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¿Que revelan Las cuatro

Etapas sobre la estrategia de

Jesús para

hacer discípulos?

1. La estrategia de Jesús para hacer discípulos aclara que él buscaba nada menos que

la transformación de vidas

Quiere decir que las buenas nuevas del evangelio van mucho más allá del

perdón de pecados y la regeneración.

> La intención de Jesús es llevar al creyente al crecimiento a largo plazo donde madure, sirva,

adore de corazón, y se reproduzca

espiritualmente.

> Cuando uno cree

(Etapa 1),

eso no es el fin,

sino apenas el inicio de un proceso diseñado para desarrollar toda una vida nueva.

> Cualquiera otra forma de entender el evangelio, o de vivir la vida cristiana, distorsiona y disminuye la plenitud del evangelio y estorba los propósitos de Dios.

> El peligro es que creamos y compartamos sólo la mitad del evangelio, o sea, lo del perdón de pecados y del nuevo nacimiento, tal que el nuevo creyente nazca sin ninguna expectativa de ver su vida

transformada.

> Al hacerle eso, le programamos y condenamos a la mediocridad.

Cuando uno responde con fe al evangelio,

la Gran Comisión aún no se cumple en su vida.

> Apenas es el primer paso para comenzar una vida nueva.

Se puede comparar, por ejemplo,

a la concepción,

el embarazo y el nacimiento

de un bebé.

> Los nueve meses del embarazo son muy importantes, pero, son solamente el uno por ciento de los novecientos meses que vivirá una persona quien muera a los setenta y cinco años. Solamente sirven para lanzarle a la vida y, si el bebé no crece después de nacer,

es porque algo le fue mal en la primera fase de su vida

mientras se formaba.

> Nunca fue la intención de Dios que el hombre pasara toda su vida en una cuna, pero, al considerar la condición de algunas iglesias, vemos que son poco más que "cuneros espirituales".

> Allí nos damos cuenta que el reto que nos enfrenta no es tanto el de aprender cómo concebir y dar a luz nuevos

"bebés en Cristo",

sino cómo implementar un proceso que los capacite para crecer bien.

> El evangelizar y bautizar a mucha gente

no quiere decir que estemos

cumpliendo bien

la Gran Comisión.

> Tampoco es la meta de Cristo tener iglesias llenas de bebés espirituales que no puedan cuidarse, alimentarse, ni reproducirse.

Al contrario, Cristo anhela llenar su Iglesia de creyentes maduros (Ef. 4:13).

De otro modo, la Gran Comisión

se convierte en

la Gran Omisión.

2. La estrategia de Jesús para hacer discípulos también aclara que hemos de aprender a ser seguidores de él antes de que podamos ser líderes de otros

> El no daba responsabilidades de liderazgo a los novatos sin haberles dado la capacitación adecuada primero.

> Jesús sabía que varias cosas claves tendrían que suceder en las primeras etapas

para que

el discípulo fuera preparado para servir como líder en la obra.

> Tales cambios eran necesarios para producir líderes dignos de la confianza de otros

creyentes y quienes fueran buenos modelos

del evangelio.

>Tal cosa no sucede rápidamente porque, como esto no

trata de sólo realizar

actividades,

sino de moldear a la persona a la imagen de Jesús,

se requiere del tiempo adecuado para lograr cambios profundos.

> Esto no quiere decir que uno tenga que esperar durante años para

hacerse antes que pueda empezar a testificar y ministrar a otros.

> Basta el ejemplo de la Samaritana

para corregir

esa idea.

> Pero sí quiere decir que Jesús no tenía prisa para sobrecargar a nadie con responsabilidades

más allá de su madurez y capacidad,

cuando sabía bien el daño que un novato podía hacerle a la obra, y la obra a él.

> Porque el discipulado es un proceso donde cada avance hacia la meta se construye sobre los anteriores, lo que se hace a medias,

lo que se descuida, y lo que se brinca, perjudica lo que sigue y limita la estabilidad, el potencial, y el crecimiento futuro del creyente.