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El valor del concepto de eterno retorno ha sido tan discutido como poco entendido. En general, se le considera únicamente desde el punto de vista cronológico, en el sentido de repetición de lo sucedido. Pocas veces es pensado como uno de los conceptos más poderosos de la filosofía moral de todos los tiempos: obra de modo que un horizonte de infinitos retornos no te intimide; elige de forma que si tuvieras que volver a vivir toda tu vida de nuevo, pudieras hacerlo sin temor. Nietzsche, en su teoría del eterno retorno, nos enseña sólo una cosa: el ser humano logrará transformarse en el/la Übermensch cuando logre vivir sin miedo.
Sólo a través de la realización de que el "eterno retorno" incluye tanto los fracasos como los éxitos logra "despertar" del estado de trance en el que está, sabiendo que, aunque el hombre vuelva a ser mono, nuevamente Zaratustra aparecerá para predicar el Übermensch (superhombre/supermujer o suprahombre/supramujer), nuevamente se dará cuenta de lo que es el "eterno retorno" y nuevamente despertará.
Esta idea fue retomada después por Nietzsche en su libro Así habló Zaratustra.2 Como expresión ha pasado a ser un tópico literario y cultural. En Así habló Zaratustra, el protagonista descubre esta visión del tiempo y queda desmayado por la impresión. Zaratustra despierta después de siete días de inconsciencia y sus animales lo halagan diciéndole que es el maestro del eterno retorno de lo mismo.
En el "eterno retorno" como en una visión lineal del tiempo, los acontecimientos siguen reglas de causalidad. Hay un principio del tiempo y un fin, que vuelve a generar a su vez un principio. Sin embargo, a diferencia de la visión cíclica del tiempo, no se trata de ciclos ni de nuevas combinaciones en otras posibilidades, sino que los mismos acontecimientos se repiten en el mismo orden, tal cual ocurrieron, sin ninguna posibilidad de variación. En su obra La gaya ciencia1 Friedrich Nietzsche plantea que no sólo son los acontecimientos los que se repiten, sino también los pensamientos, sentimientos e ideas, vez tras vez, en una repetición infinita e incansable.
La propuesta de Nietzsche es polémica porque algunos piensan que esta concepción es un deseo del Superhombre, y, por lo tanto, con una enorme carga simbólica, mientras que otros afirman que Nietzsche la considera real y que esa es la concepción del tiempo y la vida de Nietzsche. Sin embargo existe otra perspectiva posible. Nietzsche presenta el Eterno Retorno no como una realidad, sino como la plasmación de una concepción de la vida: La vida debe ser tan intensa y tan perfecta que no deseemos ningún cambio. El Superhombre lo que prefiere es vivir su vida perfecta una y otra vez, teniendo presente que algo perfecto, si sufre algún cambio, siempre será peor. El Superhombre vive la vida perfecta, es lógico que no desee ningún cambio y que desee el Eterno Retorno, pero sin dejar de ser un deseo.
Es una concepción filosófica del tiempo postulada en forma escrita, por primera vez en occidente, por el estoicismo y que planteaba una repetición del mundo en donde éste se extinguía para volver a crearse. Bajo esta concepción, el mundo era vuelto a su origen por medio de la conflagración, donde todo ardía en fuego. Una vez quemado, se reconstruía para que los mismos actos ocurrieran una vez más en él.
El filósofo e historiador de las religiones Mircea Eliade escribió El mito del eterno retorno, aplicando el concepto a lo que ve como una creencia religiosa universal en la capacidad de volver a la edad mítica (edad de oro) a través del mito y el rito. Describe un proceso (distintamente no espontáneo) que depende del comportamiento humano y que no coincide con la teoría del eterno retorno concebido como un proceso matemáticamente inevitable.
Historia y progreso
La idea de eterno retorno se refiere a un concepto circular de la historia o los acontecimientos. La historia no sería lineal, sino cíclica. Una vez cumplido un ciclo de hechos, estos vuelven a ocurrir con otras circunstancias, pero siendo, básicamente, semejantes.
Es propio del pensamiento occidental la idea de que el progreso es indefinido y siempre hacia adelante, sin embargo, en otros sistemas filosóficos, como los orientales, o en la filosofía de la historia de autores occidentales como Giambattista Vico, Maquiavelo o Polibio, se encuentra la idea de ciclos que se van perfeccionando, retornando eternamente hasta alcanzar la forma perfecta tras muchas fases erróneas.
¿Cómo te sentirías si un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijera: “Esta vida, tal como la estás viviendo ahora y tal como la has vivido [hasta este momento], deberás vivirla otra vez y aún innumerables veces. Y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer, cada pensamiento y cada suspiro y todo lo indeciblemente pequeño y grande de tu vida deberá volver a ti, y todo en el mismo orden y la misma secuencia – e incluso también esta araña y esta luz de la luna entre los árboles, e incluso también este instante y yo mismo. ¡El eterno reloj de arena de la existencia se invertirá siempre de nuevo y tú con él, pequeña partícula de polvo!”?