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A menudo se utiliza el uso de las crónicas en el ámbito periodístico puesto que dicha disciplina tiene por función la transmisión de los acontecimientos expresando lo ocurrido.
Asimismo, una crónica puede estar dirigida a un público pequeño, por ejemplo un aula en una escuela o bien puede ser una crónica corta que se transmita a través de un medio masivo de comunicación (televisión, radio, internet, etc) con el objetivo de “narrar” algún hecho específico.
Ana se levantó el viernes 14 de marzo a las 10 AM como era su costumbre.
Luego de desayunar, partió.
Salió por la puerta hacia las oficinas de su trabajo que quedaba a pocas calles de su hogar.
Al cruzar la gran Avenida San Martín, no se percató que un automóvil venía en sentido contrario y, sin poder esquivar a Ana, el automóvil la atropelló.
Ana fue trasladada al hospital más cercano. Afortunadamente dos días más tarde Ana fue dada de alta con lesiones menores y controles médicos externos.
El hundimiento del Titanic
El 15 de abril del año 1912 tuvo lugar una de las mayores tragedias náuticas de la historia; el hundimiento del Titanic.
Aquel era el viaje inaugural del reluciente Titanic. El mismo debería atravesar el océano Atlántico hasta arribar a las costas de América del Norte en Estados Unidos.
Sin embargo, otro sería el destino del magnífico barco: la noche anterior, el día 14 de abril de 1912, cerca de las 23:40 horas, el Titanic chocó contra un gigantesco Iceberg que rasgó el casco de la embarcación de tal forma que, luego de unas cuantas horas, el Titanic se hundió en el fondo del mar.
A pesar de los intentos de la tripulación por solicitar ayuda mediante radio, ningún barco acudió a ellos. Así sin poder ver la madrugada (exactamente a las 02:20 AM) del 15 de abril el Titanic se encontraba ya sepultado en el fondo del mar.
La tragedia se llevó a más de la mitad de la población (1.600 personas se hundieron con la embarcación cuando el total de pasajeros para ese viaje era de 2.207 personas).
El primer día de nuestro viaje de vacaciones
El micro partió a las 17 horas del día 20 de febrero de este año. Los próximos 10 días los pasaríamos en la cordillera, en la ciudad de Bariloche.
Al llegar a las 12 horas del día 21 de febrero, nos dispusimos a tomar la habitación. Luego de una cálida ducha fuimos al centro comercial para almorzar.
Finalmente encontramos un restaurante que nos gustó a todos. Allí comimos y cerca de las 14 horas regresamos al hotel para emprender la primera salida de nuestras vacaciones: la visita al cerro Otto.
Allí llegamos a las 15 horas y, luego del ascenso, visitamos el museo y la confitería giratoria. Por supuesto no pudimos evitar tomar un café en la confitería y observar el magnífico Cerro Tronador (siempre nevado, siempre espléndido de admirar) a lo lejos.
Más tarde visitamos el bosque que se encuentra de lado sobre el mismo cerro Otto.
Logramos sacar muchas fotografías y, siendo las 19 horas decidimos emprender el regreso.
Luego, en el hotel, cambiamos nuestra ropa y partimos realizar algunas compras y cenar mariscos.
Ya cerca de las 23 horas regresamos al hotel, cansados y con deseos de dormir para al día siguiente comenzar otra aventura en familia.
Lucía venía todas las mañanas a mi casa cuando éramos niñas. Recuerdo que allí por el año 1990 ambas jugábamos en la calle desde la mañana hasta que caía el sol.
Sin embargo, luego de unos cuantos años, Lucía dejó de venir a jugar. Claro, el tiempo pasó y ya no teníamos 10 años… Ella y yo ya íbamos a cumplir los 15 para la primavera de 1995. Era lógico que ella ya no viniera a jugar como lo hacíamos antes. Sin embargo, tampoco me visitaba.
La navidad de 1995 ni siquiera me llamó por teléfono. Al parecer mi amiga Lucía estaba de novia con un chico muy apuesto.
Los años pasaron y yo lamenté su distanciamiento, pero otras amistades llegaron a mi vida.
Sin embargo, algo iba ocurrir: el 17 de junio de 2000, a las 14:35 horas, Lucía vino a mi casa como en los viejos tiempos sólo que, en esta ocasión, ella se encontraba desconsolada ya que su madre estaba a punto de fallecer.
En ese momento todo mi dolor y angustia se esfumó para poder contener su dolor. Ya no importaba su distancia durante estos años.
Su mamá sufrió una agonía durante casi 4 meses y el 1 de octubre de 2000 fallecía producto de un cáncer fulminante.
El dolor de Lucía era inmenso, pero estaba contenida y acompañada por todos sus seres queridos.
Hoy, 15 años después, de aquel acontecimiento puedo decir que Lucía y yo seguimos siendo muy amigas como cuando venía a jugar por las tardes del año 1990.
http://revistaanfibia.com/cronica/la-cuarentena-lxs-sin-techo/