesús nos pide que creamos en él, que confiemos en su persona. Jesús alaba la fe de los que creen en él como el centurión romano (cf. en Mt 8,10) y se enfada cuando sus discípulos les falta fe (cf. en Mc 4,40s y 8,17s.). Creer en Dios significa que el creyente debe hacer el bien y amar a Dios y al prójimo. Si uno dice que cree en Dios pero se porta mal con el prójimo, no es un verdadero creyente y no está dando un buen testimonio de Jesús. Creer significa evitar las ocasiones de pecar.
La esperanza es esa actitud en que confiamos que Dios cumpla todas las promesas que nos hizo: Que nos salvará del pecado, que resucitaremos en el último día, que veremos a Dios en el cielo.
La esperanza ayuda a obrar el bien porque estamos convencidos que después de los sufrimientos por los que atravesamos en este mundo viene el premio, la felicidad. La esperanza de los cristianos también está en construir un mundo mejor, en instaurar la justicia, en que el mal no debe reinar. Pero la esperanza no está debe quedarse sólo en hacer un mundo mejor, como lo entienden muchos ateos y agnósticos. La esperanza de los cristianos consiste en hacer un mundo mejor, pero también en la vida eterna y en la resurrección final.
La esperanza, por tanto, nos ayuda a actuar correctamente y a hacer que otros también actúen correctamente.
San Pablo dice que de las tres virtudes: Fe Esperanza y Caridad, la más importante es la Caridad. Y es que resulta que si alguien pregunta acerca de si uno es buena persona o no, no se fija en si cree o tiene esperanza, sino en si ama. Está claro que el que ama, cree y espera, pero el que no ama tiene una fe vacía y una esperanza vacía.
El amor crea unidad entre las personas. Los que aman se sienten unidos entre sí. El amor es preocupación por la felicidad de los otros, saber perdonar y darlo todo por los demás, incluso amor a los enemigos. El amor tiene su recompensa cuando se hace felices a los otros, por eso el amor autentico no es buscar mi propia felicidad sino la felicidad de los otros.
San Pablo nos dice como debe de ser el amor de los Cristianos: “el amor es paciente, es servicial y no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguarda sin límites. El amor no pasa nunca ".
La Biblia dice que Dios siempre es justo, por eso los creyentes deben ser justos y buscar la justicia siempre.
Es la actitud de mantenerse firme creyendo en el señor, cuando las cosas van bien y cuando las cosas van mal. Hay que mantenerse firmes en el Señor incluso en situaciones extremas. Los mártires fueron fieles al Señor incluso en el martirio.
Saber perdonar y ayudar a los demás. Las obras de misericordia ya las hemos visto: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, dar posada al peregrino, visitar a los enfermos y encarcelados, enterrar a los muertos, enseñar al que no sabe, aconsejar a los que dudan, consolar al triste, corregir a los que pecan, perdonar las ofensas, soportar con paciencia los defectos del prójimo, orar por los vivos y los muertos.
Se podría definir como la actitud de pensar las cosas antes de decirlas, de decidir las cosas antes de obrarlas, de elegir el bien antes que el mal.
Se podría definir como el dominio de si mismo, el moderar los deseos desordenados (La soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, el odio, la venganza, la gula, la pereza, etc.).
Se refiere a ser constantes en algo. Para los cristianos significa ser constantes en seguir a Cristo.
El pecado es una ofensa a Dios y un apartarse de los caminos de Dios. También el supone una ruptura con los demás,consigo mismo y con la Naturaleza.
La Iglesia siempre ha distinguido entre:
Cuando se cometen actos que no rompen con Dios pero queno están bien.